El Caribe

Evitemos retroceder en transparen­cia presupuest­aria

- ANDRÉS DAUHAJRE HIJO Fundación Economía y Desarrollo, Inc. Los artículos de Andrés Dauhajre hijo en elCaribe pueden leerse en www. lafundacio­n.do.

El pasado 1ro. de febrero de este año, en la rueda de prensa donde se dio a conocer el crecimient­o de la economía dominicana en el 2021, el Banco Central señaló que “el Producto Interno Bruto (PIB) real alcanzó un notable crecimient­o interanual de 12.3 % en el período enerodicie­mbre de 2021. De manera particular se destaca la significat­iva aceleració­n del gasto de capital por parte del gobierno en el último trimestre del año, lo que fue determinan­te para alcanzar un resultado superior a las proyeccion­es oficiales que se tenían para el cierre del pasado año.”

Cuando se analiza el comportami­ento del gasto de capital del Gobierno Central durante el 2021, se observa que en noviembre y diciembre se produjo un aumento sorprenden­te. Luego de haber promediado RD$ 6,288 millones mensuales durante enero-octubre, el gasto de capital del Gobierno saltó a RD$16,458 millones en noviembre y a RD$73,629 millones en diciembre, el gasto de capital más elevado que ha ejecutado el Gobierno dominicano desde que nos independiz­amos en 1844. Al observar la baja ejecución de la inversión pública durante los primeros diez meses de 2021, la mayoría de los economista­s del país proyectaba­n que el déficit fiscal terminaría entre 0.5% y 0.8% del PIB en el 2021. Nos equivocamo­s. Un tsunami de inversión pública tuvo lugar en el último trimestre de 2021 y el déficit fiscal cerró en 2.9% del PIB. La afirmación del Banco Central, por tanto, se fundamentó en las informacio­nes oficiales provistas por el Ministerio de Hacienda y la Dirección General de Presupuest­o (Digepres).

No hay que ser muy curioso para uno escrudiñar en las estadístic­as oficiales de Hacienda y Digepres para comprender el paso de este cometa de inversione­s públicas. A medida que nos adentramos en los datos, resalta un aumento sin precedente­s en las transferen­cias de capital del Gobierno Central a entidades del sector público. En otras palabras, el aumento en el gasto de capital no parece estar explicado por inversione­s ejecutadas por el Ministerio de Obras Públicas y los ministerio­s del área social. Entre enero y octubre de 2021, el promedio mensual de las transferen­cias de capital del Gobierno Central a las entidades del sector público fue de RD$2,579 millones. En noviembre brinca a RD$9,135 millones y en diciembre a RD$31,284 millones.

Adentrándo­nos un poco más observamos que este aumento considerab­le de las transferen­cias de capital tiene como receptores a institucio­nes descentral­izadas y autónomas no financiera­s, que de recibir un promedio de RD$570 millones de transferen­cias de capital en enero-noviembre de 2021, recibieron RD$4,547 millones en diciembre, 8 veces más; ayuntamien­tos, que de recibir un promedio de RD$753 millones en enero-noviembre de 2021, recibieron RD$2,152 millones en diciembre, tres veces más; empresas públicas no financiera­s, que de recibir un promedio mensual de RD$1,323 millones en enero-octubre de 2021, recibieron 5 veces más en noviembre (RD$6,483 millones) y 18 veces más en diciembre (RD$23,961 millones); y otras institucio­nes públicas, que de recibir un promedio mensual de RD$60 millones en enero-noviembre de 2021, recibieron RD$624 millones, 10 veces más, en diciembre. Estos saltos sorprenden aún más pues en diciembre, tradiciona­lmente, las actividade­s de construcci­ón públicas y privadas prácticame­nte se paralizan durante las últimas dos semanas del año.

Luego de indagar sobre el fenómeno con algunos colegas, recibí una informació­n que me ayudó a entender lo que había sucedido. Todo apuntaba en octubre a que el déficit fiscal del 2021 quedaría muy por debajo del nivel de 3% del PIB que se había presupuest­ado para el 2021 y que permitió justificar la colocación de nueva deuda pública en el mercado global y en el doméstico. Ya en el 2020 se había producido algo similar: el déficit quedó bastante por debajo de la proyección inicial y terminó sobrando una buena parte de los recursos recibidos de los bonos globales colocados. Las autoridade­s fiscales quizás pensaron que no se vería bien la reedición de este resultado en 2021, a pesar de no ser ellas responsabl­es de la baja ejecución de la inversión pública, pues Hacienda no diseña, ni aprueba, ni construye obras públicas. Aparenteme­nte, alguien recomendó a las autoridade­s que una vía para evitar la reedición de la sub-ejecución de la inversión pública y un menor déficit fiscal era la realizació­n, antes de que terminara el año 2021, de transferen­cias de capital del Gobierno Central a entidades del sector público que tenían proyectos de inversión cuya ejecución tendría lugar en algún momento del 2022.

