¿Qué te aferra a la vida?
Señor director. Si alguna vez nos preguntamos ¿a qué se debe que cada día algo nos impulse a levantarnos y salir al ruedo, y cada noche nos acostemos con el deseo ardiente de ver el día siguiente? Muchos dirán que por el trabajo, compromisos familiares, los estudios y responsabilidades, que no quieren estar más en la cama... Esas respuestas están bien para darlas a otros, pero ¿crees que son válidas y suficientes para ti? Si de verdad lo crees, todavía sigues durmiendo, a pesar de levantarte de la cama. Son respuestas condicionadas, las enseña la sociedad, transmitidas de generación en generación por nuestra condición de dormidos. Cada individuo tiene una misión especial en este ciclo de vida terrenal y no es posible que todos estemos movidos por las mismas razones: Ser productivo, ser profesional, formar una familia, ser útil a la sociedad, ser respetado y poderoso, bla, bla, bla, la mayoría de esas respuestas están encasilladas dentro de banalidades, manipulación y domesticación, y falta de libertad y autenticidad.
Pregunta desde lo más íntimo de tu ser y respóndete, desligándote de todo ese listado de instrucciones, desidentificándote de lo que crees y de quién crees ser, mírate como un nuevo ser, vacío de conceptos y obligaciones impuestas por otros y por la sociedad, de emociones reactivas, conéctate con la verdadera esencia de tu Ser y hazte la pregunta de nuevo, y añádele estas otras: ¿Qué es lo que te lleva a moverte en cierta dirección, y qué es lo que en verdad deseas hacer con pasión y contento interior? ¿Por qué tienes ese deseo de vivir y para qué? Luego, haz un silencio que penetre cada célula de tu ser y te lleve al centro del universo; y, estando allí, escucha esa respuesta que viene de dentro de ti, escucha con atención esa verdad, y libre serás.
Muchas personas se pasan los días renegando satisfacción, quejándose de su desdicha, pero por nada quieren dejar de vivir y salir así de ese eterno sufrimiento. Me parece que esta actitud más que apego o resignación es porque tienen esa espinita que les dice que esa no es la realidad de sus vidas, que ríen y pasan días alegres, que la felicidad ale- tea a su alrededor, que no son felices, porque no aprecian que lo son. Saben, aunque no lo tengan claro, que hay algo más allá de todo eso que hacen, de toda esa insatisfacción que creen sentir, y ese algo es precisamente lo que los tiene en este plano, aferrados a la vida terrenal.
Averigüen que es lo que les produce gozo interior, un gozo contagioso y que para nada provoca envidia como la mayoría de los logros materiales. Llenen su día de propósitos y logros espirituales, esos que nos hacen sentir gozosos. No hablo de conseguir cosas materiales, hablo de ese tipo de felicidad, gozo y paz interior, que pase lo que pase, nada ni nadie les puede arrebatar. Elévense por encima de las costumbres y los condicionamientos, son dueños de su andar. Para escribir a esta sección diríjase a: lectores@elcaribe.com.do. Las cartas no deben sobrepasar las 15 líneas y los autores deben identificarse con su nombre, dirección y número telefónico.