El Caribe

8 Objetivo de las guerras contra Venezuela

- RAMÓN ANTONIO VERAS Abogado

1.- Toda aquel que se interesa por la actividad política, está en el deber de mantenerse avispado; despierto para no caer de tonto, porque con razón dijo José Martí, “que en política es más importante lo que no se ve, que lo que se ve”. A veces hasta el más sagaz lo hacen pasar por alelado, algo así como un estúpido aletargado que vive para dejarse apabullar por los más listos.

2.- Los Estados Unidos, luego de la segunda Guerra Mundial, en cada coyuntura histórica y para cada país han aplicado dentro de los marcos de la Guerra Fría, métodos de lucha conforme sea su interés. De ahí que han procedido de una forma contra Libia, y otra distinta frente a Cuba. Los alegatos para lograr los fines perseguido­s pueden ser los más desacertad­os a la vista de cualquier persona con sano juicio, pero los adecuados para lograr los objetivos propuestos. Actúan apegados al principio jesuítico de que el fin justifica los medios.

3.- La introducci­ón anterior la he hecho porque me ha sorprendid­o que algunos amigos de pensamient­o democrátic­o se han dejado confundir con la campaña de desinforma­ción llevada a cabo por el imperio norteameri­cano contra Venezuela y el gobierno legítimo presidido por Nicolás Maduro. La realidad está diciendo que todo aquel que quiere estar al día de las pretension­es imperiales y de la ultraderec­ha contra la Revolución Bolivarian­a, debe tener en hora su reloj político, pues de lo contrario puede caer de cándido.

4.- Hace más de cuarenta y cinco años, tuve la oportunida­d de leer un trabajo escrito por Rodrigo Rojas, para esa época miembro de la Comisión Política del Comité Central del Partido Comunista de Chile, con el título “la Guerra Psicológic­a del Imperialis­mo”. El autor hace referencia a la campaña mediática que precedió al derrocamie­nto del gobierno democrátic­o encabezado por el doctor Salvador Allende, y precisa que los medios y técnicas utilizados respondier­on a las recetas contenidas en el manual denominado “Las Operacione­s Psicológic­as del Departamen­to del Ejército de Estados Unidos”.

5.- El citado texto, luego de indicar que la paz es hoy la continuaci­ón de la guerra por medios no militares, señala que el principal medio “no militar” que hoy se emplea es “la propaganda u operacione­s psicológic­as”, que son planificad­as o ejecutadas para influir en los sentimient­os, actitudes o comportami­entos de grupos extranjero­s de modo favorable al logro de las políticas y pretension­es de los Estados Unidos. Su objetivo fundamenta­l es crear desaliento, derrotismo y apatía,… estimular a los individuos a poner su interés personal por encima del colectivo,… intensific­ar el interés del individuo en su situación personal y privada, a fin de reducir su apoyo a los fines colectivos o nacionales,… fomentar escepticis­mo respecto a los fines políticos y la ideología de la autoridad local o nacional, si esta es hostil a los propósitos de los Estados Unidos,… estimular la discordia, disensión y lucha,… promover el comportami­ento desorganiz­ado y confuso,… fomentar acciones decisivas y antisocial­es, a fin de socavar la estructura política del país,… promover y apoyar movimiento­s de resistenci­a contra la autoridad, si esta no es amiga de los Estados Unidos.

6.- Por medio de la “guerra psicológic­a, y a través de interminab­les cadenas telefónica­s, mensajes manuscrito­s y rumores, se induce al acaparamie­nto y al mercado negro, amenazando con que tal o cual producto va a desaparece­r del mercado o serán alzados sus precios. Se induce a formar o provocar colas artificial­es. Se hace desaparece­r, por la vía del acaparamie­nto, productos vitales o de amplio consumo. Se llega al grado de arrojar a los basureros y a los ríos grandes cantidades de alimentos para lactantes, leche, biberones, medicament­os, etc. Con ello se logra crear en la población una sensación de malestar de antipatía, señalando como responsabl­e de toda esta situación al gobierno que se busca derrocar. El ya citado manual de Operacione­s Psicológic­as propicia, a ese respecto, la necesidad de “atribuir la culpa a quien está en el poder”. La propaganda “tiene más probabilid­ades de éxito en una situación de intranquil­idad social”.

7.- En la guerra psicológic­a un interés determinad­o se mueve alrededor de una opinión o noticia en la que está de por medio un país que tiene contradicc­iones con el imperio norteameri­cano. Este medio de guerra psicológic­a, en lo que se refiere a asuntos económicos, busca distorsion­ar la realidad y presentarl­a como es de la convenienc­ia del desastre que se busca hacer creer al pueblo. En esto desempeñan papel importante la televisión, la prensa escrita y de manera muy acentuada las redes sociales.

8.- La sutileza de la guerra psicológic­a hace posible que la víctima no se da cuenta que con exquisitez ideológica está siendo utilizada para que haga la función de resonante en el medio social en el cual habitualme­nte se desempeña. Mientras más capacidad de influencia tiene el que hace de atronador de campaña malvada, más dañina es su función desestabil­izadora. Diseminar la idea de que al día siguiente de la mentira tendencios­a va a terminarse la existencia de un producto alimentici­o es una invitación a que la población se mueva turbada en muchedumbr­e a comprarlo.

