Proliferan enfermeras sin revalidar sus títulos
Las autoridades de la Escuela de Enfermería de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) están procupadas por la cantidad de extranjeros que ejercen la enfermería en el país sin revalidar su título. La UASD es la única universidad en el país que está facultada para aprobar esa reválida, que permite a los profesionales de otras naciones trabajar en República Dominicana, para lo cual deben cumplir una serie de requisitos.
Alas autoridades de la Escuela de Enfermería de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) les preocupa la cantidad de extranjeros que ejercen la enfermería en el país sin revalidar su título, lo cual califican como un peligro.
La UASD es la única universidad en el país que está facultada para aprobar esa reválida, que permite a los profesionales de otras naciones trabajar en la República Dominicana, para lo cual deben cumplir con una serie de requisitos que incluyen un período de prácticas y teorías, además de agotar algunos trámites administrativos.
En el período 2014-2017 homologaron sus títulos seis enfermeras extranjeras y están en proceso de aprobación otras ocho solicitudes, las cuales son tramitadas principalmente por personas procedentes de Venezuela, aPuerto Rico, Cuba y México.
La directora de la Escuela de Enfermería de la UASD, Meregilda Familia, y la coordinadora de la Cátedra Clínica Quirúrgica, María Virtudes Méndez, expusieron que han detectado en las solicitudes de revalidación que muchas enfermeras extranjeras no provienen de universidades, sino de institutos, que no tienen los créditos requeridos para ser avalados.
La profesora María Virtudes Méndez expuso que muchas extranjeras que han solicitado son solo bachiller, porque han aprendido el oficio a nivel técnico en su país. Considera que en el país hace falta regulación por parte del Ministerio de Educación Superior Ciencia y Tecnología, y supervisión del Servicio Nacional de Salud (SNS).
“Tienen que hacer todo lo que hacemos las que nos vamos de aquí”, puntualizó María Virtudes, quien ejerció por cuatro años en Puerto Rico, donde realizó dos especialidades. Dijo que en Puerto Rico no le podía poner la mano a un paciente hasta que tuviera su licencia para ejercer la carrera, que cursó en la UASD en el 1982.
“Como son extranjeros, muchas clínicas los tienen trabajando, con un bajo salario, y sin haber pasado por la reválida que deben hacer”, advirtió.
Reconoce que hay enfermeras venezolanas muy buenas y que con ellas van a trabajar en una especialidad en cuidados intensivos, pero enfatizó que tendrán que reva- lidar.
Familia y Méndez perciben que en el país hay una confusión sobre la profesión de la enfermería, porque se le llama así a cualquiera que haga un curso de varios meses en un instituto.
Afirman que enfermera es todo profesional que ha cursado una carrera universitaria, que lleva una duración de cuatro años.
Con ello, también, ambas autoridades de la academia, se oponen a que se les llame enfermeras a las auxiliares de enfermería, ya sea extranjera o dominicana.
Necesitan equipos modernos
Las catedráticas, a la vez que alertaron sobre el ejercicio irregular de las enfermeras extranjeras, expusieron las limitaciones de la escuela de enfermería de la UASD. La directora de la Escuela, Meregilda Familia, precisó que necesitan simuladores de alta fidelidad, ya que están trabajando con equipos que no son modernos, lo cual constituye una limitación para las estudiantes de enfermería al momento de realizar prácticas. Dijo que han hecho pedido al Ministerio de Educación Superior, Ciencia y Tecnología de las cosas que necesitan, pero no han recibido respuestas.
“Ojalá alguien pueda darle a la universidad del Estado algunos simuladores de alta fidelidad, porque hay universidades privadas que lo tienen, pero nosotros no”, manifestó Meregilda.
Sostuvo que los aparatos que tienen, de baja fidelidad, permiten a los estudiantes hacer prácticas, pero manifestó que si se hace un procedimiento con uno de ellos no provoca la reacción que permiten los de alta fidelidad.
Además de equipos modernos, la escuela requiere de más espacio para ampliar los laboratorios, porque la carrera se imparte en nueve centros regionales y en la sede. Necesitan ampliación de los laboratorios de acuerdo con las exigencias del Mescyt, las exigencias sociales y al perfil poblacional. De ahí que Meregilda señaló que les hace falta una unidad de adulto mayor, o de envejeciente. En el aspecto gerencial, Meregilda y María Virtudes señalaron que las enfermeras no son tomadas en cuenta para los puestos de dirección, aunque tengan la preparación y la capacidad para desempeñarlos. Los concursos que se realizan con esos fines no son transparentes.
Citaron el caso de una enfermera en San Cristóbal, que pasó la prueba para un puesto de dirección en el hospital Juan Pablo Pina, de esa ciudad, y que no se lo dieron, para privilegiar a un médico.
María Virtudes entiende que en materia de salud, en el país no se va a llegar donde se aspira, porque no se trabaja con una visión de equipo, y porque, además, no se valoran los conocimientos sino las preferencias políticas. “Estamos en un país donde solamente se miran los colores partidarios; no se miran los talentos”, afirmó María Virtudes, y a seguidas precisó: “La política mató el currículo”.