UN MOMENTO Corrompió el bien
Hay en la Biblia, en el libro del profeta Oseas, un capítulo que es el octavo, en ese capítulo se toca un tema que es muy importante, el de la “corrupción del bien”, se dice: corrompió el bien.
Aquí, no solamente en la corrupción, es algo más, se corrompe el bien, a lo que es bueno se le llama malo y a lo que es malo se le llama bien.
Cuando nosotros revisamos a nuestras gentes y a las personas que se han corrompido, corrompen también el bien. ¡Ah! eso no es nada. No ¿en sobornarse? Eso es ayudarse, eso es resolver el problema, eso es corromper el bien y hacer del mal lo que es bueno. Por eso nosotros, aparte de luchar contra la corrupción, hay que ver si estamos corrompiendo el bien, si estamos llamando bueno a lo que es malo; no, él con eso se hizo, él resolvió su problema, eso es llamarle bien a lo que es la corrupción, él no ha resuelto el problema, él le ha traído otros problemas a muchos más porque corrompió el bien, y cuánto daño se hace a la juventud en la educación cuando se corrompe el bien, cuando a lo que es malo se le llama bueno, y a lo que es bueno se le llama malo o se le tiene o se le desprecia a la persona que es honesta.
Qué doloroso es el que a una persona que es honesta, que es honrada, que es buena, se diga de ella palabras despectivas, palabras que la hunden, porque se está haciendo del mal un bien. Hasta mañana, si Dios, usted y yo lo queremos.