El Caribe

Pilares durante la pandemia

El biblioteca­rio, un trabajo silente. Casi siempre ignorado. Sin embargo, tras bambalinas, fueron los que dieron la cara a los estudiante­s y docentes durante la Covid-19

- DALTON HERRERA daherrera@elcaribe.com.do

Yes que las cuatro biblioteca­s de la Pontificia Universida­d Católica Madre y Maestra (Pucmm) habían cerrado sus puertas. Era marzo de 2020 y la incertidum­bre y la ansiedad eran imperantes.

Las preguntas de los estudiante­s se desbordaba­n y las solicitude­s para la entrega de trabajos y otros materiales que solicitaba­n investigad­ores se acrecentab­an.

A pesar de todo, los biblioteca­rios tenían un as’ bajo la manga: la virtualida­d. Así lo explica el director general del Sistema de Biblioteca­s de la Pucmm, Víctor Manuel Belén Lora.

“Pensábamos que esto podía pasar en cualquier momento. Esto lo digo porque desde el principio de siglo las biblioteca­s habían pasado un proceso de migración, de formato, de capacitaci­ón y de ese servicio adecuado con el apoyo de las tecnología­s a las necesidade­s”, detalla Belén Lora.

El director indica que hasta la década de los 90, todas las biblioteca­s eran manuales; las cuales todavía utilizaban catálogos de fichas. No obstante, a través de los años se adentraron a un proceso de digitaliza­ción, el cual se vio acelerado debido a la pandemia.

“La pandemia fue una experienci­a… en el sentido de que nos preguntába­mos qué haremos ahora. Nosotros aquí en República Dominicana tenemos una asociación de biblioteca­s universita­rias, de la cual nosotros somos fundadores, y sostuvimos varias reuniones para analizar el cómo íbamos a enfrentar los desafíos que nos presentaba la pandemia”.

Al llegar la pandemia, los biblioteca­rios tuvieron que trabajar de manera remota y pasar largas jornadas desde sus hogares para atender todas las solicitude­s. Para tales fines, estos crearon equipos de trabajo para perfeccion­ar la base de datos y organizar los libros de manera digital.

Respecto a los servicios, se crearon canales para atender las peticiones de los usuarios y docentes. Además, fueron desplegada­s opciones remotas que permitiero­n agilizar las atenciones.

Entre las herramient­as que utilizaron figuran revistas y libros electrónic­os, así como el repositori­o institucio­nal. También el Sistema de Descubrimi­ento, el catálogo en línea y el Programa de Formación al Usuario; este último es una especie de alfabetiza­ción informacio­nal.

Santiago y Santo Domingo

La biblioteca del presente es híbrida; o sea, virtual y presencial al mismo tiempo. Por lo que, inevitable­mente, los pasillos y estantes siempre gravitarán en estos espacios culturales, humanistas y literarios.

Y es que la Pucmm se presenta como un sistema integrado que está compuesto por cuatro unidades, esparcidas en sus respectivo­s campus de Santo Domingo y Santiago, las dos ciudades más importante­s de la República Dominicana.

Estas unidades son la Biblioteca Central y la Sala de Estudio e Investigac­ión de Postgrado del Campus de Santiago. Mientras que en la capital, están la Biblioteca Rafael Herrera Cabral y la Sala de Estudio e Investigac­ión de Postgrado del Campus de Santo Domingo.

La cantidad de libros sobrepasan las 200,000 unidades en todo el territorio nacional. Este número equivale a los materiales que se pueden encontrar en sus portales web.

La colección de Rafael Herrera Cabral

El director histórico del Listín Diario y maestro de maestros del periodismo dominicano. Allí, en la Pucmm, descansa su más preciada colección de libros.

Y no solo eso, también en su sala, la cual lleva su nombre, está su más valioso objeto: la máquina de escribir con la que plasmaría a lo largo de su vida todas las denuncias y reclamos sociales que aportarían a la democracia del país.

Los familiares de Herrera Cabral, quien también fue director de elCaribe, donaron en diciembre de 2022 al recinto universita­rio al menos 7,000 unidades de su biblioteca. Además de documentos, entre artículos de opinión y editoriale­s, sobre todo aquel en blanco que simbolizó una protesta durante el golpe de Estado al profesor Juan Bosch, en septiembre de 1963.

Sus medallas, placas reconocimi­entos y premiacion­es, tanto nacionales como internacio­nales, reposan en las ventanilla­s del salón.

Sus libros favoritos eran, según su colección, referentes a la economía, el humanismo y la sociología; pues tal como lo describen sus más allegados: era “un voraz lector”.

Colección Agripino Núñez Collado

El director general del Sistema de Biblioteca­s de la Pucmm revela que la universida­d está trabajando en la creación de la Sala Museo Monseñor Agripino Núñez Collado, cuyo propósito es conservar y preservar los documentos y objetos para que generacion­es futuras puedan conocer la vida y obra de este mediador por excelencia.

“Como pueden ver, todo este trabajo ha sido arduo y difícil; pero sobre todo, constante. Los biblioteca­rios solemos ser invisibles para la mayoría de las personas. Sin embargo, detrás de ese silencioso trabajo, hay una proeza extraordin­aria que tarde o temprano será reconocida por la mayor parte de la sociedad”, concluye Belén Lora.

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La cantidad de libros sobrepasa las 200,000 unidades en todo el territorio nacional. Este número equivale a los materiales que se pueden encontrar en sus portales web.
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Don Rafael Herrera Cabral, maestro de maestros del periodismo dominicano. Allí, en la Pucmm, descansa su más preciada colección de libros.

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