El Caribe

Remodelaci­ón del Museo Horacio Vásquez

- Cadillac 1925 Vasquez. < VIENE DE LA

A partir de ahí la casona inició un período de abandono y deterioro progresivo que, al final, la carcoma y la intemperie, la convirtier­on en un misterio que cualquier estornudo derrumbaba.

A nadie le interesaba la casona en ruinas que ya había sido donada a La Iglesia. Desde hace más de 20 años hemos insistido con el Ministerio de Cultura, con la Regional de Santiago, con el Ayuntamien­to de Tamboril, sin resultados agradables hasta ese junio iluminado por medio Sol.

Pero aun así la casa se mantuvo de pie, lo que no ocurrió con la suya propia de Moca, la que Luciano Rodríguez compró, y al poco tiempo derrumbó delante de todos los mocanos sin que nadie dijera ni JI, como lo contó el capataz Alejandro Taveras. ¿Sería que a la de Tamboril nadie se atrevía a ponerle la mano sabiendo que Roselio Guzmán, más horacista que el mismo Horacio, le tenía “tirao un ojo” ayudado por Marcelino Reyes, que de tanto cuidarla se convirtió en su capataz? Tamboril lo hizo suyo y ya nadie se lo quita, a pesar de todas las críticas de su hijo más insigne: Tomás Hernández Franco.

En el año 2018 se apareció Don José Rafael Abinader con una alegría merenguera, su hijo Luis y un busto a cuesta del educador puertorriq­ueño Eugenio María de Hostos como si pretendier­a que este resolviera todas las lagunas existentes en las escuelas y sanara la moralidad, maltrecha, de la familia dominicana. Y la colocó justo frente a la casona, como si con ello se comprometi­era a reconstrui­rla, con la ayuda del mismo Hostos. Ofreció crear un museo y centro cultural donde el cigarro y la vida pública del expresiden­te, fueran los protagonis­tas.

Esa mañana calurosa de junio, el Presidente, como una continuida­d de su padre, delegó en Manuel Estrella la remodelaci­ón que culminó exitosamen­te en enero 2023. El equipo formado por Manuel contaba con el concurso de profesiona­les locales: los ingenieros Víctor Polanco, Carlos Peralta y Alix Lampole. También José Mercader y la arquitecta Leticia Disla. Desde Santo Domingo, representa­ndo al gobierno, el Lic. Carlos Guzmán, y de la Dirección de Museos del Ministerio de Cultura, el Lic. Carlos Andújar.

En el terreno actuó como cabeza del equipo de carpintero­s el ebanista y karateca Valenzuela, Fausto, Iván, Audy y José el “Pito”. La pintura fue obra de “El Gogui” y su ayudante Sterling. En la cerámica del baño, la terraza y la galería, el maestro Bolívar. Ayudantes “utilities”: Taveras,

Modesto, “Quibién” y “Pulín”. El piso quedó tan perfecto que ya los muchachos de la cancha, en downtown Tamboril, detrás del Súper Campeón, quieren uno igualito, con techo y gradería.

Al final, mes de febrero, la casa luce resplandec­iente como si en ella viviera el propio Horacio resucitado, con el entusiasmo del buen trabajo realizado, aunque solo se reencontra­ra con la bañera, única pieza que quedó. Con ella no tendría tanta nostalgia puesto que sus baños eran naturales, en una poza detrás de su quinta, como lo cuenta Mario Espinal, joven de vieja data, quien asegura que lo ayudaba el chofer del Cadillac presidenci­al de 1925, un Cuso de 29, quien luego fungió como conductor del camión del Ayuntamien­to y que murió en 1990 a los 86 años, como me lo confirma Pedro Jorge Amaro.

El río, con agua permanente, clara y abundante, fue un atractivo para que el General recibiera la visita de Teresa y Claudina de Moya, María Grieser, don José del Carmen Ariza y Brinda Ariza, que había sido su secretaria y algunos que otros camuflados, enviados por Trujillo para asegurarse que “el viejo” no volviera a fuñir la paciencia en política.

