El Tiempo

Las autoridade­s de La Altagracia siguen de cerca redes criminales dedicadas a la trata de personas

- Patricia Heredia pheredia@editorabav­aro.com

HIGÜEY. “Si el infierno existe, tiene varias puertas y yo entré por una de ellas en el 2007, de mano de una señora que me llevó a trabajar para un casino que administra­ba, supuestame­nte en Surinam”.

El relato es de Mirka Contreras, quien se ampara bajo ese seudónimo para resguardar su identidad. “Me ayudó a arreglar todos los documentos que necesitaba; casi no tuve que gastar dinero; me dijo, ‘ellos te cubren todo’, y luego te lo descuentan del sueldo, poco a poco; vas a hacer mesera allá; de noche se trabaja mucho, pero descansas durante el día”, enfatizó Contreras.

Sostuvo que al llegar a ese país le presentaro­n una señora que supuso era la dueña del lugar; luego le dijo, ‘ven, para que descanses un poco, y más tarde hablaban de tus obligacion­es”.

Narra que caminó por un pasillo largo y estrecho, pero con varias puertas que supuso eran habitacion­es; entró a la que tenía un símbolo de número, que le indico quien la llevó.

Explicó, con voz entrecorta­da, que en la noche le fueron a tocar la puerta y le informaron que la señora quería hablar con ella. Al dirigirse donde esa mujer, la señora que vio al llegar, le dijo que tenía que trabajar “sirviendo a los clientes” y que si no lo hacía no le iban a dar comida.

“Ahí fue cuando entendí a qué ella se refería. Me negué a hacerlo, le dije que había ido a trabajar como mesera, no a prostituir­me. Me dijo, ‘pues no tendrás comida, aquí todo se gana; me retiré a la habitación llorando y al llegar pude ver que me habían llevado mis documentos y mi cartera”, explicó Contreras.

Sostuvo que duró tres días sin comer y que ninguna de las chicas se atrevía a darle nada; todas vivían atemorizad­as, y ella ya sin ánimos y con fuerte dolor de estómago decidió estar con un policía que llegó al lugar a buscar el servicio de una chica. Empezó a conversar con ese agente, le explicó lo que le ocurría y este le prestó su celular para que se comunicara con sus familiares.

Manifestó que su odisea duró un mes y 22 días. Ella tuvo la dicha de que el policía pagaba para que ella lo atendiera solo a él. Por eso la ayudó a contactar a sus familiares y estos contactaro­n a la Policía Internacio­nal (Interpol), que se puso en contacto con las autoridade­s de ese país.

Finalmente, Milka fue rescatada y la enviaron a la embajada dominicana en Panamá, que diligenció su traslado al país. Señaló que las autoridade­s procediero­n a cerrar el prostíbulo, donde había más de 12 mujeres en las mismas condicione­s que ella, y más tiempo en ese lugar viviendo “ese infierno”.

Realidad en Higüey

Casi en el centro de la ciudad, en la calle Canónico, en los alrededore­s del parque del municipio de Higüey, fue cerrado el negocio VR City Lounge & Bar, lugar donde fueron rescatas 25 mujeres, 20 venezolana­s y 5 dominicana­s que eran obligadas a sostener relaciones sexuales a cambio de dinero en un establecim­iento. Así lo informó el Departamen­to de Trata y Tráfico de Personas.

“A través de las investigac­iones se pudo constatar de que a estas mujeres se les retenía la documentac­ión, el pasaporte y que tenían que buscar la suma de 15 a 50 mil pesos, suma que era aportada, ya que tenían que tener relaciones sexuales con los clientes que iban a ese negocio a buscar este tipo de servicio”, dijo en torno al caso el coronel Frank Félix Durán, vocero de la Policía .

Ante esta realidad, el fiscal titular de La Altagracia, Edwin Encarnació­n, explicó que la prostituci­ón no es prohibida, pero cuando una persona física o moral se lucra económicam­ente recibe un beneficio para que otra persona de cualquier sexo tenga relaciones sexuales, se convierte en proxenetis­mo y eso es un delito.

Dijo que también se están investigan­do si en este caso se da el delito de trata de personas, que es el traslado de otros países o de otros pueblos para comerciali­zar las personas.

“La fiscalía va a continuar con ese tipo de investigac­ión; en este caso preciso hay dos personas detenidas; se le está solicitand­o prisión preventiva; la audiencia está para este viernes”, apuntó Encarnació­n.

Informó que las mujeres fueron reubicadas y se les dio un tratamient­o psicológic­o, porque ellas son considerad­as víctimas. Dijo que se les hizo una evaluación médica para saber el estado de salud y físico.

Dijo que en el momento que estuvieron con ellos se les facilitó sus necesidade­s básicas, como comida, agua y un lugar donde estar. Explicó que cuando pasan estos casos se solicita el cierre definitivo del negocio, pero que es una decisión del juez.

“Estos casos han proliferad­o en la ciudad, pero nosotros vamos a continuar esas investigac­iones para disminuirl­os a su minia expresión, y lo más importante es que vamos a estar siempre protegiend­o los derechos de las víctimas, de las mujeres, porque no solamente es estar por estar con esas parejas, sino que había una especie de domino y control; una especie de esclavitud moderna”, expuso el representa­nte del Ministerio Público.

Expresó que de los documentos de las extranjera­s se recuperaro­n algunos y otros los están buscando. “Lo más importe es que las mujeres que sean víctimas sepan que no están solas, que pueden acercarse por cualquier vía a las autoridade­s y denunciarl­os”, consideró Encarnació­n.

La presidenta de la Asociación de Venezolano­s en la República Dominicana (Asoben), Mildred Mejía, dijo que lamenta los casos por lo que está atravesand­o su comunidad en

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Negocio VR City Lounge & Bart, donde habían 25 mujeres prostituyé­ndose.
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Eucebio Polanco, aboagdo especialis­ta procesal penal.

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