Listin Diario

¡Tened ánimo! Soy yo...

- PABLO CLASE HIJO Para comunicars­e con el autor figuras24@hotmail.com

Después de alimentar a más de cinco mil personas, Jesús ordenó a sus discípulos que fueran a la otra orilla del mar. Él los al- canzaría más tarde tras despedir a la gente. Cuando quedó solo, subió a un cerro para orar. Allí estuvo orando hasta el anochecer.

La barca, que estaba ya muy lejos de la orilla, era sacudida por las olas, porque el viento era contrario. En medio de la oscuridad, Jesús se acercó a ellos, caminando sobre el agua, como sobre el mullido césped de un prado. Los discípulos no lo reconocier­on y, asustados, gritaron: “¡Es un fantasma!”. La fatiga y el pavor por los flujos tormentoso­s dejaron tan ofuscados a los doce que creyeron ver una figura imaginaria y no realmente a Jesús. Por eso vociferaba­n llenos de temor. Pero Jesús los confortó, diciendo: “¡Tened ánimo! Soy yo, no temáis”. Si Cristo está con nosotros, nada debe asustarnos, ni la misma muerte. Entonces Pedro le respondió: “Señor, si eres tú, manda que yo vaya a ti sobre las aguas”. Y él le dijo: “Ven”.

Pedro saltó de la barca y, andando sobre las aguas, iba hacia Jesús. Pero al sentir la fuerza del viento, tuvo miedo. Allí mismo empezó a hundirse, y gritó: “¡Señor, sálvame!”. Jesús le tendió la mano, lo sostuvo y le dijo: “¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste?”. Lejos de ser un fantasma que asusta, Cristo es un amigo que salva. Cristo es el gran Salvador. Cuando nos hallamos zozobrando, debemos ir a él y clamar pidiendo salvación. Tan pronto ellos subieron a la barca, el viento se calmó. Los discípulos se rindieron ante la evidencia. ¿Quién más podía andar sobre las aguas sino su Señor? Mateo concluye: “Entonces los que estaban en la barca vinieron y le adoraron, diciendo: ‘Verdaderam­ente eres Hijo de Dios”.

(Mateo 14: 22-33)

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