A los diferentes
Leí la siguiente frase: “Yo no soy rara, lo que pasa es que tú eres muy común”. Me pareció genial. Más en esta época donde niños, jóvenes y adultos enfrentamos cada día el reto de integrarnos a la manada o atenernos a las consecuencias, o sea, ser raros. Somos raros, si leemos en una sociedad donde el hábito de lectura molesta. Si eres creyente, cuando lo que está de moda es el ateísmo. Si no compartes la apología de la homosexualidad, como si se tratara de un don. Si no te interesa utilizar tu libertad para hacerte esclavo de otras cosas como el consumo de alcohol y la búsqueda insaciable del dinero. Pareces extraño, si eres considerado cuando lo que se supone es que aplastes a los demás. Si asistes a la Iglesia en medio de una sociedad integrada por gente que piensa que le queda mucho tiempo para arrepentirse aunque, sin saberlo, esté viviendo su último año, su último día o su último minuto. Ser un niño o un joven diferente, como cuando te gusta escribir, te resbalan los deportes y los videos juegos te resultan algo sosos, cuesta muy caro. La soledad, a veces. La burla, otras. Ser diferente en la adultez resulta aún peor. Porque conlleva la duda: ¿Qué es honesto en medio de tanta deshonestidad? ¡Buuueno! Los diferentes son cuestionados y, por supuesto, castigados con el rechazo y el aislamiento. Así que no caer en el montón cuesta caro, pero nadie está obligado a pagar ese precio, a menos que, en verdad, seas distinto. Me explico, no encajar no puede ser una pose, se trata de que actúes como la persona que eres, si eso te convierte en un marciano es porque te tocó ser diferente. Pero si respetas tu personalidad y encajas en todo lo establecido, ¡felicidades! Como dice el mensaje que cité al principio, eres alguien común y tendrás mucho menos problemas que si hubieses nacido raro, esa clase de gente a la que parece que le falta un tornillo. Hablo de los obsesionados con los temas, los que trabajan hasta extenuarse, los que creen en imposibles, los que no encajan, esos que, desde la soledad, fuera de las manadas, han impulsado los grandes avances de la humanidad.