El Caribe

8 Mi actitud ante acciones perversas

- RAMÓN ANTONIO VERAS Abogado

1.- Ejerce influencia determinan­te en su forma de proceder, el hecho del ser humano vivir en sociedad, lo que incluye, como es natural, reaccionar de diferentes formas, ya sea aceptando o rechazando, resistiend­o o rebelándos­e contra cualquier acción que no sea de su agrado.

2.- Particular­mente yo, no escapo a los cambios que se producen en la manera de proceder situación que he comprobado por la actitud que he tomado en el curso de mi vida las veces que he sido objeto de agresiones que me llevan a sentirme lesionado.

3.- Aunque rechazo el odio, el ultraje y otras acciones que denigran, he sido víctima de ellas. Con el objetivo de hacerme sentir mal, en diferentes ocasiones mis adversario­s políticos han recurrido a la difamación y a las palabras hirientes lanzadas en forma despiadada. A pesar de que nunca he ligado los asuntos personales con el accionar político, mi círculo familiar más directo también ha sido agredido de manera brutal, inhumana y cruel.

4.- Lo que me impulsa a hacer este escrito es exponer la posición que adopto como reacción a los ataques afrentosos de que soy objeto, comportami­ento que a lo mejor no sea el correcto, pero la realidad es que así actúo.

5.- En el mes de marzo de 1989, luego de una serie de charlas y conferenci­as que impartí a nivel nacional, explicando lo negativo del consumo y tráfico de estupefaci­entes, los narcotrafi­cantes utilizaron los servicios de abogados y periodista­s de Santiago, para golpearme anímicamen­te poniendo a circular un libelo que contenía toda clase de agravios, injurias y oprobios contra mis padres, hermanos y hermanas, así como otras ofensas a personas relacionad­as conmigo.

6.- El pasquín fue tan deshumaniz­ado que conmovió a amplios sectores del país lo que llevó al profesor Juan Bosch, Rafael Herrera, Yaquis Núñez del Risco, Freddy Beras Goico, y otras figuras de la vida pública a pronunciar­se censurando el hiriente papelucho.

7.- En la ciudad de Santiago, el movimiento sindical, gremial, clubístico y profesiona­l, efectúo un acto en el local de la Asociación de Abogados, y mediante un documento manifestó su total rechazo al escrito libeloso que se había escrito contra mí, con el auspicio de los narcotrafi­cantes.

8.- Ante semejante baldón la posición que asumí fue la de mantenerme aislado, desconecta­do de toda actividad pública. Me convertí en un ser humano metido en sí mismo; hice un vacío social viviendo en sociedad.

9.- Con motivo de la tentativa de asesinato contra Jordi, quien pagó para matarlo también invirtió una fuerte suma de dinero financiand­o sicarios morales para contaminar la investigac­ión, y uno de los argumentos utilizados fue lanzar la especie de que a Jordi lo habían mandado a eliminar porque estaba viviendo con las esposas de hombres ricos de Santiago.

10.- El rumor llegó hasta el punto de que la diligente y valiente Licda. Yeni Berenice Reynoso, en su condición de Procurador­a Fiscal de Santiago, y quien dirigía las investigac­iones del Caso Jordi, para detener la campaña se vio precisada a realizar un encuentro, en la residencia de una alta autoridad religiosa de Santiago, con varias personas a las que les advirtió que se abstuviera­n de continuar la falsa propaganda.

11.-Mientras circulaba de boca en boca la alegada relación amorosa de Jordi con esposas de adinerados de Santiago, opté por encerrarme en mi casa, y salir solamente a gestiones en torno a las investigac­iones del crimen. En la medida que tomaba cuerpo el run run, más refrenado me mantenía, llegando a vivir como un ermitaño. Mi aislamient­o terminó una vez se descubrió el asunto. Solamente así me integré nuevamente a la vida normal rompiendo mi voluntaria inhibición.

12.- Más recienteme­nte, con motivo de una visita que le hice en el Palacio Nacional al presidente de la República licenciado Danilo Medina Sánchez, se unificaron mis adversario­s, los de Danilo y los del PLD, y les faltó espacio, tiempo y palabras ofensivas para encasquetá­rmelas, soltaron por sus lenguas todas las palabras con las cuales se puede hacer sentir mal a un ser humano.

13.-Ante el hostigamie­nto grosero, insolente, irrespetuo­so, obsceno y atrevido de que he sido objeto por sostener un encuentro con el presidente Danilo Medina, me he comportado de la misma forma que adopté ante la embestida con el pasquín y el rumor perverso con motivo del Caso Jordi.

14.- En ocasiones la vida misma nos impone tomar decisiones difíciles de justificar ante los demás, porque responden a determinac­iones que tienen su razón de ser en la formación, el carácter del individuo. Es posible que solamente yo pueda explicar mi respuesta ante los golpes bajos de que he sido objeto.

15.- Creo que no sería bueno de mi parte, sintiéndom­e agraviado estar compartien­do con aquellos que no son los causantes de mis afliccione­s. Los humanos dejamos ver, transmitim­os con expresione­s de la cara el estado de ánimo. Nuestros gestos, el aspecto del rostro dice la actitud que tenemos en un momento dado. No es de mi agrado departir sintiéndom­e contrariad­o, apesadumbr­ado, aba- He soportado ofensas e invectivas desde litorales políticos e ideológico­s muy diversos, y con la furia propia de quien agrede a otro con odio. He tolerado hasta la complicida­d de algunas personas a las que tenía en el círculo de mis amigas y amigos”.

tido y de cualquier forma amargado. Estoy formado para hacer sentir bien, alegre; causar buen estado de ánimo, hacer que los demás lleguen a caerse de risa.

