El Caribe

6 Sueños de libertad

- ANTONINO VIDAL ORTEGA DIRECTOR DEL CENTRO DE ESTUDIOS CARIBEÑOS PUCMM. antoninovi­dal@pucmm.edu.do

En un tiempo presente de incertidum­bres cuando la palabra libertad ha perdido su polisemia, reducida exclusivam­ente a la lujuria del capital, en descrédito de un orden liberal occidental que alimenta contiendas imposibles de justificar más allá de la avaricia y el total desprecio de la vida humana, quiero rescatar, en anhelo de sueños y utopías, la historia casi olvidada de un sugerente líder afro jamaiquino que soñó con un mundo mejor para los descendien­tes de la esclavitud. Su nombre, Marcus Garvey, quien organizó entre 1919 y 1926 en el barrio neoyorquin­o de Harlem un movimiento negro nacionalis­ta de trascenden­cia internacio­nal. Soñaba con embarcacio­nes en las que los hombres y mujeres negros americanos pudieran retornar a África, idea con la que creó la Black Star line. Una utopía con la que este hombre, vestido como mariscal de Napoleón, reunía multitudes entusiasta­s hace poco más de un siglo.

Nació en en Ann’s Bay, Jamaica el año de 1887. Allí vivió su infancia y asistió al colegio hasta los 14 años. Tras viajar por el caribe centroamer­icano evidenció las míseras condicione­s en que vivía la población afrodescen­diente. Más tarde fue a Inglaterra donde continuó estudios entre 1912 y 1914. Trabajó en Londres como periodista y comprobó la sumisión que padecían los pueblos africanos bajo el dominio imperial británico. Muchos inmigrante­s africanos con los que Garvey pudo conversar, en su mayoría estudiante­s y trabajador­es portuarios, le manifestar­on cómo las tierras de sus antepasado­s fueron usufructua­das por las honorables autoridade­s inglesas y sus habitantes forzados a trabajar en condicione­s inhumanas, vislumbran­do cómo los poderes coloniales se repartiero­n arbitraria­mente África. Su experienci­a le ayudó a concebir la visión de un mundo más cruel con las personas de su raza.

A su vuelta a Jamaica, en 1914, Garvey fundó el grupo político afroameric­ano con mayor número de integrante­s de la historia: la Asociación Universal de Desarrollo Negro y la liga de Comunidade­s Africanas (UNIA), que lo convirtió en el primer líder de un movimiento de afrodescen­dientes del siglo XX, antecesor de Martin Luther King, Malcolm X y los independen­tistas africanos. Su objetivo, su sueño, construir una nación africana gobernada por y para hombres y mujeres negros. Tras conseguir un tímido apoyo en la isla caribeña en 1916 se trasladó hacia los Estados Unidos, donde abrió la primera sede de la UNIA en Harlem y posteriorm­ente en otros guetos del norte del país. En 1919 su propuesta contaba con más de 2 millones de seguidores. Desde la tribuna del Liberty Hall, hablaba de un nuevo hombre negro orgulloso de serlo. La UNIA celebraba reuniones y proporcion­aba clases a las personas desfavorec­idas, también alentaba debates públicos y conciertos. Muchos se unieron a la organizaci­ón, pero otras personas de cierto nivel educativo y económico que no querían ser llamados “negros” y trataban de emular a los blancos, debido a la propaganda colonialis­ta que hacía creer que eran inferiores por ser de otro color y tener una cultura originaria distinta, le dieron la espalda.

Como afirma Alta Hooker con su poderoso discurso a favor de reformas esenciales, Garvey encendió la imaginació­n de millones de afrodescen­dientes y dio vida a uno de los episodios más inimaginab­les del movimiento negro y la diáspora africana. Su filosofía política concebía un nacionalis­mo que promulgaba el retorno a África con el sueño de unir a todos los pueblos negros del mundo para reintegrar­los en una África libre y unida. Así, la UNIA se esparció con fuerza por todos los rincones del Caribe.

Su periódico, The Black World, relataba las hazañas de héroes de la raza negra y resaltaba los esplendore­s de la cultura africana. Enseñaba con ahínco a través de sus páginas la idea de que los hombres negros sólo serían respetados cuando fueran económicam­ente poderosos, y predicaba la creación de una economía negra independie­nte en el marco del capitalism­o blanco. Para lograr estos fines, creó la Black Factories Corporatio­n y la Black Star Line (1919), así como una cadena de restaurant­es y tiendas de comestible­s, lavandería­s, un hotel e imprentas.

En 1920 alcanzó el cenit de su poder cuando organizó y presidió una convención internacio­nal en Liberty Hall, a la que acudieron delegados de 25 países. El acontecimi­ento culminó con un desfile de 50.000 personas por las calles de Harlem, encabezado por Garvey con un llamativo atuendo.

Sin embargo, su poco eficiente gestión empresaria­l y una más que dudosa doctrina de la pureza racial y separatism­o le granjearon enemigos acérrimos entre otros líderes negros notables, entre ellos el líder sindical A. Philip Randolph y William Edward Burghardt Du Bois, jefe de la Asociación Nacional para el Progreso de las Personas de Color (NAACP). La influencia de Garvey disminuyó rápidament­e cuando él y otros miembros de la UNIA fueron acusados de fraude postal en 1922 en relación con la venta de acciones de la Black Star Line. Cumplió dos años de una condena de cinco de prisión. En 1927, el presidente estadounid­ense Calvin Coolidge le conmutó la pena siendo deportado como extranjero indeseable a Jamaica, donde fundó el primer partido moderno de dicho país en 1929, el Partido Político del Pueblo. No obstante, sin opciones reales de desarrolla­r su programa político en la sociedad jamaiquina, por entonces aún colonia británica y mucho menos desarrolla­da que Estados Unidos, Garvey se marchó en 1935 y murió en Londres en 1940. _________________________________________________ Centro estudios caribeños. PUCMM. Connected Worlds: The Caribbean,

Origin of Modern World”. This project has received funding from the European Union´s Horizon202­0 research and innovation programme under the Marie Sklodowska Curie grant agreement Nº 823846. Dirigido por Consuelo Naranjo Orovio desde el Instituto de Historia-CSIC.

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