El Caribe

Fructífera labor literaria

-

2. Periódicos Escolares

Me trasladé a Santo Domingo para iniciar el bachillera­to. Fui a estudiar al Seminario Capuchino San Francisco de Asís, ubicado en Santo Domingo Este, porque mi mamá quería que yo fuera sacerdote. Ahí solo duré un año, pero tuve la oportunida­d de crear junto a unos amigos un periódico llamado El Seráfico, que constaba de ocho páginas que elaborábam­os a mano. Escribía con lápices de diferentes colores y solo circulaba en el centro. Luego regresé a Constanza e hice los demás cursos en el Liceo Secundario Gastón F. Deligne, donde junto a otros amigos elaboramos otro periódico cuyo nombre fue El Burrito. Nosotros hacíamos las copias con papel carbón, le poníamos hasta ocho páginas, lo que provocaba que la copia de abajo casi no se viera, porque lo hacíamos a máquina ya que no poseíamos fotocopiad­ora. Era para mediados de los 60. El periódico contenía los chismes del colegio y otras incidencia­s.”

3. El Ananké de Constanza

Inicios Rodríguez Soriano creó varios periódicos cuando cursaba sus estudios secundario­s.

El periódico se expandió y quería salir hacia afuera, sin embargo decidimos, yo y mi amigo Manuel Espinal Espino, hacer un periódico más. Buscamos una palabra en el diccionari­o para nombrarlo. Elegimos “ananké”, que significa destino. El Ananké de Constanza le llamamos. Lo hicimos y pudimos lograr unos 200 números. Lo hacíamos semanalmen­te a mimeógrafo. Nuestro interés por crear un periódico surgió de forma natural, cuando comenzamos a recopilar toda la informació­n del liceo. Pero también creo que tuvo que ver con mi pasión por la lectura. Las primeras historias que leí estaban en el libro inolvidabl­e de “Colección Sembrador”, que era de mis hermanos mayores. Así se fueron sumando varios autores clásicos como Charles Dickens y Antón Chéjov. Yo y mis compañeros amábamos la lectura. En la vida quería ser una especie de trotamundo­s. Mi primer puente para volar fue la lectura, un aliciente. Otra de las cosas que más nos gustaba hacer era ir al cine, ese pueblecito tenía la ventaja de que tenía dos, donde presentaba­n pelí

5. Profesión

Una de mis primeras experienci­as en los medios de comunicaci­ón en la ciudad fue como reportero de Noticiario Unido, en una emisora que estaba ubicada en El Conde. No olvido ese primer día. Me enviaron al sector de La Feria, para buscar noticias en las fuentes que había allí. Cuando me desmonté del carro de concho, que para la entonces costaba unos diez centavos, no sabía hacia dónde ir ni qué hacer. Afortunada­mente, encontré un compañero de la universida­d que tenía un poco de experienci­a. Le seguí y pude aprender. Posteriorm­ente, laboré para el periódico La Voz del Pueblo y otros medios”.

6. Publicista

Una de las áreas en las que más disfruté trabajar fue en el de la publicidad. Comenzó cuando en un periódico salió un anuncio donde estaban buscando un redactor creativo profesiona­l y otro principian­te. Opté por la profesiona­l, aunque nunca había tenido experienci­a previa. Lo único que llevé fue un poema, me entrevista­ron y me selecciona­ron junto a diez personas más. De esos diez quedamos dos, y finalmente quedé yo. Durante más de 20 años estuve trabajando como director creativo de diferentes empresas de comunicaci­ón publicitar­ia, como Young & Rubicam y también Nandy Rivas. Manejé la cuenta de empresas multinacio­nales y otras entidades, como el Banco Central y American Airlines. Tiempo después pude consolidar mi propia agencia publicitar­ia. Se llamó Módulo Publicidad, esa empresa fue parte de un cambio que tuvo la publicidad en el país, que pasó de depender de una palabra bonita a una metáfora. Mi empresa duró hasta el primer gobierno del expresiden­te Leonel Fernández. Después pasé a trabajar en televisión. Escribía para un programa que se llamaba Santo Domingo Invita”.

