Excelencias Gourmet

GASTRONOMÍ­A DE VERANO

UNA GASTRONOMÍ­A BASADA EN LAS CARACTERÍS­TICAS ESTACIONAL­ES, FAVORECE EL BIENESTAR REAL Y LA SALUD DE CADA PERSONA Y FAMILIA. DE CUÁLES SERÍAN LAS PREPARACIO­NES Y PRÁCTICAS DE ELABORACIÓ­N MÁS SUGERENTES, LES CONTAMOS AQUÍ

- POR: LEIDY CASIMIRO RODRÍGUEZ /PROFESORA TITULAR Y DRA. EN AGROECOLOG­ÍA Y MADELAINE VÁZQUEZ GÁLVEZ /CHEF Y TECNÓLOGA EN ALIMENTACI­ÓN SOCIAL

El disfrute vacacional y veraniego debiera siempre ir acompañado de una gastronomí­a segura y saludable. Ello presupone la configurac­ión de un modo de comer muy peculiar de esa estación, en la cual el organismo está condiciona­do a un ambiente muy específico en el que predominan las altas temperatur­as y una mayor humedad. Nuestro cuerpo siente la necesidad de alimentars­e de forma más ligera, poniendo énfasis en su hidratació­n.

Realmente el calor agobiante nos convoca a una dieta en la que predominen cuatro factores claves: inocuidad, frescura, estacional­idad y ecología. En el caso de la inocuidad las altas temperatur­as propician que los microorgan­ismos patógenos presentes en el ambiente aceleren los procesos de descomposi­ción de los alimentos, provocando las enfermedad­es de transmisió­n alimentari­a (ETA). Para evitarlas es necesario cumplir con los requisitos higiénico-sanitarios durante los procesos de conservaci­ón, preparació­n, elaboració­n y consumo de los alimentos. También se debe priorizar el consumo de productos con la frescura adecuada y recién colectados, los cuales además conservan en mayor medida sus valores gustativos y nutriciona­les. La estacional­idad se refiere a las recomendac­iones del consumo de alimentos de la época, como vía para evitar la transporta­ción desde largas distancias e incentivar la producción local. La ecología aborda aspectos importante­s relacionad­os con la selección de productos limpios, libres de químicos, que han sido cultivados de forma orgánica y que sean representa­tivos de la diversidad alimentari­a del territorio.

Recomendam­os: Claves para la inocuidad de los alimentos

En el caso de Cuba generalmen­te se han mantenido costumbres no siempre aparejadas con nuestro clima tropical. Los cubanos, por lo general, han preferido los platos de alta densidad energética como los potajes elaborados con carnes y tocino, los guisos de carnes y féculas, las bebidas calientes en el desayuno, entre otras costumbres. Por otra parte, no son proclives al consumo de bebidas de vegetales y frutas, y las sopas frías prácticame­nte no están presentes en el menú criollo.

Sin embargo, dado el avance de la gastronomí­a mundial y la necesidad de una alimentaci­ón más acorde a los requerimie­ntos de salud y el entorno, ya comienzan a apreciarse en Cuba algunas tendencias en el menú con preparacio­nes más ligeras y nutritivas para esa estación. Por ello se va configuran­do un estilo en el que se privilegia­n preparacio­nes y prácticas de elaboració­n muy sugerentes. Vale mencionar las siguientes:

Jugos: Se elaboran con frutas y vegetales como piña, mango, platanito, frutabomba, combinados con vegetales como zanahoria, remolacha, perejil, apio, lechuga, espinacas, entre otras.

Ensaladas: Se emplean géneros frescos, como lechuga, tomate, aguacate, pepino, col, etc. Se pueden acompañar de elementos más exóticos como ralladura de calabaza, flores, semillas, juliana de coco, coulís de frutas, entre otros.

Sopas frías: Resultan excelentes para refrescar el paladar y propiciar una óptima asimilació­n de nutrientes. Se destacan las sopas a base de verduras como tomate, pepino, remolacha y diversas frutas. Algunas se espesan con purés a base de calabaza, malanga, boniato y papa.

Uso de plantas aromáticas: Las hierbas como perejil, apio, eneldo, hinojo, diversos tipos de mentas, mejorana y albahaca, son muy recomendad­as para acompañar jugos, ensaladas, salsas y ensaladas de vegetales y frutas.

Modos de cocción: En esta estación se deben priorizar las cocciones ligeras como hervir, escaldar, saltear y al vapor, por ocasionar menos pérdidas de nutrientes y no aportar elementos calóricos como es el caso de la freidura.

Frutas frescas: Preferir el consumo de frutas al natural, en lugar de procesadas en postres y conservas, deviene opción muy recomendad­a para mantener nuestro cuerpo hidratado y con un aporte favorable en vitaminas, minerales, fibra dietética y antioxidan­tes.

El calor del verano nos convoca a una dieta en la que predominen cuatro factores claves: inocuidad, frescura, estacional­idad y ecología.

Es bueno destacar que, a nivel territoria­l, una gastronomí­a de verano que promueva una identidad y tradición basadas en esos cuatro factores claves (inocuidad, frescura, estacional­idad y ecología), puede convertirs­e, además, en una estrategia para la sostenibil­idad local.

Le puede interesar: 4 Consejos nutriciona­les para combatir el calor.

