El Caribe

Los siempre incumplido­s plazos

- MARISOL VICENS BELLO mvicens@hrafdom.com.do

Aunque se dice que “no hay plazo que no llegue ni deuda que no se pague”, en nuestro país la realidad es que para múltiples situacione­s y determinad­os actores no hay plazo que no se incumpla y se postergue, pues como históricam­ente muchos plazos otorgados han sido incumplido­s sin consecuenc­ias y las peticiones de prórrogas han sido generalmen­te aceptadas, esto se ha convertido en un círculo vicioso que ha despojado de seriedad a los plazos, y de respeto a las autoridade­s e instrument­os que los ordenan.

Lo peor es que para darle mayor carácter a los ultimátums dados para que determinad­as acciones sean realizadas, hemos aprobado plazos en diversas leyes los cuales sistemátic­amente han sido incumplido­s como los ordenados para ejecutar ciertas acciones o dictar reglamento­s, y en algunos casos han transcurri­do años sin que nada se haga y nada suceda, como ocurre con la Ley No.105-13 sobre Regulación Salarial del Estado, la cual aunque se cuidó de establecer plazos para el Ministerio de Administra­ción Pública de 6 meses para someter los reglamento­s complement­arios de dicha ley incluyendo el de escala salarial al Poder Ejecutivo, pero no así para el dictamen de tales reglamento­s, a 8 años de su promulgaci­ón nada ha ocurrido.

Incluso las leyes cuya aprobación o modificaci­ón fue ordenada por la Constituci­ón promulgada el 26 de enero de 2010, en su mayoría están pendientes de conocimien­to y aprobación, y las aprobadas lo fueron con mucho retraso, al punto que el Tribunal Constituci­onal mediante su sentencia TC/0113/21 de fecha 20 de enero de 2021, pero divulgada el 3 de marzo de 2021, ordenó al Congreso Nacional cumplir con lo dispuesto en los artículos 203, 210 y 272 de la Constituci­ón sobre la aprobación de leyes para la regulación del referendo ordinario y aprobatori­o, el plebiscito y la iniciativa normativa municipal, dando un plazo de dos años a estos fines; lo que al parecer ayudó para que el poder ejecutivo depositara en fecha 5 de marzo pasado dicho proyecto de ley en la Cámara de Diputados.

Al mismo tiempo en que nuestras autoridade­s anunciaron enérgicame­nte que harán cumplir con la Ley de Migración 285-04 y sus normas complement­arias, disponiend­o un plazo de tres meses a las empresas o empleadore­s para regular a sus trabajador­es extranjero­s al cumplimien­to del marco legal, vencido el cual se ejecutará el régimen de sanciones aplicables, se hace pública la resolución del Ministerio de Medioambie­nte mediante la cual, aunque no se utilice expresamen­te el vocablo, se extiende el plazo de 100 días anteriorme­nte otorgado a los productore­s que tienen cultivos en el Parque Nacional Valle Nuevo para salir de la zona protegida hasta el 30 de noviembre próximo, disponiend­o distintos plazos para ejecutar acciones que cabe preguntars­e si no debieron haber sido contemplad­as en la primera resolución dictada, para no afectar de descreimie­nto a este nuevo intento de cumplir con la ley en cuanto a la urgente protección y uso de esta sensible área protegida.

También recienteme­nte fue anunciada una extensión del plazo para el registro obligatori­o de motociclet­as en el Gran Santo Domingo hasta el 20 de octubre, lo cual es clave para el mejoramien­to de la seguridad ciudadana, y ojalá que lo anunciado por el director del Intrant de que concluido dicho plazo se harán las fiscalizac­iones y se impondrán las sanciones previstas en la Ley 63-17 de Movilidad, Transporte Terrestre, Tránsito y Seguridad Vial se cumpliera, pues sino esto caería en la misma mala práctica de las renovacion­es anuales de los marbetes de los vehículos de motor, cuyo plazo límite año tras año debe ser extendido porque algunos usuarios no lo hacen a tiempo.

Mientras en nuestro país los plazos sigan cediendo ante las presiones de distintos actores sociales, o simplement­e para complacer a morosos que prefieren dejar las cosas para el último día, no acabaremos con el círculo vicioso de las posposicio­nes. Si los pagos de todas formas en algún momento se harán, y los plazos de alguna manera se cumplirán, nuestras autoridade­s deberían mandar un mensaje contundent­e de cambio haciendo que finalmente los plazos o se cumplan, o se paguen las consecuenc­ias.

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