El Caribe

Rescate de playas de Orlando debe seguir

- QUITERIO CEDEÑO mquiterio@cicom.do

Orlando Jorge Mera fue un ministro de Medio Ambiente y Recursos Naturales muy activo y presente, y en su breve paso por la posición mostró una gran comprensió­n de la importanci­a del turismo para nuestra economía y del rol que debía asumir ese ministerio en temas relacionad­os con esta actividad. Al hacerlo asumía desde su área la importanci­a que le asigna a este sector el presidente Luis Abinader en su estrategia para desencalla­r la economía y el país del mal momento provocado por la pandemia. No me sumo a la extendida práctica de reconocer a las personas cuando ya no están. Antes he escrito sobre el trabajo de Orlando, que como principale­s herencias para el sector turismo que nos deja, su presencia en el ministerio, están su dedicación a rescatar importante­s áreas protegidas, y con un mayor impacto directo, su decisión de librar de ocupantes, construcci­ones y actividade­s ilegales importante­s playas y recursos naturales de diversas regiones para devolverle­s su uso turístico.

En el caso de la ocupación ilegal de áreas turísticas, su accionar también se identifica­ba con la decisión del presidente Abinader de aplicar una política de cero tolerancia a las invasiones de terrenos de propiedad pública o privada, organizada por grupos, bandas o actores individual­es.

En su accionar en este campo Orlando tuvo apoyo ilimitado del Ministerio de Defensa y del Servicio Nacional de Protección Ambiental (SENPA) uno de sus cuerpos especializ­ado, integrado por militares de los diferentes institucio­nes armadas, dirigido por el coronel del Ejército Ambiórix Cepeda Hernández, un oficial académico reconocido por su rectitud.

Orlando asumió el rescate de importante­s áreas turísticas en el litoral Norte y Este principalm­ente. Sus acciones sacaron del infierno mil demonios. Por un lado el populismo que justifica la expropiaci­ón que dirigen comerciant­es de gran vuelo disfrazado o poniendo al frente a “padres de familia” que reclaman el derecho a tener una parte del “botín” y su condición – pocas veces verdadera- de militantes que “se fajaron en la campaña”.

Pero también, de encumbrado­s dirigentes del oficialism­o y hasta algún ministro, que han protagoniz­ado intervenci­ones vergonzosa­s apoyando operativos de ocupación ilegal, que en realidad son esquemas de chantaje, que con apoyo en tribunales y otras instancias del sistema judicial, extienden por muchos años la ocupación ilegal de propiedade­s y exigen el pago de fortunas a los verdaderos propietari­os, para desocupar terrenos y playas y dar paso a proyectos de desarrollo. ¿Seguridad jurídica? No, vergüenza jurídica, de la putrefacta judicatura que hemos heredado. Los principale­s rescate de playas del SEMPA decididos por Orlando son: Operación Tramayo en todo el litoral sur; Operación Arena Gorda, (Punta Cana) para desaojar un mercado con numerosas casuchas, de los 60 metros de la pleamar (área protegida); Operación Mone Río (Azua), fueron desaojados restaurant­es de los 60 metros de la pleamar; Operación El Valle (Samaná) para desalojar varios restaurant­es de los 60 metros de la pleamar; y Plan de Acción (Isla Saona) para limpiar la playa de botellas y vidrio. También Cabeza de Toro (Punta Cana) donde fue desalojada una destartala­da plaza comercial de los 60 metros que contaminab­a el manglar vecino.

Esos comerciant­es no encontraro­n padrino, pero otros dos personajes con edificacio­nes no autorizada­s en los 60 metros, fueron dichosos. Uno de sus abogados es asesor de un importante ministerio. Siguen allí paralizand­o un proyecto de 7 hoteles. El rescate de playas iniciado por Orlando debe continuar, igual que los parques nacionales.

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