Cuando las condiciones sean favorables, disfrutemos más del Santo Domingo Colonial En la zona se encuentran el primer trazado urbano de América y la primera fortificación militar del Nuevo Mundo
El sueño de muchos es montarse en un avión y, salvo contadas excepciones, la mayoría desea visitar la Gran Manzana. Hay quienes se inclinan por ciudades como París, Madrid, Roma, Viena, Praga, entre muchas otras en el mundo. Lo cierto es que, así como los dominicanos desean ir a otros espacios geográficos, hay quien también tiene en su lista de viajes conocer Santo Domingo: Ciudad Primada de América.
Teniendo el paraíso en casa, muchas veces hay quien lo pasa desapercibido, porque en la vida muchas decisiones tienen que ver con el enfoque, por lo que el mismo suele guiar a valorar más lo foráneo, desestimando los placeres que puede producir nuestra propia ciudad.
Parecería increíble, pero es totalmente cierto que buena parte de la población se ha privado a sí misma de un paseo por la calle Las Damas, el primer trazado urbano de América, con esto, se pierden de conocer la primera edificación de carácter militar en el Nuevo Mundo como es la Fortaleza Ozama, próximo al río del mismo nombre que ve su desembocadura en el Mar Caribe.
Así, tenemos otras tantas edificaciones maravillosas en el referido tramo que van desde el Taller de Serigrafía Artística donde operan los artistas Alfredo Cordero y Félix (Cocó) Gontier, la Oficina de Abogados Dr. Jottin Cury, con acceso desde la
Padre Billini, las oficinas del Arzobispado, el Museo del chocolate KahKow, hasta el Museo de las Casas Reales, sede de la Real Audiencia, erigiéndose allí el primer Tribunal del Nuevo Mundo.
El paseo de Las Damas, denominado así porque era costumbre que Doña María de Toledo se paseara acompañada de sus damas de corte, es un espacio que acoge en la actualidad otras dependencias de gran importancia en la sociedad dominicana como son la sede del Club de Leones, la Sociedad Dominicana de Bibliófilos, la Embajada de Francia, así como una interesante tienda de artesanías próximo a la Plazoleta Doña María de Toledo. Asimismo, se encuentra por allí el Panteón Nacional, en principio templo de la orden de los jesuitas que, en tiempos de la dictadura de Rafael LeonidasTrujillo, pasó a acoger los restos de los principales héroes del proceso de Restauración de la República, además de grandes intelectuales como Salomé Ureña y parte de su familia, también los restos del humanista puertorriqueño Eugenio María de Hostos. Más recientemente, se dedicó una tarja en memoria de los héroes de abril de 1965, Francisco Alberto Caamaño Deñó y Rafael Fernández Domínguez.