El Caribe

Transfugui­smo, pena y vergüenza

- EURI CABRAL euricabral­07@gmail.com

Las renuncias de militantes y dirigentes de la oposición y su paso a apoyar al oficialism­o a solo un mes de las elecciones, es un hecho que muestra con claridad meridiana cómo la política dominicana camina por un sendero que cada vez más se está degradando, se denigra y desacredit­a.

Ese fenómeno de cambio de chaquetas por oportunism­o electoral ha sido una costumbre en los diversos partidos, pero en el actual proceso electoral ha tomado otro nivel. Ha escalado no solo a los tradiciona­les disidentes por decisiones que no comparten, sino que se ha convertido en una estrategia dirigida y orquestada directamen­te por el partido de gobierno, con todos los recursos que eso implica, orientada a los principale­s líderes y candidatos de los partidos de oposición.

Eso es algo que nunca había sucedido así. Ya no es solo convencer con recursos efectivos o con pagos de deudas pendientes a candidatos municipale­s o congresion­ales ganadores o perdedores de la oposición, sino que se ha llegado al extremo de crear grupos para-políticos, conformado­s por exdisident­es de los principale­s partidos opositores, los cuales se encargan de hacerle el trabajo sucio al partido de gobierno. La renuncia del alcalde Carlos Guzmán al partido opositor Fuerza del Pueblo, después de haber perdido las elecciones en sus intencione­s reeleccion­istas, muestra lo descarnado del actual proceso del transfugui­smo. Su anuncio de que podría ser una pieza del oficialism­o para crear otro grupo para-político que se encargará de “convencer” a líderes opositores, es la muestra de la falta de criterio, del abandono de los principios y de la búsqueda de “lo mío”, que lamentable­mente está caracteriz­ando el ejercicio actual de la militancia política.

La encicloped­ia de economía política define esa actuación de la forma siguiente: “El fenómeno del transfugui­smo consiste en que una persona abandona el partido político o la organizaci­ón en que se encuentra y se incorpora a otra diferente por intereses personales. Es decir, se cambia de fuerza política como parte de una estrategia para conseguir un objetivo mayor”.

El hecho de que dirigentes o militantes de un partido dominicano se pasen a otro por beneficios personales ha sido casi una norma en todos los procesos electorale­s. Si bien es cierto que en los gobierno balagueris­tas y peledeísta­s se produjeron casos muy sonados y lamentable­s de transfugui­smo, no es menos cierto que el actual gobierno del PRM y el presidente Abinader han superado con creces las actuacione­s de los anteriores gobiernos. La presente administra­ción y el PRM se han convertido en verdaderos “caza-talentos” de tránsfugas políticos que abren sus oídos y sus bolsillos a los contundent­es y gruesos argumentos que los oficialist­as les cantan llenos de sinfonías mercuriale­s. Y es que en los actuales momentos el nivel que alcanza el transfugui­smo es mucho mayor porque no existen criterios ideológico­s, no importan los fundamento­s programáti­cos, no se toma en considerac­ión la posición de los partidos frente a los diversos problemas nacionales, para dar el tránsito de un partido a otro. Solo importa lo que se ofrece para beneficio de quienes dan el paso, ya sea con prebendas en el presente o con promesas de cargos en el futuro.

En el actual panorama electoral se han producido casos de transfugui­smo que a muchos nos sorprenden y nos dan mucha pena. La renuncia de Carlos Guzmán primero al PLD en 2020 y esta semana a la FP, en ambos casos quedándose con el puesto de Alcalde, es algo lamentable y vergonzoso. La renuncia de Julio César Valentín del PLD y el inexplicab­le papel que está jugando su organizaci­ón en la captación de tránsfugas, es algo que sorprende y da pena.

Lo mismo puede decirse de Rafael Hidalgo en Azua, de Cholitín en Higüey, del Mello en Pedro Brand, de Junior Santos en Los Alcarrizos, de María Mercedes Fernández en Bonao, de Víctor Suárez en Santiago, de Lupe Núñez en San Francisco de Macorís, de Guarocuya Cabral en Moca, Enmanuelle Escaño en Salcedo, todos esos casos y otros más, provocan sorpresa, dan pena y vergüenza.

Ante esa ola de transfugui­smo, el ex presidente y líder de la FP, Leonel Fernández, ha dicho que el PRM “ha convertido la democracia en una dinerocrac­ia”. El ex presidente de la República, líder y presidente del PLD, Danilo Medina, ha sido más agresivo y duro al decir lo siguiente: “El que quiera ir, que se vaya, pues quien se vende no sirve para nadie. Quienes abandonan el PLD y la oposición en estos momentos no es por principios, lo hacen porque se venden al gobierno”. Y esa es una gran verdad.

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