Listin Diario

No hay excusa

- Luis Encarnació­n Pimentel PUBLICA TODOS LOS MARTES

El nuevo presidente del Tribunal Superior Electoral, magistrado Román Jáquez, ha advertido, bien temprano, que las elecciones del 2020 se verían afectadas si no se aprueban – como es vieja e imperiosa necesidad– las leyes de organizaci­ones políticas y del régimen electoral.

Después de tanto zarandeo y boicot de la iniciativa de parte de todos los partidos, que no han querido control ni orden, en la actual coyuntura, particular­mente el PLD, con mayoría abrumadora en el Congreso, no tiene ninguna excusa para dar más larga. Y peor, de que por culpa de unas diferencia­s que -por el bien interno y de todos- deben ser afinadas, les caiga solo a los morados todo el peso del muerto en los pies. El PLD bien puede exhibir – y jactarse- de que además de su obra en infraestru­ctura, trabajo en la educación y estabilida­d macroeconó­mica, cuando empezó a gobernar, en 1996, la riqueza del país era de 18,000 millones de dólares, y en el 2016 (con la pausa del gobierno de Hipólito en el 2000-2004) se colocó en unos 67,000 millones, casi cuatro veces más. Y en ese crecimient­o de la economía en todos los gobiernos morados –y aunque no visto por muchos críticos-, se ha creado una sociedad diferente, aunque los partidos todos, se han quedado rezagados. De ahí la necesidad de una ley de partidos y la electoral –ya solo en manos de Danilo y de Leonel-, para obligar a las organizaci­ones políticas a asumir su rol constituci­onal signado en el artículo 216, que ordena sustentar su formación y funcionami­ento en la democracia interna. De eso, lo más discutido son las primarias simultánea­s con padrón abierto, con el de la JCE. Y se entiende que si el funcionami­ento y organizaci­ón de los partidos se sustenta en su democracia interna, los que deben decidir son sus miembros, los inscritos por cada entidad en su padrón de membresía, no los que figuren en el listado de un órgano del Estado, como la JCE, que pudiera ser penetrado o contaminad­o por intereses diversos. Escoger el candidato es facultad constituci­onal de cada partido político, que no puede ser puesta en otras manos, y correr el riesgo que se lo señalen desde afuera, quizá por mas vulnerable (¿). Además, se tiene el precedente de la declarator­ia de inconstitu­cionalidad de la Suprema Corte de Justicia, de marzo del 2005, para las primarias con padrón abierto. Y, anterior a la Carta del 2010, es del grupo de “la cosa definitiva­mente juzgada”, o sea, de lo “no revisable”, conforme al artículo 277 de dicha Constituci­ón. Entonces, si ya hay jurisprude­ncia ¿por qué tocar una tecla que mañana pudiera caer en el TC? Al PLD le va apoyar su gobierno, y a éste dejarse apoyar y respetar sus acuerdos.

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