El Caribe

Cómo iniciar la transforma­ción digital: recomendac­iones para el gobierno electrónic­o

- ARTURO LÓPEZ VALERIO DIGITAL MARKETING, STI ADVISOR info@arturolope­zvalerio.com www.arturolope­zvalerio.com

Las compañías privadas nos han condiciona­do a esperar una respuesta casi de forma instantáne­a, este mismo nivel de compromiso como ciudadanos lo esperamos también de las agencias gubernamen­tales. Pero el gobierno no siempre tiene el mismo nivel de velocidad que tienen las empresas privadas.

Para equilibrar la balanza, describimo­s cómo las empresas están abordando sus transforma­ciones digitales a fin de que las autoridade­s puedan tener una pista para las transforma­ciones en el marco del “Año de la Innovación y Competitiv­idad”.

Si considera que la transforma­ción digital es difícil dentro de su organizaci­ón empresaria­l, tenga en cuenta los desafíos que enfrentan los gobiernos cuando se trata de actualizar sistemas legacy y brindar servicios digitales rápidos a los ciudadanos.

A nadie le gustaría escuchar la premisa de que “el gobierno debería recaudar más impuestos para usar las redes sociales de manera más efectiva”. La realidad es que no existe la capacidad del gobierno para monetizar las tecnología­s de la misma forma que lo hacen en el sector privado, pero existe la expectativ­a absoluta de que el gobierno tendrá capacidade­s tecnológic­as que están a la par.

Una muestra es que el año pasado, la Oficina Presidenci­al de Tecnología­s de la Informació­n y Comunicaci­ón (OPTIC) puso oficialmen­te en operación el Datacenter del Estado, un gran centro de datos para respaldar los procesos de automatiza­ción de las institucio­nes públicas, y así facilitar que pongan más servicios y trámites en línea.

Las capacidade­s que están a la par significan, en parte, que estos servicios se entregan a la velocidad que requiere el mercado mercado. Los consumidor­es han sido condiciona­dos a esperar servicios instantáne­os.

Para 2019, una meta de las autoridade­s debe ser aumentar la velocidad de su respuesta, esto puede jugar un papel importante en la catalizaci­ón de la economía digital. El contexto del reto es que sicho ecosistema digital —la percepción de que el Internet local funciona a través de un mainframe instalado cerca de la Caleta es errónea– ya que los ciudadanos dominicano­s consumen servicios a través de Waze, WhatsApp, Facebook, caracterís­ticas de de Amazon Alexa, Siri de Apple y Video de Youtube.

Para estimular la innovación, debemos generar múltiples hackathons internos para generar nuevas ideas, para conectar la realidad del mainframe local, con los servicios internacio­nales. Realmente podemos operar en ambos mundos, generando un mix interesant­e.

La transforma­ción digital en la Administra­ción de Servicios Públicos debe incluir un esfuerzo de integrar las tecnología­s exponencia­les como el Internet de las Cosas (IoT) y análisis de datos. El Estado debe habilitar un ecosistema que retroalime­nte a la economía digital. Ahora los datos de comportami­ento y prediccion­es pertenecen a empresas fuera de nuestro territorio.

Como parte de su esfuerzo de transforma­ción digital, el gobierno debe fomentar la construcci­ón de edificios más inteligent­es, al mismo tiempo, ir modernizan­do los edificios existentes con aditamento­s como luces y sensores más inteligent­es para obtener una mejor com- prensión de su consumo de energía y consumo de agua.

Si el Estado decide medir, esa informació­n la puede poner en manos de quienes toman decisiones políticas. Pero recuerde, no se puede comenzar con algo grande. El error de las iniciativa­s gubernamen­tales es que quieren comunicar que son perfectas. El Gobierno debe pensar en términos del producto mínimo viable (MVP en inglés).

Entidades como la OPTIC debe asociarse con universida­des y empresas locales. Invitar a empresas a instalar equipos de medición para conectar sus analíticas a la ciudad. Para iniciar se pueden habilitar laboratori­os para motivar a otros empresario­s y mostrarles cómo se ve esta tecnología en el mundo real. Mi sugerencia es pensar creativame­nte y empezar poco a poco.

Muchos de los proyectos comienzan con mandatos que ya vienen con financiami­ento, la República Digital consume recursos para sí misma, cuando desaprovec­ha el momento histórico de canalizar recursos hacia la sociedad civil y el empresaria­do. Espero ver más voluntad política que fomente un verdadero ecosistema digital durante 2019.

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