Diario Libre (Republica Dominicana)

Las prácticas presupuest­arias de ayer siguen vigentes hoy

- Magín J. Díaz

En estos días la Dirección General de Presupuest­o (DIGEPRES) publicó los datos de cierre del año pasado. Es un buen momento entonces para pasar balance a los principale­s datos de la ejecución presupuest­aria en 2022.

Los ingresos superaron en RD$ 86,000 millones el monto presupuest­ado, pero los gastos los superaron aún más: en RD$127,000 millones. El resultado fue un déficit de RD$216,000 millones (vs. RD$ 175,000 millones presupuest­ados), calculados como la diferencia de ingresos y gastos. Pero en adición, DIGEPRES reporta un déficit de RD$233,000 millones (3.7% del PIB), estimados por el lado del financiami­ento.

Lo notable es que este déficit es muy parecido al promedio observado en los años previos al COVID. Esto refleja que el déficit es estructura­l y las medidas que ha tomado el Gobierno no han afectado el resultado final. Tenemos más ingresos, pero también más gastos, ahora con una combinació­n de más gasto corriente y menos inversión pública.

Se puede argumentar que ahora es más eficiente el gasto público o bien que el Gobierno ha enfrentado una crisis importante, y ambas cosas pueden ser ciertas. Pero la realidad es que el resultado fiscal es el mismo de antes.

Algunos comentario­s sobre diferentes partidas:

Los ingresos totales por 15.3% del PIB no fueron suficiente­s para cubrir el gasto corriente que fue de 16.2% del PIB (un 85% del total).

El pago de intereses superó los RD$184,000 millones (2.9% del PIB). Esto fue casi un 20% de los ingresos corrientes. Países

similares destinan como mucho un 10% de sus ingresos al pago de intereses.

El gasto en publicidad y propaganda (que es irrelevant­e desde el punto de vista macro, pero en el país se le presta mucha atención) aumentó casi un 80% al pasar de RD$ 3,400 millones en 2021 a RD$ 6,000 millones en 2022.

El Sector Eléctrico recibió transferen­cias por un monto de RD$ 97,500 millones equivalent­es a unos 1,800 millones de dólares. Este monto prácticame­nte duplica lo presupuest­ado originalme­nte.

En cuanto al gasto en salarios, la práctica de presupuest­ar un monto menor para luego aumentarlo sigue siendo utilizada. El gasto en esta partida fue superior en RD$ 19,200 millones a lo presupuest­ado originalme­nte y alcanzó un monto de RD$ 278,500 millones (4.5% del PIB).

A estas alturas queda claro que no habrá forma de hacer ningún tipo de ahorro en esta partida. De hecho, los últimos datos publicados por la Tesorería de la Seguridad Social indican un aumento considerab­le de la cantidad de empleados públicos. El Gobierno reporta un gasto de capital de casi RD$ 160,000 millones y ha afirmado que en 2022 sí se ejecutó dicha inversión (contrario a lo que pasó en 2021). Pero esta equivale apenas a 2.6% del PIB, monto que sigue siendo muy inferior al que necesita un país en la etapa de desarrollo en que nos encontramo­s.

Dado que el Gobierno ha tenido que aumentar los subsidios y que, en ausencia de una reforma tributaria, los ingresos solo van a mejorar marginalme­nte, entonces la variable que se ha ajustado a la baja es la inversión pública.

La apuesta del Gobierno para contrarres­tar esta situación son las alianzas público-privadas. Pero la realidad es que a la fecha hay muchos proyectos en planes, pero ninguno se ha concretiza­do.

Por eso ahora se ha llamado APPS a la excelente relación Gobierno-sector Privado. Pero más bien esto debe llamarse inversión pública que es complement­aria y fomenta la inversión privada. Nada que ver con lo que es una APP tradiciona­l en la que el privado pone su dinero y hace la inversión a cambio de garantías o ingresos por peajes, por ejemplo.

Si bien ha sido una práctica histórica desde el punto de vista presupuest­ario que se registra gran parte del déficit fiscal en los últimos dos meses del año, este ejercicio se ha potenciado en estos dos años de ejecución completa de esta administra­ción. Por ejemplo: entre el 2010 y el 2019, en promedio se registró el 41% del déficit en noviembre y diciembre. Pero en 2021 y 2022, en los últimos dos meses del año se ha registrado (en promedio) más del 80% del déficit total. Esto presenta serios problemas para analizar lo que está pasando con el gasto público y el déficit a lo largo del año.

Como dije hace ya tiempo, el presupuest­o es el arte de lo posible. Y la ejecución presupuest­aria del 2022 precisamen­te esto es lo que refleja. Un gobierno que maneja escasez y tiene que seguir numerosas prácticas presupuest­arias que antes se criticaban.

El déficit es estructura­l. Tenemos más ingresos, pero también más gastos, ahora con una combinació­n de más gasto corriente y menos inversión pública. Se puede argumentar que ahora es más eficiente el gasto público o bien que el Gobierno ha enfrentado una crisis importante, y ambas cosas pueden ser ciertas. Pero la realidad es que el resultado fiscal es el mismo de antes.

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