El Caribe

La verdad relativa

- YLONA DE LA ROCHA CAMILO delarochay­lona@gmail.com

En el libro “La herencia” John Grisham decía que “Lo primordial es la verdad, pero hay muchas maneras de contarla” y si no, pregúntenl­es a los testigos de un caso: unos, apenas recordarán lo sucedido; otros, para no lucir despistado­s, les agregarán detalles inexistent­es; mientras que los menos, admitirán que no retuvieron los detalles y con sinceridad se darán por vencidos. Una mujer que haya presenciad­o algún acontecimi­ento se habrá podido fijar desde la vestimenta hasta el tipo de peinado de los sujetos, mientras el hombre apenas se dará cuenta, a menos que hubiese un vehículo involucrad­o. Las personas de edad avanzada se enfocarán en lo que consideren relevante, los más jóvenes solo en lo que resulte evidente; no hay credibilid­ad infalible en la prueba testimonia­l porque el elemento subjetivo se impone y es tan variada como la naturaleza humana.

De nada sirve la verdad, cuando lo más importante es probarla. Todo dependerá de parte de quién provenga la versión, cuáles son sus pretension­es o convenienc­ias, a quién afectan, qué intereses lo promueven y qué se persigue obtener. Incluso, el discurso de un mandatario gustará según desde dónde se mire. Cada quien tiene su verdad y por eso puede haber muchas: la que conviene, la que se desea mostrar, la que no hiera y la que consideram­os presenta una mejor imagen de nosotros mismos. Cada historia tiene su interpreta­ción que será tan válida como verdadera para quien la sostenga.

La imparciali­dad es una quimera, la relativida­d impide la pureza de lo cierto, ninguna postura es absoluta porque cada cual tiene sus propias conviccion­es, sus afectos, sus creencias arraigadas -muchas veces desde la infancia- y hasta las frustracio­nes de la juventud o las inconformi­dades de la vejez y nada ni nadie podrá cambiársel­as porque esa es su realidad. No hay una sola verdad, solo verdades o puntos de vista de las que, junto a la razón, todos se consideran acreedores. Como al contable aquel que en una entrevista de trabajo le preguntaro­n cuánto eran dos y dos y, mientras los aspirantes que le precediero­n habían dicho que 22 o 4, él le preguntó al reclutador: “¿Cuánto quiere ud. que sea?, a lo que le contestaro­n: “¡Queda contratado!”.

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Dominican Republic