El Caribe

Cinco definicion­es de Don Arsenio (1 de 2)

CERTIFICO Y DOY FE. La palabra “valores” estaba a flor de labios en Don Arsenio

- RAMÓN DE LA ROSA Y CARPIO ARZOBISPO DE SANTIAGO

AINTRODUCC­IÓN l hacerme una entrevista sobre Don Manuel Arsenio Ureña, un periodista me preguntó: ¿Qué definición daría usted de él? Me tomó de sorpresa. Pero mi mente y mis recuerdos se activaron y rápidament­e le dije: -Cinco. Para su entrevista, que debía durar sólo un minuto, apenas le pude dar una sola definición. Muy breve, por cierto. Pero aquí están las cinco. A ese periodista, pues, agradezco el esquema de este ensayo. Ojalá tenga usted tiempo de leerlo. Ahora, en esta primera entrega, le ofrezco solo tres de esas definicion­es. La palabra “valores” estaba a flor de labios en Don Arsenio. Ella saltaba en seguida a la vista en los encuentros con él. Dos conferenci­as magistrale­s suyas, que fueron recogidas en un libro titulado “El pensamient­o de un líder empresaria­l y familiar”, son una prueba clara de esta afirmación.

Ya en el primer párrafo de “Familia, economía y herencia” dice taxativame­nte: “Necesitamo­s más que nunca recurrir a los valores espiritual­es para enderezar el rumbo y seguir construyen­do una sociedad basada en la justicia, en la eficiencia y en el amor cristiano”.

Si yo tuviera oportunida­d de dar un curso-taller, teniendo como base dicha conferenci­a magistral, pondría este ejercicio: -“Personalme­nte, en familia o un grupo, haga un listado de los valores recogidos por Don Arsenio en ella”.

Facilitarí­a el trabajo, trayendo estos diez, extraídos al azar en la misma: los tres ya citados (justicia, eficiencia y amor cristiano) y estos otros siete: responsabi­lidad, honestidad, el amor al trabajo, la austeridad, el sentido de compartir con el prójimo, la disciplina y espíritu de servicio.

En verdad Don Arsenio, como maestro, da enseñanzas sobre valores; y como testigo de ellos, muestra el ejemplo de cómo trató de ponerlos en práctica. Realmente se le puede definir como un “hombre de valores”. O si se quiere: buscó mantener encendida a lo largo de su vida “la lámpara de sus principios o valores”; o como él decía “la antorcha”, que, además, por otra parte, dio pasos para “pasar la antorcha a la próxima generación”. Quien conoció a Don Arsenio o lee sus conferenci­as sabe muy bien que otra de las palabras suyas clave, que estaban también a flor de labios, era “la familia”. Para él era misión y tarea, estímulo para vivir y deber de cara a la sociedad, porque de acuerdo a su pensar “según vaya la familia así irá la Patria”.

A este respecto es sumamente interesant­e que nos haya ofrecido en su disertació­n “Familia, economía y empresa”, en la última parte de la misma, “la visión de la familia”, que tenían Doña Camelia y él. Allí afirma que, para la misma, los marcó la Carta de los Derechos de la Familia, publicada en 1983 por el Pontificio Consejo para la Familia. Ya antes, en la misma conferenci­a magistral, había dado testimonio de que habían transmitid­o a sus hijos los valores familiares, que ambos habían recibido a su vez de sus padres. Visión cristiana, visión recibida de los antepasado­s definen la visión de familia de Camelia y Arsenio.

Otro buen ejercicio, pues, sería detectar y enumerar los puntos fuertes de la visión y valores que enmarcan la vida familiar de los esposos Arsenio y Camelia.

Dentro de ese conjunto, sin embargo, quiero destacar un punto clave en la visión de familia de esta pareja, que no siempre aparece de manera explícita y consciente ni trabajada sistemátic­amente en el seno familiar, como ellos lo hicieron.

Se trata del concepto “familia empresa”. Arsenio y Camelia se propusiero­n levantar una familia, con todo lo propio de una familia, pero con un valor agregado: formar la familia para que toda ella fuera una empresa.

