Las preguntas indiscretas
Hay un dicho popular que dice “el que pregunta lo que no debe... oye lo que no quiere”. Hay personas que en cualquier reunión o encuentro, por desconocimiento de las reglas de cortesía, porque están nerviosas y no saben qué preguntar, hacen preguntas algo indiscretas.
Una de las preguntas más típicas es la que tiene que ver con la edad de una persona. No es correcto preguntar por la edad, sobre todo a las señoras. Según reza un dicho popular a una mujer “no se la pregunta adónde va, de donde viene o la edad que tiene”.
No se debe preguntar por la edad, ni cuántos años cumple una persona, aunque estemos en una fiesta de cumpleaños. En segundo lugar podríamos situar a las preguntas que tienen que ver con el dinero. ¿Cuánto te ha costado este regalo? ¿Cuánto ganas en tu trabajo?, etc.
No debemos responder a este tipo de preguntas indiscretas y poco acertadas. Podemos contestar con una evasiva similar, o simplemente podemos hacerle ver a nuestro interrogador que no es un tema de su incumbencia.
Por último, podemos citar aquellas preguntas que invaden nuestra intimidad personal, como pueden ser las preguntas referentes a nuestras creencias religiosas, a nuestras opciones/tendencias políticas y cuestiones de temáticas similares. Como en el caso del dinero, podemos responder de forma evasiva, o bien, hacer ver que ese tipo de preguntas no las vamos a responder; también podemos tratar de cambiar el rumbo de la conversación.
En cualquier caso, ante una pregunta tan poco discreta, una respuesta contundente para evitar que alguien siga por ese camino. Como indicamos el principio: “el que pregunta lo que no debe, escucha lo que no quiere”.