UN ENCUENTRO ESPECIAL CON LA FAMILIA ARREDONDO
Tanto el amor fraternal como la confianza que les inculcó su progenitor, aun siguen presentes entre los hermanos Arredondo.
Siete años han pasado desde que Fernando Arredondo partió de esta tierra, pero sus hijos continúan con su legado familiar. Cariño, amor y respeto por la vida son algunos de los valores que conservan de su mentor.
Para los Arredondo el concepto ‘familia’ se resume en amor incondicional, respeto, entrega, tolerancia y sobre todo comprensión. Luego de cuatro generaciones, aún continúan con el mismo enfoque, pero adaptado a los nuevos tiempos.
Son los propietarios de la Funeraria Blandino y conciben la empresa como parte de su realidad, por lo que han podido mantenerse durante 86 años en el mercado local, teniendo claro el horizonte que les deparó la vida.
Virginia, Jesús, María Fernanda y Fernando son los cuatro retoños que el fenecido Fernando Arredondo procreó con Marianela Santana, a quienes les inculcaron valores indelebles como la responsabilidad, la ética y la honestidad.
Los cuatro confiesan que preservarán estas virtudes hasta el último día de sus vidas.
La familia cuenta que su bisabuelo inició vendiendo ataúdes en su natal Baní. “Cuando se crece en un seno familiar con cultura de servicio, donde tienes que convivir con el dolor ajeno, porque eres parte de ese ambiente, empiezas a valorar tu familia y a disfrutar cada segundo con ellos; porque el momento hay que vivirlo, realmente no sabemos qué día partiremos de esta tierra”, expresa Virginia Arredondo.
Marianela Santana de Arredondo sostiene que el don de ayudar se ha convertido en su familia en un estilo de vida. “Nuestros teléfonos celulares no paran de sonar y además la gente no tiene horas para marcarnos, porque la vocación de servicio es lo que nos distingue como tronco familiar”.
“Me satisface ver que mi esposo y yo hicimos un buen trabajo, porque mis hijos son ejemplares, cooperadores y profesan un amor hacia su familia inigualable; aún son muy jóvenes y les falta mucho por aprender de la vida, pero considero que son extraordinarios”, expresa Marianela Arredondo con orgullo.