PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO La evaluación docente
L(y 2) a Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), que agrupa a 35 países, elaboró en el año 2009 la “Encuesta Sobre la Enseñanza y el Aprendizaje de los Profesores de Secundaria”. El estudio estableció 83% de los maestros que fueron evaluados, confirmaron que los resultados se correspondían con lo que ellos entendían había sido su desempeño, y el 78% expresó que este tipo de medición era útil para el desarrollo de su trabajo.
La OCDE ha identificado distintos instrumentos para la evaluación: “La observación en el aula, el establecimiento de objetivos y entrevistas individuales, la autoevaluación del profesor, los resultados de los estudiantes, las encuestas de estudiantes y padres, el uso de encuestas de informantes, entre otros.”
Los destacados maestros españoles José Antonio Marina, Carmen Pellicer y Jesús Manso, redactaron “El libro blanco de la profesión docente y su entorno escolar”. Los autores establecieron que en España no existe la cultura de evaluación docente y que no hay confianza entre los maestros para ser evaluados, porque la evaluación es sinónimo de “castigo”. No obstante, exponen que la OCDE ha destacado que “si no evaluamos, no podemos saber si mejoramos o empeoramos”. El informe “Política educativa en perspectiva 2015” de la OCDE, prescribe que “sólo se evalúa un 10% de las políticas de reformas emprendidas”. En el caso de la evaluación docente, la referida entidad sostiene que es necesario introducirla en todos aquellos países miembros, para garantizar la eficacia y efectividad del rendimiento escolar. “No habrá calidad en la docencia y el aprendizaje sin evaluación”.
Algunos países cuyos sistemas educativos son referencias mundiales, establecen distintos modelos de evaluación docente. Tal es el caso de Singapur, Finlandia y Corea del Sur.
En Singapur, desde la década de los 90 a la fecha, la economía ha tenido como eje central el conocimiento, lo que ha significado una profunda reforma educativa en las últimas tres décadas. Dentro de estas reformas educativas, la evaluación docente ocupa un sitial de preferencia, con un sistema de evaluación homogéneo, multidimensional y transparente. La investigadora Lucy Steiner, en su obra “Evaluación para conducir al maestro. Lecciones de excelencia de Singapur”, establece que el proceso se inicia con el año escolar, con la elaboración de un plan, una autoevaluación y el establecimiento de metas docentes, innovación pedagógica, apoyo a la escuela y formación profesional, elaborado por cada maestro. La autora indica que la propuesta debe ser socializada con profesores de experiencia y líderes escolares y se enfoca en las competencias del maestro, agrupadas en cinco categorías: “i) desarrollo del niño como un todo, ii) fomento al conocimiento, iii) autoconocimiento, iv) conquista del corazón y la mente y v) trabajo en grupo”. El resultado de la evaluación clasifica a los docentes en tres categorías, de acuerdo a la investigación de Steiner: los maestros de buen desempeño, los seniors y los masters, los cuales reciben incentivos en función de la categoría donde se ubiquen.
En Finlandia no hay un sistema estándar para evaluar los docentes. El modelo se basa en la autonomía escolar, donde los maestros escogen los libros y materiales que entiendan necesarios, con los cuales diseñan sus propias asignaturas y el método de evaluación. Responden ante la comunidad por el progreso de los estudiantes.
En Corea de Sur, los profesores son altamente respetados, y se ubican dentro de los profesionales mejor pagados. La evaluación de su desempeño se realiza anual y participan en el proceso evaluativo los estudiantes y los padres.
En República Dominicana, la evaluación docente está fundamentada en el artículo 63 de la Constitución; en la Ley 1-12 de Estrategia Nacional de Desarrollo (Líneas de acción 2.1.1.6); en la Ley General de Educación (Artículos 60, 61 y 62); en el Plan Decenal de Educación 2008-2018 (Política 4); en el Reglamento del Estatuto Docente (Artículo 38 y 45) y en el Pacto Nacional para la Reforma Educativa 2014-2030 (Apartado 6). Todas estas normas ponen de relieve la importancia y obligatoriedad de la evaluación docente, como elemento fundamental para mejorar la calidad de la enseñanza. En el 2014, el Consejo Nacional de Educación aprobó mediante resolución “los estándares profesionales y del desempeño para la certificación y desarrollo de la carrera docente”.
El Reglamento del Estatuto Docente prescribe que “los principios que deben regir el proceso de evaluación son: integralidad, corresponsabilidad, equidad, objetividad, confiabilidad, universalidad, transparencia, participación y pertinencia”.
Según el Instructivo de Evaluación Docente 2017, elaborado por el Ministerio de Educación (MINIERD), en coordinación con la Organización de Estados Iberoamericanos y el Instituto Dominicano de Evaluación e Investigación de la Calidad Educativa (IDEICI), los objetivos de la evaluación docente están centrados en “valorar la calidad del desempeño, estimular el compromiso del docente con su rendimiento, su desarrollo profesional y formación continua y promover el compromiso del docente con la escuela y la comunidad educativa. La última evaluación se realizó en el año 2009 y la norma establece que debe realizarse cada tres años, por lo que el atraso pone en evidencia que más de 25 mil maestros nunca han sido evaluados, porque ingresaron a la carrera después del año 2009.
En el 2017, el MINIERD se propone evaluar 90 mil profesores, directores de centros, técnicos escolares, orientadores y psicólogos, en un período de cuatro meses. Este proceso se realiza con la participación de más de mil 200 evaluadores, diseminados en todo el territorio de la República Dominicana. Los evaluadores realizarán una especie de fotografía de la clase en 45 minutos. El resultado de la evaluación permitirá un aumento de salario que oscila entre un 17% y un 32%. La idea no es clasificar entre profesores buenos y malos, sino establecer las debilidades de los docentes y priorizar recursos para su profesionalización. Avanzamos por el camino correcto.