La contaminación ambiental
Recientemente la Organización Mundial de la Salud (OMS) puso de manifiesto unas estadísticas muy alarmantes, donde se estableció que la contaminación del medio ambiente cada año, asesina unos 7 millones de personas y al menos el 25% de las muertes infantiles son causadas directamente por este mal. 9 de cada 10 personas respiramos aire contaminado; indudablemente esto nos refiere, de que la incidencia y prevalencia enfermedades agudas y crónicas seguirá aumentando vertiginosamente, de igual manera la mortalidad.
Se ha determinado que la contaminación ambiental, tomando como punto de referencia el aire que respiramos, juega un papel preponderante para el desarrollo de enfermedades crónicas no transmisibles; tales como: trastornos cardiovasculares, accidentes cerebrovasculares, neumopatías obstructiva crónicas, cáncer de pulmón entre otras.
Parece una película de ciencia ficción, como se expresan esas cifras y como fallecen tantas personas por una misma causa; sin embargo, se conocen todos y cada uno de los agentes causales, pero no se están tomando ningún tipo de medidas para mejorar las condiciones del aire, el suelo y las aguas. Es contra producente que tantas personas en el mundo sigamos respirando aire tipificadamente contaminado, solo por la avaricia de un grupo reducido de seres humanos, que dedican sus vidas solo hacer dinero, a base de combustibles fósiles como derivados del petróleo, el consumo de tabaco, las industrias, el uso indiscriminado de agroquímicos, el uso de carbón, la deforestación y otros; cuando ya existen las formas y elementos para cambiar esas actividades nocivas por inofensivas. No se está tomando en cuenta cuánto daño causa ese accionar de vida a la mayoría; pero el impacto de esta práctica criminal y asesina, no les afecta directamente a ellos mismos ni a sus familiares, sino a aquellos que no la propician.
Nuestros infantes, niños y ancianos son los grupos más vulnerables por este flagelo, debido a su debilitado sistema inmunológico. La OMS especifica que más de una cuarta parte de las defunciones de infantes menores de 5 años en el mundeo, se debe a la contaminación ambiental; por la exposición directa al aire contaminado.