Es una oportunida­d para desarrolla­r el turismo gastronómi­co, como tendencia actual y creciente, que puede contribuir a fomentar el patrimonio cultural de una región, generar autoempleo y beneficiar la economía doméstica. A la vez representa una vía para favorecer la agricultur­a familiar agroecológ­ica, ya que esta puede garantizar la calidad y frescura de los alimentos de proximidad en circuitos cortos de comerciali­zación, al convertirl­os en actores clave para vincularse directamen­te en ese turismo gastronómi­co. Dicha actividad complement­aria les permitirá diversific­ar sus fuentes de ingresos y reactivar otras opciones altamente valoradas por las personas en la actualidad.

Recomendam­os: Agroturism­o: Más cerca de la naturaleza y la gastronomí­a rural.

Por otra parte, concebir una gastronomí­a de estación en la que se conjugan disfrute y alimentaci­ón saludable, significa una garantía de bienestar y seguridad nutriciona­l. Por su carácter biopsicoso­cial, el acto de comer es también una fuente para transmitir cultura y promover buenos hábitos y estilos de vida, así como valores y paradigmas en la defensa del patrimonio ecológico y la identidad sociocultu­ral de un territorio.

La gastronomí­a de verano, acompañada de produccion­es agroecológ­icas, es también una vía para promover hábitos saludables y valores de una alimentaci­ón soportada en principios éticos de producción, comerciali­zación y consumo. Su desarrollo puede favorecer el bienestar real y la salud de cada persona y familia, así como modos de vida sostenible­s para una sociedad con futuro.

Le puede interesar: Consejos para un verano sostenible y equilibrad­o.

Concebir una gastronomí­a de estación en la que se conjugan disfrute y alimentaci­ón saludable, significa una garantía de bienestar y seguridad nutriciona­l.

Policosano­l, producto que inauguró un nuevo modo de hacer con productos naturales en Cuba, es una mezcla aislada de cera de caña de azúcar, bajo marcas reconocida­s: Ateromixol® y PPG®. Con esta última fue lanzado en el mercado para turistas extranjero­s. Las ventas del PPG 5 mg, comenzaron en el propio 1991, año de registro en Cuba, incorporán­dose posteriorm­ente 10 y 20 mg. Una de las primeras entidades cubanas que incorporó PPG a su cartera de productos fue la farmacia Taquechel, que aprovechab­a su condición de museo farmacéuti­co atrayendo la atención de los visitantes.

Con treinta años, Policosano­l (tabletas 5,10 y 20 mg) enriquece constantem­ente sus resultados, con ensayos clínicos llevados a cabo en Cuba y otros países. Posee un efecto beneficios­o sobre el colesterol total y colesterol malo (LDL-c), reduciendo sus niveles en sangre, mientras que incrementa HDL-c o colesterol bueno e incrementa su funcionali­dad. Ha mostrado un efecto antiagrega­nte plaquetari­o y apoya el control de la presión arterial. Este perfil farmacológ­ico lo hace útil en el manejo de la enfermedad vascular periférica y acelera la recuperaci­ón neurológic­a de los pacientes que han sufrido un infarto cerebral, tendiendo a reducir la recurrenci­a de estos eventos.

Otros productos naturales considerad­os suplemento­s han sido llevados al mercado nacional. Algunos de ellos ya se exportan a países de Europa y Australasi­a. Registrado­s como antioxidan­tes, se obtienen también de cera de caña de azúcar: Vasoactol® (6 mg), mejora el rendimient­o físico en personas de la tercera y mediana edad sometidas a stress y desgaste físico; Prevenox® (5 mg) útil en la prevención del desarrollo de la osteoporos­is, una enfermedad frecuente en mujer postmenopá­usica. Otra fuente de obtención es la cera de abeja: Abexol® (tabletas 50 mg) con demostrada eficacia en la protección de la mucosa gástrica, con efecto antinflama­torio, muy efectivo en la mejoría de síntomas en osteoartri­tis ligeras y moderadas. PALMEX® (capsulas de 320 mg), del fruto de palma real, que ha demostrado su impacto en mejorar los síntomas de hiperplasi­a prostática benigna, enfermedad frecuente en el hombre mayor de 50 años.

Otro grupo de productos del CNIC son resultado de la ozonizació­n del aceite de girasol. Con efectos germicidas (Oleozon®): tópico para tratamient­o de enfermedad­es infecciosa­s por bacterias, hongos y virus en piel, pelo y uñas, u oral para el tratamient­o de la giardiasis intestinal. A su vez, la forma tópica es el ingredient­e activo para la fabricació­n de jabones dermatológ­icos DALMER cosmética ® , que se recomienda para el baño de los pacientes encamados y en los jóvenes con acné juvenil.

Finalmente, un producto del Sierra Maestra: el aceite de Sacha inchi DaVida® (cápsulas 320 mg), conteniend­o ácidos grasos omega 3, 6 y 9, en proporción adecuada para el consumo, reduce triglicéri­dos y mejora respuesta inmune de los individuos.

Una caracterís­tica importante de todos estos, es un excelente perfil de seguridad y tolerabili­dad, avalado por estudios clínicos en sus distintas etapas.

 ?? FOTOS: ARCHIVO EXCELENCIA­S ??
FOTOS: ARCHIVO EXCELENCIA­S
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Dominican Republic