El desabasto de gasolina calienta los ánimos en Nueva York
Los daños ocasionados por la tormenta Sandy interrumpieron la entrega de combustible mientras los apagones dejaron a muchas estaciones imposibilitadas.
Víctimas
La cifra de muertos alcanzó un total de 90 en 10 estados del noreste,
41 en Nueva York.
Cientos de personas haNUEVA YORK. cían filas ayer para comprar gasolina, mientras la falta de luz, de petróleo y gas comienza a desesperar a los residentes.
Los motoristas formaron ayer largas filas en las gasolineras de toda el área metropolitana de Nueva York y se gritaban unos a otros mientras el desabasto de combustible entorpecía los esfuerzos de la región para recuperarse a cuatro días del impacto de la supertormenta Sandy.
En Hess, Brooklyn, la fila se extendía hasta 10 cuadras. Eso causó confusión entre otros conductores, algunos de los cuales terminaron involuntariamente metidos en la fila. Algunas personas salieron de sus vehículos para gritarles. En Queens un hombre fue acusado de apuntarle con un arma a otro conductor que lo acusó de meterse en la fila.
El daño ha interrumpido la entrega de combustible a las gasolineras y los apagones han dejado a muchas estaciones imposibilitadas de bombearlo.
La policía recuperó los cuerpos de dos hermanos de 2 y 4 años que fueron arrastrados por las aguas cuando su madre Glenda Moore bajó de su camioneta al quedarse atrapada en una inundación causada por Sandy el lunes. El descubrimiento fue otro golpe devastador para Staten Island, donde los residentes se sienten en su mayoría olvidados.
La basura se está acumulando, el hedor flota en el aire y en las calles hay una hilera interminable de colchones y sillones abandonados, henchidos por la humedad. Algunos deploraron lo que calificaron falta de respuesta de las agencias de emergencia.
La perspectiva de la normalización no bastó para aliviar a los residentes que pa- saron otro día y otra noche a oscuras mientras bajaba la temperatura. “Es demasiado. Estás en tu casa y te congelas”, se quejó Geraldine Giordano, de 82 años, residente en el West Village. Cerca de su casa, los empleados municipales instalaron una fuente donde los vecinos puedan recoger agua potable.
“Todos estamos cansados”, señaló Rosemarie Zurlo. “Me voy porque me estoy congelando”, dijo. Los residentes de Long Island tratan también de recuperarse entre un paisaje desolador: casas destrozadas y abandonadas-, barcos empujados a tierra, muebles y electrodomésticos en las calles y personas errando en busca de comida. El 90 % de los 2.8 millones de habitantes de los condados de Nassau y Suffolk se quedaron sin electricidad.