¿Qué nos está pasando?
He estado observando con agudeza, asombro y estupor, el proceder de los seres humanos hoy en día. ¿Qué nos está pasando? La ignorancia, el desconocimiento, la ilogicidad, la estupidez, el desenfado, el mal gusto, no eran aspectos a resaltar. Todo lo contrario, eran ocultados. Recuerdo que cuando una persona no sabía mucho de letras, así decían, buscaba a una persona entendida, así también le llamaban, para que le hiciera una carta. Los finos modales eran cultivados y apreciados. La ciencia, la literatura, la poesía, el conocimiento, considerados como posesiones exquisitas.
Hoy vemos estupefactos, cómo los medios de comunicación radiales, televisivos, escritos y las redes sociales, han sido inundados por personas, cuyo único afán es dar a conocer su desconocimiento. Es revelar con orgullo su pésima escritura. Es ofender de manera despiadada a los demás. Es faltar el respeto a los otros. Es manifestar su mal gusto, y burlar a quienes se esfuerzan por crecer en conocimiento tanto interior como exterior. En definitiva, es un esfuerzo descomunal por despreciar la parte más excelsa y creativa del ser humano: la cultura.
A veces pienso que estamos en presencia de “la rebelión de la ignorancia”. El desquite de quienes no pueden o no quieren cultivarse. La venganza contra los que tratan de hablar bien. Pensar lógicamente. Escribir correctamente. Aprender de quienes han crecido más. En fin, apropiarse de lo mejor de la humanidad, para ser mejores seres humanos, y refinar su gusto.
Estamos en presencia de un embrutecimiento colectivo, donde el que más esfuerzo ha hecho por pulirse y desarrollarse, debe callar. Y el canalla, es el que tiene la palabra. La descalificación personal está a la orden del día. El decir a boca llena a mí no me gusta leer, o nunca he leído un libro es un orgullo, en vez de una deshonra. Es la revancha del desconocimiento.