Diario Libre (Republica Dominicana)
Mercado fronterizo de Jimaní, custodiado por el Cesfront
Pese a la violencia en Haití, el mercado binacional más cercano a Puerto Príncipe funciona con normalidad
El reloj marca la una del mediodía de este miércoles 10 de abril y el mercado binacional de Mal Paso está repleto de gente. Una hilera de camiones descansa a las puertas de unos almacenes grandes que dan sombra a los vendedores, sentados en sus puestos. Allí hay mucho haitiano, también dominicanos. Algunos venden huevos, otros bacalao. El mercado está en ebullición y se escuchan negociaciones allí por donde pasas.
Este mercado está más desarrollado que el de Pedernales, pues es el puesto fronterizo que está más cerca de la capital haitiana, Puerto Príncipe, y por allí pasan los camiones que suministran a la ciudad, además de a los pueblos de alrededor. Está custodiado por la naturaleza: a un lado las montañas y en el otro el estanque de Saumâtre. Esta masa de agua se caracteriza por una razón, porque la frontera pasa en medio, de tal forma que de la misma agua emergen dos países.
Salimos del vehículo y un haitiano de madre dominicana se ofrece para hacer de guía. Él es Michael. “Todos los días vengo aquí, cuando Haití estaba mejor bajaban muchas patanas”. Esto le favorecía porque “había muchas maletas que cargar”.
Justo al lado de la puerta fronteriza, aquella que da a la “tierra de nadie”, hay un restaurante. Esto es una evidencia de que este mercado, comparado con el de Pedernales, está más desarrollado.
Allí trabaja Álex desde hace cinco meses. Confiesa que “los lunes y los jueves salen más camiones y que viene bastante gente al restaurante”.
La seguridad
El inspector de Migración tiene una tarea muy importante: coordinar las fuerzas para controlar la entrada de haitianos al país. Aquellas personas que entran al mercado desde el lado haitiano deben pasar primero un pequeño control.
“Aquí registramos quién entra y quién sale. Con esto sabemos si entra alguien que está fichado”, dice mirando a su equipo que está detrás con los ordenadores. Con aparatos electrónicos, chequean las huellas dactilares de los que cruzan la frontera.
En cuanto a las mercancías que entran y salen del
país, que son muchas, confiesa que “registramos todos los camiones por si hay armas”.
Él no es el único que está vigilando la frontera. El Cesfront (Cuerpo Especializado en Seguridad Fronteriza Terrestre) también está muy presente. Justo en el portón por donde entran los vehículos, dos militares bien uniformados y con un rifle en la mano custodian la entrada.
Ellos detienen aquellos camiones que son sospechosos y los registran. No sería la primera vez que a través de la frontera se cuelan armas, drogas o dinero. Es por esto que el Cesfront trabaja para impedirlo.