El Centro Cultural Perelló
Al intentar ensayar nuestro texto de la semana, a propósito del tercer aniversario del Centro Cultural Perelló, nos percatamos de que en determinadas circunstancias algunas estrofas de composiciones conocidas, se convierten en apoyatura que de una forma u otra permiten iniciar un diálogo. Así, porque como dice la canción: “parece que fue ayer”.
Y, en efecto, recordamos aquella tarde –noche como si hubiese sido ayer, en la que la sociedad capitalina se desplazó casi por completo para acompañar a la familia Perelló junto al pueblo de Baní para celebrar juntos el inicio de una nueva etapa para el arte y la cultura de la región Sur.
En aquella ocasión, el Centro Perelló acogió las obras de importantes creadores, a partir de la Colección del Banco Popular. Pero para esta ocasión han sido se- leccionadas un conjunto de piezas de la Colección de Don Fernando Báez Guerrero, por medio de las cuales un grupo de especialistas, entre los que destaca Amable López Meléndez, se ha dado a la tarea de comisariar la muestra con el fin de mostrar al espectador un cuerpo de trabajos únicos e irrepetibles, dentro de los cuales se registran importantes piezas que sin lugar a duda constituyen referentes de vital importancia en lo que atañe al contexto artístico nacional.
Bajo el título de “Un siglo de arte moderno en la República Dominicana”, a través de la Colección de Fernando Báez Guerrero, se abre una compuerta que permite contemplar no sólo las formas de creación de los grandes representantes del arte nacional, sino también que propicia el diálogo y la reflexión en torno a los elementos trabajados, tanto por uno como por otro artista, cuyas obras se conservan en esa pinacoteca. Y, fundamentalmente, porque a un sin número de jóvenes se le ha brindado la oportunidad de ser parte de este proyecto que inicialmente fuera presentado en el Museo de Arte Moderno de Santo Domingo.
Recuerden que Baní “está a la vuelta de la esquina”, así que cualquier tarde pueden pasar a visitar la muestra en el Centro Cultural Perelló.