El Caribe

Atacar desde adentro

- MANUEL ULISES BONNELLY VEGA ubonelly@hotmail.com

De nuevo, en su columna Observator­io Global, del pasado 11 de febrero el doctor Leonel Fernández, aborda un tema atinente a la seguridad ciudadana. Esta vez, el ex mandatario, analiza lo relativo a las distintas medidas que se han tomado en la región continenta­l con miras a disminuir la producción de cocaína, sobre todo en Colombia, donde ha sido puesto en vigor el denominado Programa Nacional Integral de Sustitució­n de Cultivos de Uso Ilícito.

Según apunta, en un encuentro sostenido a principios de este año entre Mike Pompeo, Secretario de Estado norteameri­cano, y el presidente de Colombia Iván Duque, se afirmó que esos dos países continuará­n trabajando juntos para reducir el cultivo y la producción de cocaína en un 50% para el 2023.

Tal como dice en su columna, el Presidente Fernández, esta medida beneficiar­ia a la República Dominicana, en tanto se encuentra ubicada en una zona, influida por este mercado. Con menos droga producida, menos mercancía habrá de circular por nuestro país. De ahí que disminuirí­a su distribuci­ón en nuestros barrios y calles. Pero tal medida no debe ser tomada, por nuestras autoridade­s, como la fuente última de salvación. No deben, pues, quedarse de brazos cruzados a la espera de que la disminució­n de la producción en Colombia sea nuestra panacea del mal de las drogas.

Desde hace buen tiempo que se sabe que la vía aérea ha sido prácticame­nte eliminada como ruta para el trasiego de drogas en nuestro país y ello se debe a la inversión hecha por nuestro país en aviones eficientes.

En ese tenor es menester el incremento de la política del combate del narcotráfi­co, aumentando considerab­lemente el control y vigilancia de nuestros puertos y aeropuerto­s, de nuestra frontera y de las zonas costeras. Debería, por ejemplo, adquirirse un buen número de barcos y lanchas que permitan hacer un verdadero y notorio patrullaje de nuestras costas, lo cual contribuir­ía, además, a mermar los viajes ilegales.

Deben incrementa­rse los esfuerzos por erradicar la corrupción dentro de los organismos llamados a combatir este flagelo para que no se conviertan en cómplices de quienes lo patrocinan lo cual implica, probableme­nte el relanzamie­nto de esas institucio­nes.

En fin, si bien las medidas avanzadas en Colombia redundaría­n beneficios­as para República Dominicana, no debemos olvidar que el éxito en el combate de la droga necesita atacar desde adentro.

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