A propósito de huracanes
Hola Fiebruses. Se cierne la amenaza del Huracán Irma dirigiéndose a nuestra media isla, lo cual nos llena de temores infundados gracias a experiencias pasadas. Desafortunadamente nuestro país tiene una larga trayectoria de ser blanco de estos fenómenos naturales debido a nuestra ubicación geográfica. Afortunadamente en los últimos años nos hemos “salvado en tablitas”, pues la puntería de estos catastróficos eventos les ha fallado y se han ido, ya sea “por arriba o por abajo”.
San Zenón fue uno de los mas duros (1930), pero poco queda en la memoria de las nuevas generaciones sobre el ciclón que le dio la bienvenida a la funesta presencia de Trujillo en el país. Mas recientemente, 1979, nos tocó David acompañado de un Federico que vino a “redondear” lo que David no pudo socavar, dejando al país con 20 o 30 años de atraso. Del huracán que si estamos todos mas conscientes es George (1998). Fresca en la memoria aquellos vientos huracanados y la fuerte lluvia que se plantó en el país….un verdadero “aguacero en venganza”, emulando el gran tema de Silvio, Rabo de Nube. Por qué traigo todo esto a colación? Amén del gran atraso general que significan estos fenómenos, los campos de golf quedan grandemente agravados y lesionados. Caen árboles, se anegan los fairways (traduciéndose en grama podrida e inservible), sin posibilidad de recuperación en meses. Y eso naturalmente afecta nuestro golf, pero mas importante, afecta directamente nuestra economía, pues el turismo se aleja por meses, llevándose consigo divisas vitales para nuestra dinamización económica y para nuestro país. Nuestro consejo a los residentes cercanos a los campos. Sea cauto, y no “salga a ver”, que a usted no lo están llamando a ver nada. Aleje esa curiosidad de su casa y póngase seguro, que tras la tempestad viene la calma.
Recemos para que la ocurrente presencia de Doña Irma sea solo con agua (y que sea poca), y que no venga a meter sus narices en nuestros fairways…. por el bien de todos. Recuerden mantener la bola en el fairway!!