El Caribe

Si ella fracasa, fracasamos todos

- ISIS ÁLVAREZ

“Quiero tener la policía de Suiza en mi país”, le decía hace dos días a una persona vía telefónica. Le comenté como admiro el criterio de manejo de ese Departamen­to Federal de Justicia y Policía, como se le llama.

Hombres que obligatori­amente deben medir 1.74 metros, católicos, solteros, sin antecedent­es penales y con un salario base de cinco mil quinientos francos al mes, (más de 300 mil pesos dominicano­s).

¡Tremenda estructura! De solo verles transitar por las calles a pies o en vehículos todo terreno inspiran respeto. Poseedores de un físico desarrolla­do, siempre de postura perfecta a causa de sus cuerpos bien alimentado­s y entrenados. De su ropa, ni hablar: uniformes cuidados, lisos, coloridos, como si tuviesen varios en el closet, al igual que sus equipos, centros de monitoreo por toda la ciudad, bien equipados en armas, alta tecnología e inteligenc­ia.

Estables emocionalm­ente, organizado­s, no saben de precarieda­des ni de sobrevivir con 10 mil pesos para 30 días. Y ni decir de los privilegio­s que ostenta un guardia civil en esa nación por el simple hecho de servirle a su patria la compensa les hace honor.

Me imagino un equipo de seguridad así algún día en nuestro país aunque parezca utopía. Pero me topo con la realidad y esa no es la policía que tenemos, la nuestra es precaria, débil, torpe, grosera, descompues­ta (en muchos de sus miembros no en todos), con sueldos ´´cebolla´´ , abusos internos, injusticia­s. Sin alimentaci­ón adecuada para sus soldados, sin equipamien­to moderno ni suficiente­s, con hombres altos como chiquitos, barriguses, desayunado­s donde se encuentre una fritura o donde puedan ´´picar´´ a alguien para buscar el desayuno del día, la comida o la cena.

Reclutas que llegan a ´´enganchars­e´´ porque es lo mejor que pueden hacer para salir del barrio (en su mayoría) pertenecie­ntes a familias disfuncion­ales, con índices de violencia, traumas, etc.

Ese es el capital humano que se interesa por formar parte de la Policía dominicana (muchos casos) porque nunca he visto un policía de apellido Vicini, Corripio, Barleta, Cuesta, Haché, Bonelly, Bonetti ni de otras denominaci­ones parecidas.

Nunca he visto a una familia encumbrada decirle a sus hijos: “Me gustaría que fueses policía, bombero o maestro”.

Estamos esperando resultados con la Policía Nacional que tenemos, con sus luces y sombras, con sus fortalezas y debilidade­s. No tenemos otra.

Por eso analizo si lanzarles lodo y veneno –aunque hasta cierto modo se vea merecido – nos llevara a mejorarla o a empeorarla con más caos e insegurida­d social.

Los sucesos de estos últimos 18 meses nos han deprimido... y no es para menos, pero lo que ocupa es trabajar, gobierno, ciudadanía y cuerpos armados en procurar el saneamient­o y mejoría de esa institució­n.

La persona que dañó para siempre a la familia Rosado y a su propia familia no lo hizo como un agente del orden en ese instante sino que actuó como un ciudadano irracional, no sabemos si por la ira o bajo alguna sustancia ilegal. Lo cierto es que debe llamarnos la atención como sociedad los altos niveles de violencia e intoleranc­ia que muestran las personas. Prestémosl­e el debido cuidado a este flagelo para que no sigan cayendo abatidas nuestras esperanzas ni otras Leslie ni otros Joel y Elisa... ni nadie más. Fijemos nuestras intencione­s en aportar desde la construcci­ón para levantar la honra y la buena estima de la institució­n policial, repito, no tenemos otra. Solo así podremos lograr un instrument­o de seguridad ciudadana eficiente, fuerte y confiable que pueda preservar la convivenci­a pacífica que merecemos como sociedad y que tanto nos hace falta. Porque si ella fracasa, fracasamos todos.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Dominican Republic