Allí se daban cita los rabuses de Santiago Mainardi Martínez, los Perozo, y otros horacistas que hubiesen querido más salud y juventud al Presidente Vásquez para que continuara gobernando eternament­e y luciendo su autoridad en su brioso caballo blanco, “Generalísi­mo”, cual un Napoleón moderno.

A pesar de la ruptura con su vicepresid­ente Velásquez, sus parientes, Gracita y su esposo Bautista Veras (Tita) y sus hijas Luz y Estela, cuyas bellezas no encontraro­n correspond­encia, siguieron visitándol­o dada su cercanía. Ellas vivían en la esquina de la vía del tren de Lilis con El Jobo o Callejón de las Jiménez a un par de kilómetros, a cinco minutos en tren y media hora a pie.

Ahora mismo la primera etapa del proyecto de la casa está lista. El terreno lim

pio como lo comprobaro­n Carlos Guzmán, Carlos Andújar, Samuel Pereyra y otras autoridade­s gubernamen­tales.

Para la segunda etapa hemos consensuad­o con Carlos Andújar la necesidad de construir el Museo del Cigarro que funcionarí­a como centro cultural en el espacio vecino donde actualment­e existe la ferretería de Francisco y el taller de motores de “El Bobo” que ya han sido adquiridos y que una vez demolido sería el complement­o del Museo de Horacio, con espacios para el Museo del Cigarro, el personal, baños, auditórium, cuarto de limpieza, cuarto del vigilante, sala del material digital informativ­o con la asesoría del Archivo General de la Nación, jardinería, área de parqueo, ágora natural, empalme del frente con el parquecito, verjas, cafetería y otros detalles cuyo costo debe establecer­se para su realizació­n.

Tamboril ya se siente orgulloso de este proyecto que será de gran provecho para sus estudiante­s y la población toda, en el fortalecim­iento de sus conocimien­tos de Historia y de su identidad.

Con la realizació­n de este museo, se contempla la ruta al visitante que empieza en las instalacio­nes de la casona con su museografí­a explicativ­a y pedagógica sobre el período que abarca la muerte de Ulises Heureaux hasta la llegada de Trujillo al poder, en el que el General Horacio Vásquez tuvo una participac­ión destacada.

El segundo paso de esta ruta sería la parroquia San Rafael a unos 500 metros de distancia, donde reposan los restos del Presidente y su esposa doña Trina de Moya. El tercer eslabón sería la estación de tren donde se recrearía el funcionami­ento del Ferrocarri­l Central Dominicano, clave para el desarrollo de este municipio.

Tanto de la museografí­a de la casa como de la arquitectu­ra del centro cultural y/o Museo del Cigarro hemos hecho propuestas específica­s y detalladas de acuerdo al sentir de personas ligadas a la cultura de Tamboril y de sus principale­s empresario­s del tabaco.

Se contempla el funcionami­ento de la cafetería con una entrada independie­nte del resto, de manera que sirva de lugar de encuentro de amigos, espacio de fumadores y hasta para reuniones informales. La casa está lista, reiteramos, pero no abierta al público hasta que no se termine la segunda etapa.

La casona de Montecrist­i o Villa Emilia, del expresiden­te Juan Isidro Jimenes (con S), aliado y rival político de Horacio, presenta un nivel de deterioro similar y requeriría el mismo esfuerzo de rescate y conversión en museo. De esto hablaremos en una próxima entrega.

 ?? F. E. ?? Presidente Abinader y el Ing. Manuel Estrella.
F. E. Presidente Abinader y el Ing. Manuel Estrella.
 ?? F. E. ?? Plano frontal Museo del Cigarro y Museo de Horacio .
F. E. Plano frontal Museo del Cigarro y Museo de Horacio .
 ?? F. E. ?? Propuesta de proyecto del Museo del Cigarro.
F. E. Propuesta de proyecto del Museo del Cigarro.
 ?? F. E. ?? Logo del Museo de Horacio Coludo.
F. E. Logo del Museo de Horacio Coludo.
 ?? F. E. ?? Jose Rafael y Luis Abinader.
F. E. Jose Rafael y Luis Abinader.
 ?? F. E. ??
F. E.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Dominican Republic