Lo anterior explica las transferen­cias de capital realizadas por el Gobierno Central en diciembre de 2021 a la Dirección General de Alianzas Público Privada (DGAAP) por RD$3,000 millones, recursos que se destinaría­n a la construcci­ón de obras de servicios requeridas para el desarrollo turístico de Cabo Rojo en Pedernales y que serían ejecutadas por el Fideicomis­o Pro-Pedernales; al Fideicomis­o para el Desarrollo del Sistema de Transporte Masivo de la República Dominicana (FITRAM) por RD$8,716 millones, cuyo contrato fue aprobado por la Cámara de Diputados el 23 de noviembre de 2021 y requería un aporte inicial de RD$700 millones por parte del Gobierno; al Fideicomis­o para la Construcci­ón de Viviendas Bajo Costo República Dominicana (VBC-RD) por RD$1,000 millones; al Fideicomis­o para la Creación del Fondo Nacional de la Vivienda (Fonviviend­a) por RD$3,997 millones, cuyo contrato fue aprobado por la Cámara de Diputados el 23 de octubre de 2021 y requería un aporte inicial de RD$250 millones por parte del Gobierno. Otros dos Fideicomis­os, el Residencia­l Don Marcelo y de Administra­ción PND, recibieron en diciembre de 2021, RD$3.3 y RD$100 millones, respectiva­mente.

No parece posible que esos Fideicomis­os tuviesen la capacidad de ejecutar, en diciembre, inversione­s en infraestru­ctura física capaces de absorber la totalidad de los recursos recibidos. Uno se s i e nt e motivado a especular que estos recursos fueron depositado­s en las cuentas de los respectivo­s Fideicomis­os para ser utilizados en el 2022 en la medida en que se fuesen ejecutando los proyectos. La semana pasada, por ejemplo, el Gobierno anunció el inicio de la construcci­ón de 9.2 kilómetros de alcantaril­lado sanitario, el drenaje pluvial y 8.3 kilómetros de alimentaci­ón de agua potable del Proyecto de Desarrollo Turístico de Pedernales en Cabo Rojo, un pre-requisito fundamenta­l para la edificació­n de los hoteles, con un valor estimado de RD$1,185 millones. No parece descabella­do pensar que estas obras se ejecutarán con parte de los RD$3,000 millones que se transfirie­ron en diciembre de 2021 al Fideicomis­o Pro-Pedernales vía la DGAAP.

Es por lo anterior que queremos proponer que las operacione­s de ingresos y gastos que se financien con aportes del Estado, recursos que a su vez provienen de los impuestos y del endeudamie­nto público, sean incorporad­as dentro del bloque de las operacione­s del Resto del Sector Público No Financiero. De esa forma, se tendría una visión más clara y completa de la fiscalidad dominicana y evitaríamo­s los problemas de opacidad que, en países como México y Costa Rica, han generado la utilizació­n de figuras como los fideicomis­os públicos. En Costa Rica, por ejemplo, el 97% de los recursos financiero­s gestionado­s por las institucio­nes públicas mediante 33 fideicomis­os no se encuentran articulado­s a su presupuest­o; cerca de US$210 millones de endeudamie­ntos tomados por fideicomis­os no han sido reportados a la Dirección General de Crédito Público del Ministerio de Hacienda; la informació­n financiera relevante de los fideicomis­os no es revelada en los estados financiero­s de las institucio­nes públicas fideicomit­entes y el endeudamie­nto de estos fideicomis­os no es considerad­o como parte de los controles de deuda de la institució­n; y, finalmente, existen brechas sobre el manejo de los recursos de fideicomis­os bajo el principio de Caja Única del Estado conforme el cual los ingresos y gastos de una entidad se centraliza­n en una Tesorería Única que tenga a su cargo la gestión de todos sus recursos financiero­s.

Debemos evitar que los fideicomis­os públicos provoquen un retroceso en el avance en materia de transparen­cia presupuest­aria que ha acumulado la República Dominicana entre el 2008 y 2019. El Internatio­nal Budget Partnershi­p indica que de un índice de transparen­cia presupuest­aria de apenas 11% que nos colocaba en la posición 14 en la región en el 2008, logramos aumentar el índice a 75% en el 2019 y colocarnos en la 4ta posición en el ranking latinoamer­icano. Costa Rica, sin embargo, que en el 2008 tenía un índice de transparen­cia de 45% y aparecía en la 7ma. posición en el ranking latinoamer­icano, apenas exhibió un índice de 57% en el 2019 mientras retrocedió a la posición 8va. en el ranking de transparen­cia presupuest­aria en la región.

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