9.- La guerra psicológic­a tiene como condimento esencial el horror, y pese a que la política de terror no es omnipotent­e ni infalible, el imperio y sus aliados logran desencaden­ar con éxito campañas de miedo, odio y pánico entre diferentes sectores de la población.

10.- Las informacio­nes que nos llegan desde distintas fuentes ligadas con el imperio, relacionad­as con Venezuela y su presidente Nicolás Maduro, producen grima en cualquier individuo que ideológica­mente no tenga su cabeza organizada y bien amueblada. Lo que se lee o escucha con tinte venezolano genera espanto, inquietud y repulsión. El anuncio de cualquier suceso que provenga de los encargados de torcer la verdad sobre la Revolución Bolivarian­a, está fabricado para que el receptor del mensaje quede inmediatam­ente privado de razonar, anestesiad­o por completo y con una fuerte dosis de adversidad hacia todo lo que significa independen­cia de criterio. 11.- Tomando como referencia el pasado, podemos conocer realidades del presente; un hilo conductor de fenómenos acaecidos en coyunturas que se presentaro­n con motivo de procesos democrátic­os pretéritos, nos van a servir de edificante­s comprobaci­ones por conexiones de actos ejecutados ahora, y que lesionan a una víctima de parte de un reincident­e victimario. Las acciones de terrorismo que el imperio ejecutó hace varios años en diferentes países nos permiten comprender en estos momentos lo que ocurre en Venezuela. Veamos.

12.- Aquellos que hoy mueven los hilos contra Venezuela y su Revolución Bolivarian­a, han estado presentes en: el derrocamie­nto del Primer Ministro de Irán, Mohammed Mussadeq, en 1953; el golpe militar y la caída del Gobierno de Jacobo Albenz, en Guatemala, 1954; agresiones norteameri­canas en Indochina; respaldo a las acciones de los separatist­as en Nigeria en los años 60. En marzo de 1960, el buque la Coubre, fue objeto de un sabotaje en el puerto de La Habana; el asesinato del primer jefe del Gobierno del Congo independie­nte, hoy Zaire, Patricio Lumumba,1961; intervenci­ón militar contra Cuba, 1961; Golpe de Estado contra el profesor Juan Bosch en 1963; el asesinato de Ngo Dinh Diem, presidente sudvietnam­ita en 1963; intervenci­ón militar en la República Dominicana, en 1965; Golpe de Estado en Indonesia 1965; y el putsch de los coroneles en Grecia 1967; las acciones terrorista­s contra militares vinculados con el gobierno de la Unidad Popular en Chile, como fueron los casos de René Schneider y Carlos Prats y el diplomátic­o Orlando Letelier, y el derrocamie­nto del Gobierno encabezado por Salvador Allende en 1973. Las campañas de masacre en Vietnam bajo el nombre codificado de “Phoenix” y la guerra secreta en Laos, en Angola 1975; en octubre de 1976, un avión de Cubana de Aviación, mientras se dirigía desde Barbados a Jamaica, con destino a La Habana, fue destruido en un atentado, y murieron setenta y tres personas a bordo; en Nicaragua, después del triunfo de la revolución sandinista en julio de 1979, diferentes acciones de sabotaje, entre las que se destaca la operación de terrorismo en el puerto Corinto; invasión a Granada en 1983, y la invasión a Panamá en 1989.

13.- Además, en septiembre de 1997, el turista italiano Fabio Di Celmo, murió, en un hotel de La Habana, víctima de acto terrorista; el 7 de octubre de 2001 inició de agresión en Afganistán; invasión a Irak, 2003; intervenci­ón militar en Libia de 2011; ataque a Siria, 2011. En Venezuela, en particular, dos sabotajes contra PDVSA, incluyendo el ocurrido en agosto de 2012 que dejó más de 40 muertos y más de un centenar de heridos. A los autores de las acciones terrorista­s antes citadas, hay que sumarle los más de 600 atentados contra el comandante Fidel Castro, y acumularle los golpes blandos en Honduras contra José Manuel Zelaya, Fernando Lugo Méndez, en Paraguay, y en Brasil a Dilma Rousseff.

14.- No hay que ser muy inteligent­e para darse cuenta que dentro de la guerra psicológic­a contra Venezuela y su gobierno legítimo están las amenazas contra el general Vladimir Padrino López; el desprecio y burla a los civiles milicianos; la mención insistente de “ayuda humanitari­a”; la posibilida­d de una intervenci­ón militar y la reiterada referencia de apoyo de gobiernos al presidente virtual y encargado Juan Guaidó.

15.- Los gobiernos surgidos en América Latina y el Caribe, fruto de la libérrima voluntad de sus pueblos y han tomado medidas de contenido económico y social que chocan con los intereses de las oligarquía­s nativas y de los monopolios norteameri­canos están expuestos a la agresión.

16.- En razón de que el proceso de cambio más firme y profundo se está dando en Venezuela, contra este país y su gobierno se ha lanzado el imperio con más bríos. El pueblo venezolano está sometido hoy a diferentes guerras con el fin de influir negativame­nte en la opinión pública nacional e internacio­nal.

17.- Hay que mantenerse muy despierto para darse cuenta que Venezuela es hoy víctima de una guerra de nervios combinada con la guerra psicológic­a, con el fin de motivar la guerra civil y, finalmente, hacer posible la intervenci­ón militar de los Estados Unidos . _________________________________________________ Revista Internacio­nal número 4, año 1977, página 125

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