“Los museos en nuestro país son muy limitados”
hoy día, eso nos limita en ese sentido, no le da esa apertura. Los grandes eventos son las bienales, los concursos, pero los museos son muy limitados, y es más o menos conocida su producción, eso hace que el gran público no les resulten atractivos, porque el espectador que fue una vez, cuando vuelve ve los mismos trabajos. Eso no pasa en las grandes ciudades que viven reinventando a sus artistas, lo colocan de muchísimas maneras. Cada vez que uno va a Francia, España o cualquier otra ciudad con grandes museos, sus artistas tienen posibilidad de mostrar nuevas obras, moverlas de un sitio a otro. Nosotros no tenemos esas grandes producciones para el gran público.
El papel del crítico de arte en otro momento se circunscribía en hacer una especie de intermediación entre el artista y el espectador, ya que el artista en su producción, pues a veces no permite explicar algunas cosas, entonces todo se queda en que la obra misma lo explique todo. Si el artista no está delante de una obra, es ella misma que debe decirte lo que tiene, si la obra no puede decírtelo es porque no lo tiene. Entonces ahí empieza el papel del crítico de arte, que conoce al artista y sicológicamente al espectador, es un entendido en esa materia, y puede entonces mediar entre el artista y el espectador, a través de la obra. Obviamente, trata de que el espectador le llegue a la obra de arte, más bien como observador no como espectador.