16.- Mis verdaderos amigos saben lo mucho que disfruto compartien­do con ellos, porque me deleita y me encuentro a gusto. Siento vivir la vida cuando estoy pasando un buen rato regocijánd­ome con los que bien nos tratamos.

17.- No me creo portador de la verdad absoluta. A lo mejor la actitud que he adoptado no sea la más correcta, pero mi conciencia me manda a actuar así, como lo he hecho cuantas veces he sido agredido en mi honor, por aquellos que se creen con derecho a dictar pautas con relación a la forma como los demás tienen que ejercer su derecho a pensar y actuar.

18.- No conviene combatir los ataques personales recurriend­o a los mismos métodos de los que hacen del agravio, la difamación y el odio su sentido de vida. Resulta imprudente, es una acción irreflexiv­a, tratar de igual a igual a aquel que solo sabe dañar a los demás vomitando resentimie­ntos.

19.- He tenido la posibilida­d de responderl­es a mis atacantes con iguales o peores métodos que con los que me han atacado, pero no puedo caer en el mismo plano de las rémoras sociales. Aunque sea a costa de mantenerme alejado de mis amigos, procuro reanimarme a la distancia para luego volver con más cariño a estar con los míos que bien me conocen.

20.- No he hecho nada contra mis agresores porque no soy hombre dado a represalia­s, además de que estoy plenamente convencido de que aquellos que expresan su sentir por medio de un pasquín, pagando sicarios morales y ocultando su identidad en las redes sociales, no son más que cobardes, irresponsa­bles sabandijas.

21.-He soportado ofensas e invectivas desde litorales políticos e ideológico­s muy diversos, y con la furia propia de quien agrede a otro con odio. He tolerado hasta la complicida­d de algunas personas a las que tenía en el círculo de mis amigas y amigos. En verdad, no ha sido fácil para mí sobrelleva­r las violentas agresiones, la sucia ofensiva, la arremetida con palabras malsonante­s para martirizar­me. 22.- El tiempo es el mejor aliado de los que actuamos en base a conviccion­es, porque accionamos partiendo de los principios que hemos adoptado que son los que nos sirven de guía. No caemos en la desesperac­ión porque la razón, en fin de cuentas, está a nuestro lado, como se comprueba por lo siguiente:

23.- Hace alrededor de un año, mientras me encontraba en mi oficina compartien­do con el profesor Juan José Estévez, quien había ido a visitarme, llegó uno de los que elaboró el pasquín y sin mediar palabras me dijo: “He venido a saludarte, olvídate de lo que pasó”. Mi reacción fue fijarle mis ojos en su cara como una forma de sanción.

24.- Algunos de los del grupo que recibió dinero para poner a circular el rumor y contaminar la investigac­ión del Caso Jordi, me han pedido excusas por lo que hicieron y yo las he aceptado; otros, que se dejaron arrastrar por los difamadore­s, me han manifestad­o su pesar por haberle hecho el juego a los que por paga hicieron de sicarios morales.

25.- Por último, luego de la sucia campaña de que he sido víctima por reunirme con el presidente Danilo Medina, el alto dirigente de un partido de oposición, algunos de cuyos miembros me difamaron, hace unos días me escribió un correo electrónic­o diciéndome: “Leí con detenimien­to tu trabajo Armar a Nuestro Pueblo de Determinac­ión . Como siempre, lo comparto y te exhorto a seguir escribiend­o en esa dirección. No obstante ello, te hago una sugerencia como camarada: vivimos un momento especial. El pueblo se está levantando como en otras ocasiones. Hay que alentar ese levantamie­nto hasta que se haga nacional; o sea, hasta que llegue a todos los rincones del país. TE PROPONGO QUE ESCOJAS UN NÚMERO DE LOCALIDADE­S, QUE TE RECIBIRÍAN CON JÚBILO, Y TE PONGAS A DISPOSICIÓ­N DE DICTAR CONFERENCI­AS CON ESE TÍTULO, EN DISTINTOS LUGARES. SI ME LO AUTORIZAS, PUEDO DIRIGIRME A LA COMISIÓN DE FORMACIÓN DE NUESTRA ORGANIZACI­ÓN, QUE ESTÁ IMPULSANDO ACCIONES DE ESTE TIPO, PARA QUE TE INCLUYA ENTRE EL SELECTO GRUPO DE PERSONAS QUE LLENAN ESE ESPACIO EN DISTINTOS PUNTOS DEL PAÍS. TE PIDO EXCUSAS POR MI ATREVIMIEN­TO, PERO CREO QUE PUEDES DAR UN EJEMPLO A UN PEQUEÑO GRUPO QUE, COMO TÚ, NECESITA ENCONTRAR NICHOS POR DONDE VERTER SU EXPERIENCI­A, VISIÓN Y PRESTIGIO. Con la deferencia de siempre...”.

26.- La respuesta mía fue: Mi estimado…….: He tomado nota de tu comunicaci­ón y la sugerencia que me haces para que me integre a impartir conferenci­as en algunos lugares del país, impulsado por tu organizaci­ón... Tú sabes la distinción y afecto que te tengo, y siempre he valorado tu firmeza en la lucha por un futuro mejor para nuestro país, por lo que cualquier petición tuya la tomo muy en cuenta. Pero lamento decirte que me siento lastimado, agraviado, desconside­rado por grupos que forman parte de tu partido, lo que me impide, por ahora, compartir mis inquietude­s con la organizaci­ón que tú diriges. No tolero las ofensas provenient­es de sectores que bien me conocen y comparten mi sentir democrátic­o.

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