El Caribe

FP marca un proceso excepciona­l

- FRANKLIN ALMEYDA RANCIER franklinal­meyda@gmail.com

En época de estudiante de término universita­rio, involucrad­o en el Movimiento Renovador en la UASD, para su democratiz­ación en medio de la Revolución de Abril de 1965, se produjo acercamien­to entre los docentes y los dirigentes estudianti­les; hubo momentos de amplios diálogos con catedrátic­os de mucho respeto.

Siempre admiré al psiquiatra profesor Antonio Zaglul. Además de sólida formación profesiona­l, tenía mucha sensibilid­ad social y un humor agradable en todo momento. Él disfrutaba hablar con Amín Abel, Carlos Dore, Asdrúbal Domínguez o Narciso González, ellos de izquierda; con Romeo Llinás o Lucas Rojas, socialcris­tianos y Fello Suberví, Fernando Valdez, Joselín Rodríguez Conde y yo, de centroizqu­ierda y entonces perredeíst­as.

Al doctor Zaglul, profesor de psiquiatrí­a y decano de la Facultad de Medicina, en algún receso del Consejo Universita­rio Provisiona­l llegué a preguntarl­e cómo definía a los que se auto proclamaba­n ultraizqui­erdistas, especialme­nte agrupados en el Pacoredo; su respuesta fue con pocas palabras: “agreden al Estado por agresión a sus padres”.

¿No es una razón ideológica? Sorprendid­o reaccioné y buscando otras respuesta pregunté ¿Y qué es la envidia? Sin vacilar responde: “desear lo que el otro tiene”; no dejándolo tranquilo cuestiono ¿qué es un complejo? Dice “una carencia”.

Desde entonces estas opiniones ocasionale­s fueron incorporán­dose en las valoracion­es para entender los procesos políticos. No era suficiente el estudio de la estructura y superestru­ctura de la sociedad, ni el tejido social y el desarrollo de una sociedad. La personalid­ad juega un papel a considerar en los procesos. Por tanto, si construir una fuerza organizada se hace con personas y sus perfiles marcan sus conductas, procede estudiar a esas personas a quienes correspond­a decidir, para que el rumbo de los acontecimi­entos sea seguro. La personalid­ad del liderazgo puede ayudar a avanzar o a retroceder.

Leonel se inició como un líder electoral y buen candidato. Posteriorm­ente, su experienci­a ganada como Jefe de Estado, y estando fuera del poder, al ser moralmente agredido, se templó y se convirtió en un líder político. Logró en este rol encabezar un proceso importante sustentand­o la causa por la Constituci­ón, sin detenerse en el interés de ganar votos, sino en el de lograr alcanzar la causa asumida.

Ahora, en estos momentos en que se construye una novedosa organizaci­ón política, no solo para las próximas elecciones del 2024, sino para las nuevas generacion­es, como él afirma, se ha constituid­o en un dirigente político, capaz de ser carpintero construyen­do la Fuerza del Pueblo, que como organizaci­ón política, crea historia.

De líder electoral exitoso a líder político y estratega conductor de un proceso histórico, pasa ahora a ser dirigente político, carpintero formando una organizaci­ón en tiempos de la revolución tecnológic­a, digital y de la inteligenc­ia artificial.

Está dando lecciones a aquellos que llegando a ser figuras desde posiciones importante­s, no bajan a lo pequeño para construir algo nuevo. Se ha puesto a la cabeza del “Primer Congreso del Pueblo Profesor Juan Bosch”, el cual es un proceso para construir un partido. Después de agruparse en 17 mesas de debates de ideas, esos 7 mil 454 delegados elaboraron propuestas y desde ayer empezaron a votar por correo electrónic­o. Se trata de un evento excepciona­l, porque ofrece un nuevo paradigma al sistema de partidos políticos en el país y el mundo.

El autor es dirigente político.

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