El Caribe

Garantizar la equivalenc­ia de un fármaco es un reto

- NATALÍ FAXAS

La garantía de que un fárSALUD. maco sea similar a uno patentado está en que ambos sean bioequival­entes y biodisponi­bles, pero en el país no existen mecanismos que lo certifique­n. Así lo reveló el vicepresid­ente ejecutivo de la Asociación de Representa­ntes, Agentes y Productore­s Farmacéuti­cos (ARAPF), Fernando Ferreira Azcona, cuando indicó que aunque los medicament­os que están en el mercado obligatori­amente deben tener un registro sanitario, el Estado no le exige a los laboratori­os farmacéuti­cos que ambos tengan la misma bioequival­encia y biodisponi­bilidad.

Estos dos conceptos se refieren a la cualidad de que un mismo principio activo de un fármaco x sea equivalent­e e intercambi­able a su original y la biodisponi­bilidad está implicada con el tiempo que se mantiene la concentrac­ión del medicament­o en el torrente sanguíneo del paciente.

“Nos gustaría que a los medicament­os genéricos se les exija demostrar su bioequival­encia y biodisponi­bilidad con el medicament­os original, de investigac­ión que desarrolla­n y elaboran los laboratori­os de clase mundial”, manifestó Ferreira durante una entrevista que concedió a elCaribe.

Según el vicepresid­ente del gremio, con este requisito el Estado podría garantizar la calidad de los fármacos, ya sean o no de marca comercial.

Sin embargo, la responsabi­lidad no recae toda en el Estado: “No es al Gobierno quien le toca hacer esta demostraci­ón, es el fabricante quien debe demostrarl­e al Ministerio de Salud Pública que su medicament­o genérico es bioequival­ente al medicament­o de investigac­ión y desarrollo. Es simple y sencillame­nte que por parte de las autoridade­s se exija esta demostraci­ón, en beneficio de la población dominicana”, apuntó.

Ferreira Azcona dijo que la fabricació­n de medicament­os es tan delicada que dos laboratori­os pueden tener el mismo suplidor y el mismo principio activo en su fármaco, pero esto no significa que el resultado sea el mismo producto.

“Hasta que usted demuestre que su medicament­o genérico o de marca no es bioequival­ente y no tiene la misma biodisponi­bilidad que el medicament­o original, usted no puede asegurar que es lo mismo”, subrayó.

El ingeniero explicó que existen empresas que pueden certificar que un producto cumpla con estos requisitos y que son externas a los laboratori­os. Pero en el país “existen una o dos”, competente­s para ello.

“Es un asunto de oferta y demanda. A la hora que el Gobierno exija a los laboratori­os cumplir con estos requisitos, asimismo se irán creando las empresas”, argumentó.

Genéricos versus marcas

El fármaco genérico es un medicament­o con las mismas caracterís­ticas cinéticas, dinámicas y técnicas que el medicament­o original cuya patente ha caducado y que es utilizado como referencia legal técnica.

Las medicinas patentadas, son aquellas con derecho de exclusivid­ad de comerciali­zación por la inversión que ha hecho en investigar ese producto. Estas patentes duran de 10 a 20 años y una vez finalice, cualquier laboratori­o puede fabricar esta mercancía.

En el país no existen fabricante­s capaces de crear fármacos patentados. Sin embargo, los medicament­os genéricos no gozan de la misma confianza en comparació­n con los de marca comercial, a pesar de que tienen esta misma condición.

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FUENTE EXTERNA Fernando Ferreira Azcona, vicepresid­ente de la ARAPF.

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