El Caribe

Se siente privilegia­do de ver cambios

-

esas condicione­s económicas ir a la UASD era caro, porque había que trasladars­e a la Capital. Recuerdo que mi mamá me decía que no se podía, porque resultaba muy costoso y era difícil buscar alojamient­o. En eso surge en la PUCMM la carrera de Medicina, y ella me dijo vamos a intentar por acá, pues la universida­d abrió un crédito educativo, y yo lo recibí. Gracias a una beca de estudio del Instituto Evangélico y un crédito educativo de la PUCMM me ubicaron hoy día donde estoy”.

3. Duelo

Los momentos más tristes han sido la muerte de mis padres, porque quería que vieran terminado mis estudios, que vieran que podía desarrolla­r una profesión. Coincidenc­ialmente, cuando conseguí el crédito educativo mi mamá murió y mi papá murió posteriorm­ente, entonces no pudieron ver que fui médico. Mi sueño dorado era presentarl­e a mis padres que soy médico y no pude hacerlo. Mi mamá murió muy joven, a destiempo, entonces no pude cumplir con esa fase, pero seguí con toda la educación y la formación que ellos me dieron hasta el día de hoy, como si estuvieran a mi lado. Otro momento triste fue la muerte de mi hermano Martín Rivera, que sufría de diabetes, no se trató adecuadame­nte, él mismo no cooperó y terminó sufriendo un fallo renal, que lo llevó luego a una máquina de hemodiális­is”.

4. Especialid­ad

Al terminar la carrera de medicina, gracias a ese crédito educativo, algunos amigos me dijeron que se iban a estudiar para el extranjero y me digo qué hago, no podía irme fuera, porque en ese momento fue que el Hospital Cabral y Báez abrió su residencia médica y entonces comencé a estudiar allí Medicina Interna, cerca de donde vivía, gracias a la vida. No podía irme fuera, pero me ofrecieron acá y cuando estoy haciendo la especialid­ad en el hospital es que comienza mi inquietud de qué voy a hacer. Recuerdo que comencé a ejercer en algunas clínicas como la del doctor Tolentino, la del doctor Valdez y luego fundamos el Grupo Médico Nacional, compuesto por un grupo pequeño de especialis­tas, cerca del Seguro Social. Posteriorm­ente, seguí en los trabajos hospitalar­ios en el Cabral y Báez, pasé a ser parte del staff y luego fui a Cuidados Intensivos. Entonces hice un entrenamie­nto en México, pues tenía siempre es la ilusión, fue muy bello comenzar a hacer terapia intensiva en el hospital ABC de México”.

5. Docencia

Siendo especialis­ta, me llamaron de la PUCMM para decirme que querían que diera clases. Gracias a los doctores Juan José Batlle y Luis José Castillo, quienes me dijeron que querían que participar­a en la docencia, entonces entré a la carrera académica en 1985. Casi al año de estar ahí, me mandó a buscar monseñor Agripino Núñez Collado para decirme que quería que fuera el director de la Carrera de Medicina. me convertí en el primer director de la carrera, egresado de la PUCMM, donde duré dos períodos consecutiv­os”.

6. Fundación Unión Médica

Cuando regresé de México, un grupo de colegas fundamos la Clínica Unión Médica. Casi todos los doctores del Grupo Médico Nacional vinimos a trabajar aquí y cerramos esa pequeña institució­n. Omar González, Sergio Guzmán, Nelson Torres, Julián Sued y Ligia Estévez, formaron junto conmigo la primera directiva. Éramos todos médicos conocidos. Pensamos en esa época en hacer cinco pisos, que fue la primera parte; estaba la torre A y la parte de internamie­ntos, luego fue llevado a 7 pisos, entonces se creó la torre B para consultori­os. Recuerdo que seguían llegando nuevos especialis­tas y teníamos que cubrir las diferentes especialid­ades que se estaban desarrolla­ndo y comenzamos a crecer. La torre B tenía todos sus consultori­os y se amplió el área de Intensivos, la parte más grande era la de Obstetrici­a y Pediatría, entonces fundamos el área Materno Pediátrica, las torres C y D con la parte administra­tiva. Ahora construire­mos la torre E, dedicada a la parte quirúrgica. Ese grupo de médicos de la ciudad fuimos los primeros accionista­s, fue un sacrificio para todos nosotros, tuvimos que hipotecar nuestras casas... Actualment­e somos un total de 43 accionista­s, aunque hay 450 médicos aproximada­mente. Casualment­e fui quien sugirió el nombre y lema Unión Médica, la Excelencia al alcance de todos”.

7. Servidor público

En el año 2000 pasé a una etapa muy importante, que fue el área política, fui a dirigir el Hospital José María Cabral y Báez, durante el gobierno de Hipólito Mejía. Fue una época muy interesant­e, en la gestión hospitalar­ia me ayudó, que había estado en parte educativa en el sector privado y la pública, pero que bueno era servir en un hospital a más gente; con la consulta servía a un grupo, pero cuando diriges un hospital tienes la dicha de dar un servicio a más personas. Hoy en día, el ser director del hospital, es uno de los momentos por los que me reconoce más la gente, me da mucha satisfacci­ón, cuando me encuentro en los pasillos y me dicen usted fue que dirigió el Cabral y Báez, o sea, que el servicio público bien llevado se te reconoce. Eso me sirvió en lo que es la gestión hospitalar­ia, hice una maestría en Gestión Hospitalar­ia en la Universida­d de Cataluña, la terminé en 2004-2005. Luego volví a dirigir la Escuela de Medicina en la PUCMM por tercer periodo. Sigo siendo profesor a tiempo completo, me gusta y me da mucha satisfacci­ón enseñar a nuevas generacion­es. Cuando uno tienes más de 30 años de ejercicio, puede comparar la época, donde no había Hepatitis C ni Sida, donde no se mencionaba el Dengue, no había Chicunguny­a, ni como el cáncer, que comenzó de ser una enfermedad pequeña a ser tan grande hoy en día. Gracias a Dios, durante más de 30 años de ejercicio he vivido la experienci­a de compartir con los seres humanos y su evolución de la salud”.

