Tenía miedo que el ciclón se llevara todo
A sus 12 años, Darlinson Lizardo ha visto las aguas del río Ozama inundar su casa en tres ocasiones, por lo que su preocupación ante la posibilidad de que el huracán Irma provocara la crecida del acuífero no era mayor a la idea de que “el ciclón en forma de nube se llevara todo”.
Su mayor temor era que a causa del fuerte viento del huracán una hoja de zinc de los techos de las casas de sus vecinos ubicadas a orillas del Ozama en La Ciénaga, saliera “volando” y le causara una herida.
“Un ciclón es una forma de una nube, como llevarse todo, como un tornado”, afirma ante la pregunta de si sabe que es un huracán y el porqué las autoridades habían advertido no permanecer en las zonas vulnerables.
Darlinson permaneció en su vivienda junto a sus padres y tres hermanos, uno de ellos de tres meses de edad, pese al llamado de acudir a albergues ante el peligro de las inundaciones.
“Yo me quedé en mi casa sentado, mientras había brisa no salí para afuera porque venía un zinc y le daba a uno en la cabeza”, cuenta mientras mira las fichas de Dominó que jugaba con uno de sus hermanos a pocos metros del río.
¿Le teme a las aguas del Ozama? No, él está acostumbrado, solo tiene miedo de que un ciclón derribe una palma o una vivienda.
“Me siento bien de que nada cayó”, dice con alivio, mientras que su madre Yeimi Cabrera, con su vástago menor cargado en brazos, dice que no pudo dormir la noche del jueves ante la posibilidad de que algo malo ocurriera.
Aún no están seguros
Yeimi sabe que aún el peligro no ha pasado, pues tiene la experiencia de años viviendo en La Ciénaga, además siendo afectada por los fenómenos naturales que han pasado por el país.
“Me acosté con un susto, esperando, porque dijeron que iba a sorprender el río... y es verdad, el río sorprende muchísimo. Todavía no estamos seguros, después de los tres días es que sube”, afirma.
Dice que su esposo ha hecho esfuerzos por hacer la vivienda más segura, subiendo el nivel del piso, pero su esperanza es el proyecto Nuevo Domingo Savio, prometido por el presidente Danilo Medina.
“Todavía no voy a bajar mis trastes hasta que no vea que el río esté normal, y no pase. Estoy aquí esperando, yo no dormí tranquila”, expresó.
La dama espera que luego de este ciclón y la vulnerabilidad en que viven, el mandatario se acuerde de ellos porque es mucho lo que ya han soportado. “Es demasiado”, dijo.
Yo me quedé en mi casa sentado, mientras había brisa no salí para afuera porque venía un zinc y le daba a uno en la cabeza”.