LA PERFECTA ARMONÍA
ENTRE HABANOS Y CHAMPAGNE
Uno de los mejores placeres para los amantes de puros reside en el goce de degustar con calma un buen Habano. El non plus ultra radica, entonces, en un buen maridaje.
Algunos prefieren bebidas fuertes, espirituosos con cuerpo, sabor y añejamiento. La Guarida propone salir de la zona de confort y armonizar Habanos con champagne.
El Habano siempre se presenta lleno de aromas, con un porte majestuoso y un tiro insuperable. Si tenemos en cuenta el retrogusto siempre saltan sabores dulces y la ceniza obedece a la forma del cono compacto.
Para armonizar este producto de lujo siempre es recomendable buscar
bebidas que tengan su mismo nivel de fortaleza. Así uno no sobrepasa al otro y ahí es donde entran a jugar las decisiones inteligentes y, por qué no, arriesgadas.
ALGUNOS PREFIEREN BEBIDAS FUERTES, ESPIRITUOSOS CON CUERPO, SABOR Y AÑEJAMIENTO. LA GUARIDA PROPONE SALIR DE LA ZONA DE CONFORT Y ARMONIZAR HABANOS CON CHAMPAGNE
SIGLOS DE BURBUJAS
De toda la vida, el champagne ha sido símbolo de alegría, celebración y lujo. Su origen data de 1681, cuando un monje benedictino, Dom Perignon, embotella un vino rústico de la región de la Champagne francesa, capaz de burbujear tras añadir azúcar en una segunda fermentación.
Desde esa fecha el objetivo primordial consistió en controlar la segunda fermentación para conseguir mantener esas misteriosas burbujas. Las únicas variedades de uvas legalmente autorizadas son las oriundas de la región de la Champagne, la Pinot Noire, Pinot Meunier y la Chardonnay. Las dos primeras son uvas tintas, mientras que la última es blanca.