Mis cantautores preferidos
Luego del gran concierto de Joaquín Sabina en Santo Domingo, un grupo de amigos conversábamos sobre los mejores cantautores iberoamericanos. Cada uno tenía sus preferidos. Hice mi lista, la comparto con ustedes, a sabiendas de que es imposible el consenso, pues, como dicen, “para los gustos se hicieron los colores”. Eso sí, nadie dudó de que los que presenté eran los más destacados, aunque en ocasiones en orden distinto. Mi quinto es nuestro Juan Luis Guerra. Sus letras se visten con el arcoíris y perfuman con vientos caribeños de alegría, amor y esperanza. Es nuestro principal símbolo musical en el mundo”.
El mejor de todos los tiempos, para mí, es Silvio Rodríguez. La mayoría pensaba lo mismo. El cubano está muy por encima de todos. Nadie tiene la profundidad en las letras como el antillano. Es un pensador de marca mayor. Sus estrofas retumban conciencias, acarician sueños y abonan al amor. Sus canciones las escuchamos una y otra vez y siempre aprendemos algo. Tiene más de 400 canciones que son “mis favoritas”. Quien no lo ha escuchado le falta algo por vivir.
Le sigue Joan Manuel Serrat. El hombre trascendió los siglos. Masificó a gran- des poetas de España. Descubrió una América mestiza sin usar carabela, lo hizo a pura garganta y su Mediterráneo inundó todos los mares.
Su compatriota, Luis Eduardo Aute es mi tercer favorito. Polifacético, intenso e inmenso, sus letras alteran los sentidos y descifran las más silvestres pasiones. Continúo con la Madre Patria y llega Joaquín Sabina, con sombrero de bufón y aire bohemio, irreverente, atrevido, soez. Sus palabras son la anarquía hecha música, con un talento incalculable. Su más reciente producción “Lo niego todo” es formidable.
Mi quinto es nuestro Juan Luis Guerra. Sus letras se visten con el arcoíris y perfuman con vientos caribeños de alegría, amor y esperanza. Es nuestro principal símbolo musical en el mundo. El sexto puesto es de Alberto Cortez. El argentino hace de la poesía canción, le canta a todo con elegancia y precisión, filósofo de la libertad.
El número de la suerte corresponde a Brasil, con Chico Buarque. Políglota, escritor, dramaturgo y mil cosas más. “Oh, qué será” es su emblema, algo tan cotidiano que hasta da risa saber de qué se trata. Si hay una canción de canciones, cantada en todo el mundo, es “Gracias a la vida”, de la chilena Violeta Parra, el folclor hecho persona, la primera latina que expuso en el Louvre, la que rompió barreras e hizo de su voz una bandera contra las injusticias. Es mi octava preferida.
El noveno, otro cubano, Pablo Milanés. Basta con “Para vivir” y “Yolanda”. El décimo puesto es para otro español: Víctor Manuel, con “Ay, amor”, “Solo pienso en ti” y “Soy un corazón tendido al sol”.
Termino con dos preguntas: ¿Usted qué opina de esta selección? ¿Cuál es la suya?
El autor es abogado.