SlowFOOD ELGUSTOES NUESTRO
Carlos Petrini le apasionan las cosas o no. Al menos es lo que nos deja saber cada vez que defiende el propósito vital que ha impulsado su quehacer en los últimos 30 años: una gastronomía “buena, limpia y justa”.
Y es que sobre esos pilares se basa el movimiento Slow Food, una idea nacida en la década de los ’80, enfocada en preservar las tradiciones regionales, la buena comida y el placer gastronómico sin dejar nunca de lado al campesino, al comerciante, al chef y al comensal; actores fundamentales en la alimentación, y donde el medio ambiente es otro eslabón cardinal.
Todo empezó cuando bajo el impulso que había ganado, el Fast Food extendía sus tentáculos sobre Italia: el gigante McDonald’s, epítome de la comida rápida, concibió abrir uno de sus establecimientos en una de las plazas más insignes y gourmets del país europeo.
Fue ahí que Carlos Petrini, junto a otros apasionados, usó sus conocimientos de sociólogo, su afición por la cultura que siempre envuelve la cocina autóctona, e impidió el porrazo de incentivar una comida homologante, repetitiva y sin identidad como la que proponía el consorcio. Como el mismo Petrini ha puntualizado repetidas veces, “Slow Food surgió a partir de la premisa de que el verdadero valor de la comida es la diversidad”.
“La comida rápida no es el futuro”, recalca el ideólogo.
Y es que para él, el verdadero modo de conocer un país es adentrarse en su variedad de frutos, ya sean del mar o la huerta; única manera de conocer la riqueza extraordinaria que posee cada nación.
Si bien para muchos de los expertos el Fast Food ya no representa un boom, sí es preocupante el desbalance entre calidad y finanzas que se vive hoy día, el excesivo uso de transgénicos, el maltrato a las fuentes naturales y, en temas humanísticos, la impersonalización de algunas propuestas y modos de venta.
Esta es la razón por la cual se buscan los términos enunciados al principio. Tal como explican los promotores del Slow Food:
“La calidad en la alimentación está determinada por tres adjetivos que deben respetarse: la comida debe ser buena, limpia y justa. Buena, porque la comida de calidad debe tener buen gusto y otorgar una experiencia placentera a quien la consume; limpia, porque