Se siente orgulloso por su entrega
“Mirando hacia atrás todos esos años de ejercicio médico lo único que puedo sentir es felicidad y satisfacción. Haber tenido la oportunidad de poner en práctica tanto conocimiento en el trayecto, tener esas tablas sobre las cuales actuar, me llenan de orgullo. Los frutos cosechados tanto en la práctica médica de la cirugía como en la docencia son mi mejor legado. Saber que enseñé a jóvenes que incluso me han tenido que operar a mí, es algo maravilloso. Hay garantía. Está el caso del doctor Rafael Cirano Dickson Serrano, que está en la Gómez Patiño, el doctor Erick Pimentel, que tiene su propio centro médico, así como también Hernan Cruz, quien es una estrella de la cirugía vascular. Me siento alegre por mi granito de arena, por mejorar el estándar quirúrgico a donde iba. Otro de los aportes que pude hacer fue formar parte de los fundadores del Colegio Dominicano de Cirujanos, que recientemente me otorgó el reconocimiento como Maestro de la Cirugía Dominicana, lo que me llena todavía más de alegría. A la par con la labor como cirujano, también soy un amante de la pesca. Es algo de toda la vida, porque nací en La Romana, ya que vivía cerca del muelle, en un área cercana al mar y al río. Al principio era un hobby, pero luego se convirtió en algo más, a tal punto que tuve la oportunidad de participar en competiciones y ganar varios premios. Uno de ellos fue una pesca de un marlín azul de cuatrocientas libras en La Romana con el que gané el primer lugar. Asimismo, entré a la pesca submarina, lo que me permitió explorar mucho, buceando, descubriendo el mar, el país por debajo”.