Diario Libre (Republica Dominicana)
La traición de Manuel
Terminó como se esperaba el juicio a 7Ðctor Manuel Rocha, en Miami años de prisión por traición a los Estados 6nidos, en cuyo servicio diplomåtico se distinguió durante varias dìcadas.
/o solo sirvió aquð dos veces, sino que ostenta nuestra nacionalidad. Su familia y esposa, gente honorable, son tambiìn dominicanos. Con años, al exembajador y ejecutivo minero le serå difðcil recobrar su libertad.
El paðs traicionado, entiìndase bien, fue el adoptivo, no el que acogió por razones familiares y de amistad. Muchos somos los amigos de Rocha en Dominicana. A todos los niveles. De todos los colores de piel y apellidos. 1or mås de una razón, estamos en deuda con ese diplomåtico que jugó un papel protagónico en momentos estelares de nuestra democracia. Algunos episodios, relevantes, nunca serån conocidos. Solo quedarå en su hoja de vida una traición que lo opaca y mancha todo.
Del Årbol caðdo, todos hacen leña. /o serå Rocha la excepción. 7ale citar, sin embargo, una referencia en sus cortas palabras ante la corte que lo condenó. En su muy temprana juventud, abrazó las ideas radicales muy en boga. En esos años en que no se habða apagado el mito revolucionario de Cuba y sus guerrilleros barbudos. Lo sorprendente es que su inmenso talento y copiosas ganancias intelectuales no lo desviaran totalmente de esas doctrinas, entendibles cuando se es joven. En su caso, su delito no obedeció a motivos materiales sino a la adhesión ciega a una causa que sð es una traición. Traición a un pueblo, el cubano, y a una juventud que se inmoló por ideas fantasiosas, y por quì no, perversas.
A Rocha lo perdió la pasión, no el afån de lucro. En definitiva, Ìl tambiìn es otra vðctima de la tragedia titulada Revolución cubana.