Desalentadores signos en La Romana
Por tercera semana consecutiva nos mueve a preocupación la situación de violencia que afecta a La Romana, básicamente en la ciudad cabecera, como en el municipio más grande que tiene esa provincia: Villa Hermosa.
Diversos son los casos de criminalidad que cada día son reportados, desde pleitos entre grupos que se disputan espacios de control de venta de estupefacientes, robos y atracos a mano armada tanto de día como en las noches, crímenes de hijos contra padres y de padres contra hijos, entre otros.
La pasada semana, la novedad de violencia giró en torno a los hospitales Arístides Fiallo Cabral y el Francisco A. Gonzalvo, en donde evidentemente la inseguridad afecta directamente a pacientes, médicos y personal paramédico.
Se hizo viral un video en el Francisco A. Gonzalvo, donde dos mujeres que habían tenido una riña en un centro de diversión en Villa Hermosa, continuaron la pelea en el referido centro de salud, lo que no es el primer caso de esa naturaleza.
A pesar de esta preocupación, observamos como en un reciente encuentro con comunicadores, el director Regional Este de la Policía Nacional, con asiento en La Romana, general Juan Pilarte Feliz, se destapa con el dato de que la delincuencia en esa provincia asciende a un 70 por ciento, con relación al 2017, lo que eleva aún más el nivel de preocupación en todos los sectores que hacen vida en la sociedad romanense.
Quizás el general Pilarte Feliz no midió el dato que ofrecía a la prensa, a quien indicó que la delincuencia ha bajado en un 30 por ciento en lo que va de 2018. Ese dato no ha sido recibido con buen agrado entre los munícipes, quienes en su razonar popular expresan que cada día el nivel de delincuencia va en aumento, a juzgar por los hechos que presencian en sus comunidades.
Al iniciar el segundo semestre del año, la fecha es propicia para que las autoridades de seguridad, encabezadas por la Policía Nacional, realicen un verdadero estudio de la situación por la que está atravesando La Romana en términos de hechos delictivos y de violencia, ya que volvemos a repetir que, una provincia que ha inscrito bien su nombre en el mundo del turismo, merece ofrecer mejores condiciones de seguridad a sus residentes y visitantes.