Marzouka sigue prófugo tras gran robo a la Lotería
Estafó la institución con más de 90 millones de pesos en complicidad con un grupo de personas hace 24 años
La Lotería Nacional, institución que nació en 1882 con la concepción de ayudar a los más necesitados y que en la actualidad se encarga de realizar los sorteos de las bancas de apuestas, ha sido, en muchas ocasiones, un centro de engaño y fraudes millonarios para las personas.
Muchos han sido los escándalos en los que se ha visto envuelta esta entidad, como el denunciado el pasado jueves por la institución que involucra a al menos 7 de sus empleados, pero cuando se habla de mafias o estafas en esta institución, hay un caso y un nombre que llega a la memoria de los dominicanos: Frederick Marzouka.
La manera en que Marzouka estafó con más de 90 millones de pesos en complicidad con un grupo de personas y la manera en que este escapó de la justicia dominicana, sin que hasta el momento se sepa de su paradero, es lo que hace de ese caso el más sonoro de la Lotería Nacional.
La trama y el escape
Frederick Marzouka, de nacionalidad haitiana y origen árabe, de tez clara, apuesto y descrito por sus conocidos como un “joven inquieto con amplias relaciones a nivel del gobierno haitiano”, fue sometido a la justicia junto a varias personas, acusado de estafar con más de 90 millones de pesos al Estado y a los apostadores de billetes y quinielas. No era empleado de la institución pero se alió con altos funcionarios de ella para sabotear los sorteos.
En 1997 Marzouka fue sometido a la justicia, señalado como uno de los cabecillas de la red de fraude que operó durante años y que se ejecutaba, supuestamente, a través de una tarjeta electrónica que controlaba la salida de los premios mayores en la máquina de los bolos. El sabotaje mayor se produjo en el sorteo del 23 de febrero de 1997, día en que fueron declarados dos premios mayores, dejando pérdidas de 6.5 millones de pesos al Estado dominicano.
Entre indagatorias se dio con Marzouka, quien llegó a estar en prisión, tras entregarse ante la Fiscalía del Distrito Nacional, pero meses después, en la cárcel se le concedió una disposición médica por alegados “desórdenes estomacales”, por la cual lo internaron por dos meses en la Clínica Abreu. Desde allí escapó, la noche del 13 de agosto de 1997, junto al agente policial que lo custodiaba. En ese entonces, el teniente coronel Alcides Rafael Ramírez Ramírez, de la Policía, fue sometido a la justicia, imputado de asistirlo en la evasión, que 24 años después, resultó exitosa porque hasta ahora no se sabe nada de él.