Enfermero: “Hay que dar un trato humano, no importa lo que suceda”
El Ministerio de Relaciones Exteriores informó que coordina acciones para asistir a los dominicanos y miembros del cuerpo consular afectados por el huracán Irma en islas del Caribe.
Una nota explica que el canciller Miguel Vargas dirige estas diligencias, junto al Viceministerio de Asuntos Consulares y Migratorios y los consulados dominicanos en los lugares golpeados por el fenómeno atmosférico, donde, hasta el momento, no se cuentan víctimas fatales de origen dominicano.
“La Presidencia de la República dispuso que un avión de la Fuerza Aérea con ayuda humanitaria viaje a San Martín, tan pronto lo dispongan las autoridades locales. Allí se reportan graves daños a la infraestructura vial, lo que ha provocado el aislamiento de gran parte de la población, incluido el personal del Consulado dominicano”, sostiene.
En cuanto al resto de las islas destrozadas por Irma, la Cancillería gestiona la asistencia correspondiente.
Ayer, por primera vez luego del paso del huracán, fue posible tener noticias de Saint Thomas (Islas Vírgenes), casi destruida por el fenómeno atmosférico. “Mi familia se mantuvo en oración”, cuenta Roberto Martínez, mientras llena un formulario de un paciente en el área de emergencia del hospital doctor Salvador B. Gautier.
Con 29 años ejerciendo la enfermería entiende que al paciente se le debe de dar un trato humanizado sin importar lo que esté sucediendo y el más grande anhelo de estar con los suyos en el mal tiempo.
Con sus ojos cansados por cerca de 17 horas de servicio, a partir de las 6:00 de la mañana, cuenta que todo transcurrió con normalidad durante el paso del huracán Irma por el noreste del país.
El paso del fenómeno mantuvo la actividad del hospital en baja, pero aun así le tocó atender algunos casos de cri- sis respiratorias y de hipertensión. “Gracias a Dios todo estuvo tranquilo, emergencias normales, sin intoxicados ni personas heridas que es lo que se presenta”, dijo.
Martínez no tuvo temor por la seguridad de su familia, pues su alivio es que la vivienda no está ubicada en zona vulnerable.
“Este es mi segundo hogar”, dice refiriéndose al hospital donde ha trabajado por 17 años. Recordó que uno de los pacientes que llegó a emergencias fue un niño de siete años que tenía una palomita de maíz dentro de un oído y tuvieron que llamar al otorrino.
“Hoy también hay poco flujo, mira como está el hospital”, dice mientras señala la sala de emergencias que con normalidad esta abarrotada de pacientes.
Martínez recordó que no es la primera vez que pasa un huracán ofreciendo él atenciones médicas. “Cuando el ciclón Georges estaba en práctica en una clínica de Cristo Rey, me agarró trabajando, y tuve que quedarme ahí”. A pesar de que se reanudaron las consultas y otros servicios médicos, pocos pacientes acudieron ayer a ese centro de salud.