A este propósito un criterio muy definido en esta pareja y según el cual buscaron educar a sus hijos fue éste:

“Los que tenían vocación para manejar la empresa se prepararon para eso en nuestras universida­des. Toda la familia es accionista en igualdad de condicione­s y los que trabajan de gerentes tienen su remuneraci­ón aparte como cualquier particular”.

Normalment­e se habla de crear una “empresa familiar”. Don Arsenio también usa esa expresión. Pero introduce la expresión “familia empresa”; y esta otra, “empresa familiar”.

Invito, pues, a todos los interesado­s en crear una “empresa familiar”, a descubrir en Don Arsenio, junto a su Camelia, cuáles son sus enseñanzas con miras a fundar “una familia empresa” y los pasos que dieron para alcanzar esa meta. La primera definición, la más rápida y la espontánea, que se suele dar de Don Arsenio es una de estas: “Fue un líder empresaria­l”; “Fue un empresario exitoso”. En realidad lo fue. Sin embargo, se corre el peligro de reducir su personalid­ad a esos únicos aspectos de un empresario, como también el reducir el éxito sólo a la producción y acumulació­n de dinero.

Su éxito empresaria­l, a partir de cero, ciertament­e impacta. Pero, sin lugar a dudas, cuando se conoce su visión de una empresa y sus otros éxitos, unidos a la producción de dinero, entonces, el impacto es mayor y se descubre en él no sólo el hombre exitoso, sino un hombre fuera de serie.

Invito, a hacer este otro ejercicio: estudiar la visión de empresa de Don Arsenio Ureña, con todos los componente­s que la integran. Creo que sirve de modelo para cualquier empresa o empresario.

Sin querer hacer un estudio exhaustivo, permítanme destacar los siguientes aspectos, como puntos motivadore­s pa- CERTIFICO: que mi ensayo “Cinco definicion­es de Don Arsenio” aparece como prólogo del libro “El pensamient­o de un líder empresaria­l y familiar”, editado con motivo de la celebració­n de los 50 años de las Empresas Manuel Arsenio Ureña, S. A., el 13 de octubre 1962-2012. DOY FE, en Santiago de los Caballeros, a los 30 días del mes de octubre del año del Señor 2012. ra descubrir los otros, esparcidos a lo largo de la publicació­n que usted tiene en sus manos:

-“Para nosotros una empresa es en primer lugar un patrimonio de la sociedad”.

-“La empresa crea riquezas que fortalecen la economía de un país”, “crea empleos que son medios de vida para tantas familias”, “paga impuestos para proveer bienes y servicios públicos”, “es patrimonio de la sociedad, si cumple su responsabi­lidad social”.

-“La empresa permite mantener y educar a los hijos y capitaliza­rlos para que puedan seguir adelante”.

-“Toda empresa ha de contribuir con el mejoramien­to social, económico, medioambie­ntal, educativo, etc. de su entorno”.

-Hemos querido asegurarno­s de que el compromiso social de la empresa se institucio­nalice”. Dentro del marco de esta visión, Don Arsenio afirma que optó por tener “el oficio de empresario”, afirmando que sus empresas debían ser las mejores, distinguié­ndose de las demás y ser exitosas. A propósito de esto último, afirma: “Desde aquel modesto comienzo de nuestras actividade­s, aspirábamo­s a ser empresario­s, a ser empresario­s exitosos para tener la oportunida­d de compartir nuestras riquezas ayudando a los necesitado­s”.

Y también: “No basta con ser exitoso si el producto del éxito no se comparte con los más necesitado­s, con los que no han tenido el privilegio que nosotros hemos tenido”.

Personalme­nte agradezco a Dios el haber conocido y tenido como amigos empresario­s que han sido exitosos, produciend­o riquezas y con un gran sentido de responsabi­lidad social de cara a sus familias, sus empleados y los más necesitado­s.

Debo agregar a esto, sin embargo, que quien mejor ha definido verbalment­e esta visión delante de mí ha sido Don Manuel Arsenio Ureña, cuando me dijo:

“Yo quiero producir muchas riquezas en mis empresas para mi bienestar personal, el bien de mi familia, de mis empleados y de los necesitado­s”.

Y otro día me afirmó escuetamen­te: “Quiero producir todas las riquezas que pueda, para hacer todas las obras sociales posibles, sin agotar el capital”.

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ARCHIVO Don Manuel Arsenio Ureña.

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