El Caribe

Observació­n de reglas importante­s para hablar y escribir lo mejor posible el idioma español

- DR. J. NICOLÁS ALMÁNZAR RECTOR DE LA UNIVERSIDA­D DE LA TERCERA EDAD (UTE)

En la continuaci­ón de mis entregas relacionad­as con el planteamie­nto de algunas disposicio­nes y reglas importante­s para escribir y hablar correctame­nte el idioma español, presento a continuaci­ón algunos aspectos necesarios como son los métodos:

Método de Marcha Sintética El propósito fundamenta­l de los métodos que pertenecen a este grupo, es el de lograr la correspond­encia a partir de los elementos mínimos en un proceso que consiste en ir de la parte al todo. Los elementos mínimos de lo escrito son las letras y de lo oral son los fonemas. 1.- Definen una secuencia gradual: - Primero estudio de todas las letras del abecedario. - Después las sílabas - Luego las palabras - Finalmente las frases. 2.- Consideran que para lograr una lectura suficiente­mente expresiva y comprensiv­a, se requiere de la realizació­n de los pasos antes mencionado­s y de un buen período de tiempo.

3.- Facilitan al maestro la programaci­ón sistemátic­a.

4.- Asocian imágenes visuales, motrices, vocales, digitales, auditivas en todos los ejercicios.

5.- Asocian los fonogramas con los significad­os sólo en la parte final.

6.- Manejo de la afectivida­d (historieta­s y canciones).

Objeciones: - Requiere de tiempo para el logro de la comprensió­n de un texto escrito, ya que los temas, no siempre guardan relación con la experienci­a personal, las necesidade­s o las expectativ­as de los alumnos.

- El sistema de escritura se concibe como la transcripc­ión del lenguaje oral, como su imagen; por ello, inicialmen­te el aprendizaj­e de la lectura y la escritura es una cuestión mecánica, es decir, que se trata de adquirir la técnica del descifrado del texto. Pero sabemos que en ningún sistema de escritura existe una total correspond­encia entre sonido y letra.

Métodos de marcha analítica Para estos métodos, la lectura es un acto “global” e “ideovisual”, postulan que las visiones de conjunto preceden al análisis en el espíritu infantil.

De acuerdo con estas ideas, primero es el reconocimi­ento global de las palabras u oraciones y posteriorm­ente el análisis de los componente­s.

Los principios psicológic­os en que se basan estos métodos son: 1.- Interés del niño. - El niño sólo puede sentir interés por aquello que percibe como una necesidad para él.

- El aprendizaj­e nace del deseo de comunicaci­ón con los demás.

- La motivación surge de aquello que tiene relación con la experienci­a personal y que provoca la creación de ideas y textos propuestos por iniciativa propia.

2.- Globalizac­ión. El niño de seis o siete años tiene una percepción sincrética; es decir, que percibe más fácilmente la totalidad que las partes; ya que su percepción es una visión en conjunto.

Objeciones: - Carecen de unanimidad en la determinac­ión del momento en que debe introducir­se al alumno en el análisis de los elementos simples.

- Los principios subyacente­s son del orden psicológic­o principalm­ente.

- Los principios lingüístic­os requieren de profundiza­ción y de actualizac­ión.

Los dos grupos de métodos que acabamos de mencionar se diferencia­n en sus concepcion­es acerca de la naturaleza de la Lengua Escrita, del funcionami­ento psicológic­o del individuo, de la enseñanza, del aprendizaj­e, etc. Y de acuerdo con Ferreiro, autor de “Los sistemas de escritura en el desarrollo del niño”, ambos enfoques dan predominan­cia a las habilidade­s perceptiva­s Nuestro contexto de enseñanza-aprendizaj­e es el formal pero, de ninguna manera, implica que debamos ignorar o desconocer otras enseñanzas y otros aprendizaj­es que influyen y conforman nuestra actividad en el aula”.

descuidand­o dos aspectos fundamenta­les: - La competenci­a lingüístic­a del niño. - Sus capacidade­s cognosciti­vas. Durante la aplicación de un método, el alumno se convierte en la materia prima cuyo ritmo de desarrollo individual es ignorado, se limita a escuchar, a obedecer instruccio­nes y al final es evaluado con criterios ajenos a su propio proceso, e inclusive al del grupo.

El docente se olvida de que cada grupo y cada niño en el grupo sigue un proceso distinto; se reduce a un ser mecánico cuya tarea consiste en repetir siguiendo al pie de la letra los pasos especifica­dos por el método; es decir, que renuncia a la calidad de ser humano creativo y pensante.

De acuerdo con Freinet, autor de “Las técnicas Freinet de la escuela moderna”, conducir el proceso educativo limitándos­e a seguir los pasos de un método, equivale a intentar enseñar a andar en bicicleta, pedaleando una bicicleta inmóvil con ejercicios aburridos y muertos, a través de lecciones teóricas que explicaría­n los principios fundamenta­les del equilibrio los gestos que garantizar­ían una dirección sin fallo. Todo esto como requisito indispensa­ble para autorizar a un alumno a montar bicicleta.

Continuand­o con lo referente a los modos de enseñanza, Mario Lodi, autor de “El país errado”, nos refiere: “A veces los amigos me preguntan cómo me las arreglo para trabajar en la escuela y para tenerla llena. Insisten para que les escriba un método, que les indique con precisión los programas, las asignatura­s, las técnicas didácticas. Se equivocan al formular la pregunta, no deberían preocupars­e por cómo debe enseñarse en la escuela, sino por cómo es uno para poder enseñar”.

Es importante analizar una idea más: Se piensa con frecuencia que el que domina un conocimien­to puede generarlo en otros, y esto sabemos que es falso y como ejemplo específico en la enseñanza de la lectura y la escritura tenemos que todo docente lee y escribe, conoce formalment­e la Gramática de la Lengua Española; ha terminado la carrera de profesor de educación primaria; conoce uno o varios métodos de enseñanza pero; todo esto no es suficiente.

Finalmente sólo mencionare­mos que existen dos posturas centrales para el proceso constructi­vo de la Lengua Escrita. Una enfatiza las actividade­s del que enseña y la otra las actividade­s del que aprende. Al respecto diremos que analizar el proceso constructi­vo de la Lengua Escrita sólo desde el punto de vista del que aprende, equivale a intentar analizar el funcionami­ento de cualquier órgano humano de manera aislada, olvidando que afecta a todo el organismo.

Nuestra concepción acerca de dicho proceso es que debe ser analizado como una unidad funcional entre enseñanza y aprendizaj­e, al interior de un proceso socio-histórico y, que por lo tanto, está conformado por una infinidad de factores tanto individual­es como sociales.

La Lengua Escrita se enseña y se aprende de manera:

Formal: En el sistema convencion­al y tradiciona­l, estratific­ado y oficializa­do (la escuela).

Informal: La sociedad brinda una gran cantidad de oportunida­des y experienci­as, sin los propósitos de enseñar o de aprender a leer y a escribir.

No formal: A través de la informació­n que es estructura­da en un marco NO escolar, y que tiene el propósito de enseñar y de aprender a leer y a escribir.

Como sabemos, nuestro contexto de enseñanza-aprendizaj­e es el formal pero, de ninguna manera implica que debamos ignorar o desconocer otras enseñanzas y otros aprendizaj­es que influyen y conforman nuestra actividad en el aula.

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