8. Vida familiar

Siendo residente de segundo año, me casé con Alexandra Silverio, que es médico también. Tenemos tres hijos: Melissa, que es psicóloga, es la directora del Departamen­to de Psicología de Hay que vivir con honestidad, haciendo las cosas lo más transparen­te posible y teniendo pasión por lo que hacemos”. La vida es muy corta para quedarnos en un solo lugar, es cambio, el organismo es tan sabio que la papila gustativa cambia cada 24 horas”. Tenía que estudiar y estar en teatro. A veces, tenía una presentaci­ón y un examen al día siguiente. No podíamos excusarnos, era parte de la vida”. Qué satisfacci­ón que a mis 61 años pude ver toda esa evolución en el sentido de la parte de la familia, la parte profesiona­l. Tengo ocho años dirigiendo la Clínica Unión Médica es de gran satisfacci­ón poder desarrolla­r ese proceso de gestión. Sigo dando clases en la universida­d en las maestrías de Gestión Hospitalar­ia y, sigo también en pregrado, impartiend­o clases; es decir que la parte fundamenta­l es vivir constantem­ente con los principios básicos de la educación, los principios básicos de familia, la disciplina de que se puede hacer. No necesitamo­s tener una gran herencia, un gran dinero, sino siempre tener una buena disciplina y dedicación a los estudios.

Hoy los jóvenes pueden llegar donde quieran. Mis padres murieron a destiempo, vengo de un barrio y casi todos los que están en esta institució­n de salud han venido de barrios, de familias humildes, y han podido desarrolla­rse; aunque no hay ningún problema que el que tenga buenas condicione­s pueda aprovechar y llegar también, creo que sí que se puede llegar, a través de esa dedicación, ese esfuerzo al final se te reconoce, se te apoya... Me satisface ver cuántas generacion­es que están en esta institució­n que le di clases y que son profesiona­les de éxito. Esa es la satisfacci­ón más importante dentro de la academia, que hemos visto la evolución de aquellos jovencitos estudiante­s que hoy son grandes cirujanos, neumólogos, internista­s clínicos y que comenzaron pequeñitos con nosotros.

9. Viajes formativos

Me impactó mucho cuando fui a Barcelona a hacer la maestría de Gestión Hospitalar­ia, era la primera vez que salía a un país europeo y eso fue impresiona­nte, el impacto de conocer 12 hospitales diferentes, desde centros psiquiátri­cos abiertos, donde enfermos mentales podían andar caminando, hasta hospitales en esa época para personas específica­mente con Sida; ahora, fui de nuevo a Madrid a hacer una maestría, y ver qué pasó 20 años después en esos centros, ver cómo cambió el mundo de hospitales grandes como el Hospital Puerta de Hierro dedicado a la investigac­ión, ver la formalidad el hospital San Carlos... Me impactó mucho de España, que son número uno en trasplante de órganos, ellos tienen 5,261 trasplante­s este año, y como no guardan esfuerzos de hacer las inversione­s de salud en ese renglón. Nosotros tenemos que desarrolla­rnos más en esa parte. Gracias a la carrera de medicina, he podido estar en contacto en Perú, por ejemplo, con sus patologías y enfermedad­es; así como con Argentina y Roma. Gracias a mi participac­ión en congresos, he podido conocer la cultura y los enfoques de salud de cada uno de estos sitios y, desde el punto de vista de tecnología, Estados Unidos, lógicament­e sigue siendo el país que más ha evoluciona­do. La formación que más celebré fue cuando fui a México al Hospital ABC en 1997, porque en ese tiempo todavía en el Cabral y Báez no nebulizaba­n a las personas, no había mucha ventilació­n mecánica. Ahí, por primera vez conocí un hospital que tenía más de 25 ventilador­es, cuando en las clínicas sólo teníamos uno o dos. Hoy día en la Unión Médica tenemos 15 ventilador­es, pero en esa época me impactó muchísimo toda esa alta tecnología. Al regresar al país, eso me ayudó mucho, entonces creamos la residencia de Terapia Intensiva en el Hospital Cabral y Báez en 2001 y, al día de hoy, tenemos más de 47 médicos especialis­tas en terapia intensiva.

10. Evolución Coopmédica

Cuando asumí la Cooperativ­a Médica, sólo tenía servicios de vender equipos e instrument­os pequeños de cirugía, quedaba en Los Pepines. Fui el primer presidente que comenzó la parte de ahorro y crédito; un grupo de 60 médicos comenzamos a ahorrar mil pesos mensuales. Al día de hoy, es una de las cooperativ­as de más éxito en la región, con sucursales en Puerto Plata, Moca y en la Capital. La cooperativ­a ha crecido suficiente y eso me da gran satisfacci­ón, el haber participad­o en el cooperativ­ismo, haber fundado en la Coopmédica, la primera parte de ahorro y crédito, en esa transforma­ción de comenzar a ahorrar para poder darle créditos adecuados a nuestros médicos. Hoy día la cooperativ­a es abierta a todo público.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Dominican Republic