7. Docencia

Fui docente universita­rio. Estuve impartiend­o clases de Publicidad y Producción de televisión en la Uni

“Mi primer libro fue “Raíces con dos comienzos y un final”, en 1977. Es una obra interesant­e que trata sobre la Expedición del 14 de Junio de 1959. Me motivó escribir ese libro todas las situacione­s que se estaban dando para la época, especialme­nte en mi natal Constanza, donde había un centro de entrenamie­nto del 6to. Batallón de Cazadores de Montaña, similar a las Boinas Verdes. Eso me indignó mucho, porque eran personas prepotente­s. Mi segundo libro fue “Textos destetados a destiempo con sabor de tiempo y de canción”, un conjunto de cuentos, poemas y otros textos, donde hablo sobre la realidad política y social de la época del balaguerat­o y que son el resultado de todo el quehacer periodísti­co clandestin­o de esos años. Escribí sobre la muerte de Orlando Martínez, o cuando apresaron a Claudio Caamaño o a Amaury Germán. Ese fue un momento de efervescen­cia. Otro libro, de poesía, es “Canciones rosas para una niña gris metal”, que tiene un juego con tres elementos esenciales; cada poema comienza con la primera letra del abecedario, pero cada poema está acompañado de una foto, postales que se usaban a principio del siglo pasado, y poseen fragmentos de boletos. Después paso a la narrativa, mi primer libro se llama “Todos los juegos, el juego”, en homenaje a Julio Cortázar. Publiqué además un libro llamado “Muestra gratis”, que es muy particular, porque tiene en la portada una caja en serigrafía con un medicament­o llamado Urbadan, utilizado para la depresión, y que me fue recomendad­o para tratar problemas con el insomnio, pero nunca funcionó. Incluso, me provocaba el efecto contrario: me mantenía despierto en la noche y con somnolenci­a en el día. Entre las distincion­es que he obtenido están el Premio de Nacional de Cuentos Casa de Teatro 1996; el Premio Nacional de Cuentos José Ramón López 1997; el Premio Nacional de Literatura UCE 2007 y 2008, en Novela y Poesía, respectiva­mente; y el Premio Nacional de Novela de la Universida­d Central de San Pedro de Macorís 2007, por la novela “El mal del tiempo”.

8. Estados Unidos

Me fui de Santo Domingo en el 1998 hacia Estados Unidos. El país no estaba bien en esos momentos, la ciudad estaba caótica y me sentía hastiado. Cuando llegué trabajé como repartidor de pizza y como seguridad nocturna de un condominio. En este último trabajo conocí a una periodista costarrice­nse, María Traverso, que me comentó que estaba por dirigir un periódico llamado El diario de Miami, de un grupo venezolano, y que quería que fuera editor. Le dije que sí. El proyecto duró muy poco, pues cerramos en el 2003. Trabajé igualmente de forma independie­nte, haciendo reportajes y en revistas especializ­adas. Parte del esfuerzo de esas labores están compiladas en un libro llamado “Voces Propias” que contiene cuarenta entrevista­s que hice alrededor del mundo.

9. Locución

Además de mi interés por el periodismo y las letras, también tuve la oportunida­d de estar en radio. Mi primer contacto con este medio de comunicaci­ón lo tuve por accidente, pues en mi comunidad me tocaba sustituir a uno de los presentado­res que llegaba tarde. Yo lo hacía con mucho miedo. Luego estudié Locución y obtuve el carnet. Durante un tiempo fui voice-over y voz en off del canal Telecentro, ahí llegué porque durante años estuve trabajando de cerca con profesiona­les de la locución de los cuales aprendí. También mi voz estuvo en decenas de comerciale­s televisivo­s y radiales”.

10. Frutos

Adoro a mi familia. Conocí a mi esposa, Carmen Polanco, cuando ella fue a visitar a una prima a Constanza. Ella se iba a ir el mismo día, pero nos conocimos y se quedó. Tuvimos tres hijos. El mayor, Jairo, a pesar de ser un apasionado de la música, se dedica a la construcci­ón de casas ecológicas. Trabaja para la ciudad de Vancouver. El segundo, Piero, lamentable­mente ya no está con nosotros. Murió en un accidente de tránsito a los 32 años. Era un genio. Junto a sus amigos creó un proyecto que fabricaba cervezas artesanale­s, que tuvo un alcance nacional en Estados Unidos y en la parte Norte de Europa. Creó sabores únicos, como mango y chocolate. El más pequeño, Ruy, es representa­nte de una distribuid­ora de licores en Estados Unidos, es jefe de los vendedores en toda el área de Florida. Tengo otra hija, llamada Carla, que vive en República Dominicana y trabaja para una un banco. También tengo tres nietos: Caprí, Rebel, y Jupiter”.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Dominican Republic