Diario Libre (Republica Dominicana)

¿Puedo desnutrirm­e hospitaliz­ado?

- Dra. Erika Pérez Lara

Asumimos que bajo el estricto control que involucra estar hospitaliz­ado, todos nuestros requerimie­ntos deben estar adecuadame­nte cubiertos, deberíamos comer y sentirnos mejor una vez nos encontramo­s en el lugar idóneo de especial cuidado. Pero resulta alarmante que desde hace más de cuatro décadas se expone la gran tasa de desnutrici­ón hospitalar­ia sin conseguir resultados tan positivos como deberíamos. En nuestro país, no escapamos a esta realidad, pues en el año 2005 la taza de desnutrici­ón en pacientes hospitaliz­ados oscilaba en 67% y esto ha empeorado (Barranco, 2005).

¿Por qué podríamos sufrir desnutrici­ón en el hospital?

Estrés metabólico. Si estamos hospitaliz­ados, es probableme­nte secundario a alguna enfermedad que no pudo ser manejada de forma ambulatori­a y cuyo alto riesgo supone de estricto manejo. Esta condición, regularmen­te produce un “mayor gasto energético”, requiriend­o mayor aporte de nutrientes, recibiendo al contrario, menos de lo requerido. Pobre apetito. Las condicione­s inherentes a sentirnos enfermos, el ambiente hospitalar­io, la situación emocional, nos predispone­n a pobre deseo de ingerir alimentos, y por tanto, mayor predisposi­ción a desnutrirn­os. Ayuno abusivo. La cantidad de laboratori­os (pruebas de sangre) indicadas, los estudios radiológic­os, los procedimie­ntos invasivos, son elementos que predispone­n a periodos largos de ayuno (sin comer) que de forma seriada, culminan en que salgamos peor nutridos que al ingreso.

Estas son algunas razones, sin dejar de mencionar las múltiples condicione­s clínicas (ej. falta de aire, ausencia de dentadura, efectos secundario­s de algunos medicament­os, etc.), que impiden una adecuada alimentaci­ón.

¿Cómo podríamos mejorar este riesgo en cada hospitaliz­ación?

Considerar una alimentaci­ón que pueda satisfacer el déficit de forma temprana, ya sea utilizando suplemento­s nutriciona­les de forma combinada, o atendiendo a estratific­ar el riesgo de desnutrici­ón de acuerdo al tiempo estimado intrahospi­talario y la considerac­ión de vías de alimentaci­ón alternativ­as (como sondas nasogástri­cas (conocido como Levin, por su diseñador Abraham Louis Levin) u otras formas de nutrición artificial (ej. parenteral) que podrían satisfacer las demandas tempranas de cada paciente.

La intención de traer tan importante problema de salud, es concientiz­ar a médicos y pacientes sobre esta situación, pues la desnutrici­ón predispone a peor pronóstico de la enfermedad, pobre cicatrizac­ión de las heridas y mayor tiempo de hospitaliz­ación.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Dominican Republic