¿Por qué la América española se dividió en muchos países mientras que Brasil no?
BRASIL. Cuando Cristóbal Colón tocó tierra tras su travesía del Atlántico, en 1492, no imaginaba todavía que cambiaría el curso de la historia para siempre. Tampoco pensaría que de allí a pocos años desencadenaría una lucha entre las dos mayores potencias económicas y militares de la época, España y Portugal, por hacerse con las riquezas de ese territorio aún desconocido para los europeos.
Dos años después, los Reyes Católicos, Isabel y Fernando, y el de Portugal, Juan II, llegaron a un compromiso y firmaron en Tordesillas (entonces Reino de Castilla) un pacto para repartirse las tierras “descubiertas y por descubrir” fuera de Europa.
Más de 500 años después, el mapa latinoamericano sigue exhibiendo la herencia cultural de esa lucha: desde los cañones del río Bravo hasta las frías laderas de la Tierra del Fuego, los idiomas más hablados son el español y el portugués.
Pero, mientras el castellano se habla en 19 Estados distintos, el portugués sigue siendo la lengua oficial de uno solo, Brasil.
¿Por qué la América española se fracturó en tantos países mientras que la América portuguesa quedó sustancialmente igual que en la época de la colonización?
Hay varias razones que explican este acontecimiento y los historiadores no siempre coinciden. Una de las causas tiene que ver con la distancia geográfica entre las ciudades de las antiguas colonias y la forma en que eran administradas por sus respectivas metrópolis.
Según el historiador mexicano Alfredo Ávila Rueda de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), aunque la América portuguesa, el actual Brasil, tenía unas dimensiones continentales, la mayor parte de la población se concentraba en las ciudades costeras y la distancia entre ellas eran menores que las que había en la América española.
Ésta estaba formada por cuatro grandes virreinatos: Nueva España, Perú, Río de la Plata y Nueva Granada. Cada uno de ellos respondía a la Monarquía Hispánica, era administrado localmente y tenía pocos vínculos con los otros.
Además se crearon varias capitanías, como las de Venezuela, Guatemala, Chile y Quito, que tenían gobiernos independientes de los virreinatos.
“La administración española se estableció alrededor de dos centros principales: México y Lima. Eso no sucedió en Brasil, donde la administración era mucho más centralizada”, explica el historiador mexicano.
Otra diferencia, según el historiador brasileño José Murilo de Carvalho, está relacionada con la formación de las elites en los dos imperios coloniales.